El análisis de la documentación que la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (Udef) recopiló en las investigaciones de las irregularidades del IVAM ha revelado, al margen de los viajes ya conocidos a Shanghai y Madrid, una estancia de Rafael Blasco en Portugal cargada directamente al IVAM. El exconseller no tenía ninguna vinculación con el museo más allá de que su mujer, Consuelo Císcar, ocupó la dirección del centro durante cerca de una década (2004-2014). El momento de mayor esplendor de la todopoderosa familia antes del estallido del caso Cooperación.
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Cascais es una agradable y exclusiva localidad, cerca de Lisboa, lugar habitual de veraneo de clases acomodadas. En agosto de 2009, el museo valenciano, en colaboración con la Fundación de Luis I, había organizado una muestra en el país vecino de varios artistas contemporáneos entre los que se encontraban Julio Quaresma y el valenciano Miquel Navarro.
La presencia de Císcar, como representante del IVAM, podría estar justificada. De hecho, en la factura que Sakvitur carga al museo valenciano sólo aparece el nombre de la directora. Es en la documentación del otro operador que realiza la reserva donde sí aparece el nombre de Rafael Blasco. La pareja escogió para su estancia -en un documento se recoge que es del 2 al 8 de agosto y en el otro se habla del 2 al 5–el hotel Grande Real Villa Italia, antigua residencia de los reyes italianos en el exilio, según recoge en su página web. Se trata de un establecimiento de cinco estrellas junto al océano Atlántico con excelentes puntuaciones de los usuarios. La noche, con desayuno incluido, salió por 255 euros. Pero estos precios son de hace una década.
Un reciente informe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (Udef) incorporado al juzgado ya alertaba de que el museo sufragó viajes de lujo a la familia de la entonces directora. En algunos correos de la agencia que gestionó los desplazamientos aportados al procedimiento se detallan frases como: «Vamos a ocultar que duerme con el marido»; «El nombre del conseller no puede aparecer»; «Su marido es Rafael Blasco, conseller de Inmigración. Super VIP. Todo a nombre de ella». Estos viajes eran a Shanghai, Roma o Madrid. Desde los inicios de la investigación se ha sospechado acerca del uso personal que la directora hacía de las empresas proveedoras del museo.
El exconseller Blasco nunca ha estado investigado en la causa del IVAM. Ahora aguarda la sentencia del caso Cooperación para ver si el tribunal valida su acuerdo con la fiscalía que dejaba la condena en tres años y medio de prisión.
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