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El 15 de septiembre de 2008 comenzó la crisis económica a nivel mundial. Y cuando una mariposa bate sus alas en un parte del mundo, la opuesta puede sufrir un huracán. Así es la teoría del caos por la que hasta la Generalitat Valenciana se vio afectada por un crack hipotecario de primer nivel. Ese año fue el último en el que el Gobierno Valenciano aumentó su gasto en cargos temporales, de los que salen y entran con cada nuevo presidente. En esa época Francisco Camps había sido reelegido como presidente apenas unos meses antes y brindó al Gobierno valenciano la cifra más alta de gasto en altos cargos y personal de confianza hasta ayer. En total, por aquel entonces, 13 millones de euros en nóminas para el Consell más amplio hasta ahora de todos los surgidos de las urnas, con 15 consellerias. A partir de ese año, el gasto en masa salarial de altos cargos y asesores comenzó a decaer al mismo ritmo en el que subía la preocupación por la economía de la Comunitat. Dos legislaturas de caída, tanto de gasto como de número de altos cargos, según se desprende de las propias cifras de la Conselleria de Hacienda a lo largo de sus distintos presupuestos.
Sin embargo, con la llegada del primer Gobierno del Botánico, en 2015, la curva de gasto público en salarios de cargos temporales volvió a dibujar una línea ascendente. Pero es que con el estreno del Botánico II, se han superado todos los registros hasta la fecha. El nuevo Gobierno de PSPV, Compromís y Unidas Podemos batirá el récord de altos cargos y de asesores y devolverá a los dos dígitos la factura de salarios de su estructura. Se acabó por tanto la predicada austeridad, a pesar de que los avisos tanto del Ministerio de Hacienda como de distintos organismos controladores como la AIReF han marcado para el Consell un camino muy distinto al que pretenden recorrer, al menos en el apartado de los gastos. Pero, sobre todo, superará los registros de gasto en nóminas, que se disparan hasta los 13,5 millones, cuatro millones más que el año pasado. La friolera de 54 millones de euros en toda la legislatura, sólo en salarios de los 137 altos cargos del Consell y sus 116 asesores.
12 CONSELLERS 744.202 euros. El presidente cobrará 71.61 euros, los dos vicepresidentes y los 9 consellers, 61.131euros.
12 SUBSECRETARIOS 726.972 euros. Cada subsecretario, gestores económicos de las consellerias, percibirá 60.581 euros.
29 SECRETARIOS AUTONÓMICOS 1,77 millones de euros. El sueldo de cada secretario autonómico es de 61.117 euros al año.
84 DIRECTORES GENERALES 4,9 millones de euros. Cada director general se embolsará al año más de 58.787 euros.
116 ASESORES 5,37 millones de euros. Los sueldos de los asesores oscilan entre los 36.700 euros y los 51.400 euros.
Si lo comparamos con el año anterior, 2018, según las cifras de la propia Generalitat, el nuevo Gobierno ha elevado en un 39% su número total de altos cargos y en un 47% su estructura total. Si bajamos al terreno de la matemática, el Gobierno Valenciano, presidido por Ximo Puig, pasará de los 98 cargos directivos en la anterior legislatura a los 137 de ahora. La cifra de asesores pasa de 74 a 116. En concreto, la estructura organizativa que depende del Gobierno pasa de 172 personas a 253. Un total de 81 nóminas más.
En los cuatro primeros años del Consell del PSPV y Compromís, a partir de 2015, el gasto en altos cargos y asesores ya había crecido en más de un millón de euros. Pero, las cifras del Botánico II han devuelto al Consell a los datos del último Ejecutivo de Camps en cuanto a coste de salarios de los consellers , su segundo escalón y asesores. En los cuatro años de gobierno de Ximo Puig y Mónica Oltra la curva de gasto en nóminas ha sido siempre ascendente, de los 8,4 millones de euros de 2015 a los 9,5 con que cerraron el último ejercicio auditado.
Si hacemos una retrospectiva de la evolución de los presupuestos de la Generalitat Valenciana y nos remontamos 15 años atrás, nos encontramos un Gobierno al que la cosas le iban más que bien en lo económico a costa de pagar todo con la tarjeta de crédito y aumentar la deuda pública para los ejercicios futuros. En 2004, con algo más de 10 millones en gasto para el sueldo de directivos y asesores, el presidente Francisco Camps ya inició la senda del crecimiento que tocó techo en 2008, con el máximo, de algo más de 13 millones de euros. En ese año pasaron por el Gobierno valenciano hasta 139 altos cargos en distintos momentos y 110 asesores y asesoras y dejaron la factura más alta en nóminas que jamás haya tenido la Generalitat hasta el viernes. Una cifra que apenas se movió en medio millón de euros en los años posteriores, a pesar de que desde Estados Unidos ya avisaban de que la mariposa estaba moviendo las alas a velocidad de colibrí. Pero la tarjeta de crédito y la burbuja inmobiliaria anestesiaron la crisis para los altos cargos hasta 2011, año en que la dimisión de Camps como jefe del Consell tras su imputación en la trama Gürtel, abrió las puertas del Palau al entonces alcalde de Castellón, Alberto Fabra. El entonces presidente de la Generalitat sacó el bolígrafo rojo y rebajó drásticamente el gasto público a todos los niveles. El número de consellers bajó hasta los ocho en los momentos de más apreturas y se instaló la austeridad como mandamiento principal. En su casi cuatro de mandato se rebajó la nómina en altos cargos y asesores de los 11 millones de 2001 hasta los 8,4 millones del último ejercicio que compartió con el actual presidente Ximo Puig. Pero la cifra seguía siendo un escándalo para la oposición, ahora Gobierno.
Entre su primer día de mandato y el último se redujo en más de dos millones y medio el coste de toda la estructura del Consell, secretarios autonómicos, directores generales y asesores, todos los que se nombran y cesan con cada presidente. En 2015, el año que compartieron Puig y Fabra, pasaron por la Administración de uno y otro hasta 328 altos cargos y asesores en distintos períodos (es la suma de los dos equipos que conforma la masa salarial total, que es de donde la Generalitat consigna el dato final).
Pero, en 2016, el primer año completo del Botánico el gasto volvió a subir hasta los 8,8 millones según reflejan los datos de Hacienda. En ese año se llevó a cabo la primera remodelación del Botánico con la entrada de cinco nuevos cargos, que dejó en 139 el número total de cargos. En el siguiente ejercicio, 2017, el gasto total de toda la estructura política del Consell volvió a cruzar la barrera de los nueve millones de euros para situarse en 9,2. Una cifra que el Ejecutivo de Alberto Fabra había abandonado en su último años, después de cuatro años de reducción.
El primer año de Botánico se gastaron 8,8 millones de euros, para aumentar a 9,2 el año siguiente y cerrar su legislatura en más de 9,5 millones de euros, según los últimos datos oficiales de la propia Generalitat. Sin embargo, la cifra en nóminas del nuevo Consell se elevará hasta los 13,5 millones de euros anuales. Para encontrar ese dato en coste total en directivos de las consellerias y asesores hay que remontarse a 2008. Precisamente el año en que la mariposa al otro lado del mundo comenzó a batir las alas.
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