El presidente provincial del PP expulsa del grupo al diputado acusado de maltrato

A los responsables políticos se le suele exigir la toma de decisiones ya sea en un sentido u otro. Esconderse a la espera de que pase la tormenta no parece de las mejores opciones. Vicente Mompó, presidente del PP de Valencia, rompió ayer su silencio respecto a la situación de su compañero Carlos Gil, acusado de violencia de género.

La pasada semana también esquivó cualquier análisis respecto a la complicada situación de Gil, su compañero en la Diputación, al que le piden diez meses de cárcel por maltrato a su exmujer. La paciencia se agotó ayer, 24 horas después de que la Fiscalía pidiera cárcel para su compañero de partido. Mompó emitió un comunicado en el que señaló que Gil deja de pertenecer al grupo del PP en la Diputación y le pidió, además, que renuncie a su acta de diputado, algo que sólo puede hacer el titular de esa representación.

En la misma nota oficial anunció que dejara de representar al partido a nivel local. Gil es alcalde de Benavites. Se desconoce, no obstante, qué hará el perjudicado. Podría seguir como primer edil independiente o en el grupo de no adscritos de la Diputación.

Bonig, durante la rueda de prensa de ayer, no dudó en pasar la presión a Mompó. Evitó comentar el escrito de la Fiscalía y recordó que siempre se ha caracterizado por el respeto a las decisiones judiciales y no entra a valorar estrategias de defensa. Subrayó que el partido había suspendido de militancia a Gil y para cualquier otra decisión derivó toda la responsabilidad hacia el presidente provincial. Conviene subrayar que el dirigente es uno de los hombres de confianza de Carlos Mazón, el presidente de la Diputación de Alicante, y supuesto aspirante a liderar, algún día, las filas de los populares en la Comunitat.

Carlos Gil se enfrenta a un juicio tras un supuesto episodio violento con su mujer. Llegó a levantarle la mano en presencia de su hija, trató de arrebatar el móvil a su expareja cuando esta llamaba a la Policía y posteriormente, la sujetó del brazo y le dijo: «Hija de puta, te vas a quedar sola y sin un duro», siempre según el relato de hechos que recoge la Fiscalía. El ministerio público, al margen de la pena de prisión, reclama una orden de alejamiento durante dos años y la prohibición de que pueda tener armas.

La presión iba a seguir incrementándose hasta la celebración de juicio. Hasta la fecha no hay precedentes de diputados con una petición de pena por un delito de violencia de género. Se da la circunstancia de que Mompó había reclamado la dimisión de Jorge Rodríguez nada más ser procesado por el caso Alquería mientras guardaba silencio con su compañero ya acusado. Una posición que ayer ya se convirtió en inasumible.