Bonig advierte a Barceló de que «se cuide» para no asumir los «errores» de Bravo

La consellera de Justicia, Gabriela Bravo, es un imán para las insinuaciones maliciosas de la oposición. Y no sólo de la oposición. Al término de su intervención de ayer en Les Corts, Bonig se dirigió a la consellera de Sanidad, Ana Barceló, a quien instó a «cuidarse personal y políticamente», pero sobre todo «jurídicamente». ¿De quién? Adivina, adivinanza.

«No verá en el PP un enemigo político, su problema no es Compromís, el enemigo está en su partido. Todos sabemos quién es la mano que mece la cuna, la Torquemada del Botànic, la que hace las veces de guía espiritual del presidente, la que envía la hoguera mediática a quien ella quiere. Cuídese jurídicamente y no asuma errores que no son suyos», recomendó Bonig. Y todos los ojitos se posaron en Gabriela Bravo, fiscal, responsable inicial de la puesta en marcha de los hospitales de campaña que el PP ha terminado por amenazar con llevar a los juzgados por considerar la posibilidad de que se haya perpetrado algún delito durante su tramitación.

Si bien es cierto que la relación personal entre Barceló y Bravo es buena, el entente entre Justicia y Sanidad en el tema de los hospitales de campaña no es cordial. Hay recelos, según admiten fuentes de la Generalitat, que señalan que la puesta en marcha de esos espacios sanitarios eventuales ha generado no pocos resquemores entre las dos consellerias.

Bonig deslizó varias cuestiones con su comentario. Por un lado, la influencia de Bravo en las decisiones que toma Puig, por considerar que su relación personal influye en el dirigente socialista, un veterano de la política que encabeza el PSPV, y eso no toca precisamente en una inocente tómbola. Por otro, el talante estricto de la consellera de Justicia, a quien ya José Císcar (PP) le aseguró que en su propia conselleria la denominan 'Madame Guillotina' por ser «una trituradora de altos cargos». Y por si faltase algo, la posibilidad de que Bravo eluda cualquier tipo de responsabilidad en el caso de que las supuestas irregularidades acaecidas en la tramitación de los hospitales de campaña deban ser asumidas por el Consell.

La intervención de Bonig fue muy comentada posteriormente en los pasillos. «Menos mal que llevamos las mascarillas y eso impide que se vean los gestos», reconoció un miembro del Botánico al recordar el modo en que fue acogido el comentario de la líder de la oposición.