Blanquerías avisa a Jorge Rodríguez de que podría «estrellarse» si opta a liderar la provincia

valencia. El renovado empeño de Jorge Rodríguez por optar a la secretaría general del PSPV de la provincia de Valencia amenaza con hacer más evidente si cabe la brecha abierta entre el presidente de la Diputación y la cuarta planta de la calle Blanquerías. El presidente de la Diputación ha trasladado en las últimas horas a varias personas de su entorno su voluntad de presentar candidatura y medirse a Mercedes Caballero, la aspirante sanchista avalada por el número tres federal, José Luis Ábalos.

La confidencia, que según algunas fuentes va acompañada de no pocos reproches hacia Ximo Puig, ha encontrado su respuesta en la sede nacional del PSPV. Fuentes de la ejecutiva socialista que lidera Puig han explicado a este diario que ya han trasladado a Rodríguez la necesidad de evitar una confrontación que reproduzca la imagen de choque entre Puig y los sanchistas que se percibió en los congresos federal y 'de País'. En ambos procesos, el socialismo valenciano visualizó una clara división interna que, a menos de dos años para la próxima cita electoral, no convendría repetir.

¿Y el consenso que se reclama, sobre quién? Los movimientos que ha hecho la dirección del PSPV hasta el momento ponen en cuestión la candidatura de Rodríguez. Al presidente de la Diputación se le ha advertido de que «puede estrellarse», en palabras de un alto cargo socialista, si se presenta a la carrera por la secretaría provincial. En primer lugar, según esta misma fuente, porque «no le salen los números». Al apoyo que Caballero recibe del sanchismo, se le puede sumar el de algunos de los principales barones del entorno de Puig, con los que Rodríguez mantiene un enfrentamiento abierto, e incluso el del propio secretario general del partido.

Las mismas fuentes añaden que otro de los pesos pesados de la provincia, el alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, tampoco estaría dispuesto a mover ficha a favor del alcalde de Ontinyent. Igual que la FSP de Luiz Lozano. Sin ninguno de esos respaldos, las opciones de Rodríguez se verían muy disminuidas. Y una eventual derrota en primarias pondría muy cuesta arriba el camino para continuar al frente de la institución provincial en 2019.

Al factor numérico, el de los apoyos, se une el indisimulado enfrentamiento que el presidente de la institución provincial mantiene con quienes han sido -y siguen siendo- personas de la máxima confianza de Puig: Alfred Boix y José Manuel Orengo. El último capítulo de esa pésima relación lo protagonizó Rodríguez hace hoy casi una semana, en la entrevista publicada en este diario. El alcalde de Ontinyent reconoció, explícitamente, que el poder que Boix y Orengo habían mantenido mientras habían ocupado sus puestos en la dirección del partido debería de ir disminuyendo ahora que ya no ocupan esos puestos. Una alusión «innecesaria», a juicio de las fuentes de Blanquerías consultadas por este diario, y que se suma al choque que ya tuvo lugar apenas seis meses después de alcanzar la presidencia de la Diputación, cuando el propio Rodríguez destituyó a Orengo como su jefe de gabinete. No siendo el candidato de consenso, lo que Rodríguez intenta es situarse en la mejor posición posible para tratar de garantizarse su eventual continuidad como presidente de la Diputación tras los comicios.

¿Y las críticas a Puig? Las fuentes consultadas por este diario remarcan que lo que Rodríguez reprocha al secretario general de los socialistas valencianos está relacionado con la falta de protagonismo en el congreso celebrado en Elche y con la nula visibilidad del puesto de responsable de la Oficina del Portavoz que ocupa en la actualidad. Un cargo sin poder real, que en ningún caso le permitiría ejercer presión alguna para tratar de revalidar su cargo institucional.

Las reticencias de Blanquerías hacia la candidatura de Rodríguez -que en caso de hacerse con la presidencia provincial y la de la Diputación dispondría de un poder político más que significativo- despejan el camino a la candidatura de Mercedes Caballero. La diputada autonómica, uno de los coroneles de confianza de José Luis Ábalos -todavía secretario general de la provincia-, aseguró el jueves durante su presentación que no sería candidata «contra nadie», en clara alusión a su voluntad de integrar en su equipo al máximo número posible de sensibilidades.