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Cinco semanas después de que las urnas fijaran el reparto de escaños del Parlamento valenciano y la nueva distribución de mayorías, los tres partidos que gestionarán la Generalitat siguen sin cerrar un acuerdo ni de programa, ni de áreas ni de nombres. La exhausta revisión de cada uno de los puntos del que será el programa de máximos y el recelo entre los tres socios del acuerdo, PSPV, Compromís y Podemos para incluir o sacar del documento la que será la hoja de ruta del nuevo Botánico lleva visos de convertir la negociación en un serial.
Ayer, la sede de Compromís albergó la cuarta de las reuniones de la comisión negociadora del nuevo Consell para tratar de cerrar la letra pequeña del programa de gobierno para los próximos años, sin embargo, la excesiva lentitud ha comenzado a exasperar a los partidos. Fuentes de la negociación atribuyen a las altas expectativas de Unidas Podemos y a su propia división interna la imposibilidad para cerrar ya el acuerdo. Y es que, más allá de las propuestas, en todas las reuniones celebradas hasta la fecha se ha puesto sobre la mesa de manera fugaz el tema de lo que ahora se llama 'arquitectura institucional', hasta la fecha conocida como el organigrama de consellerias que conformarán el nuevo Consell de la Generalitat.
En la reunión del miércoles, que finalizó al filo de la medianoche del jueves, ya se esbozó un Gobierno con 15 áreas. Catorce consellerias y la Presidencia para poder contentar las aspiraciones de los tres socios. Los datos salen de la suma de las siete consellerias que acumularía el PSPV, más el president de la Generalitat; cinco para Compromís y dos para Unidas Podemos. La cifra, dispararía en cinco carteras las diez actuales y supondría un incremento en de un 50%. Pero , el nuevo Botánico no entiende de números, sino de sensibilidades políticas que hagan habitable la convivencia durante los próximos cuatro años.
Y para que eso suceda, las tres patas deben estar cómodas. Unidas Podemos se ha divido ya en la negociación en Podemos y EU. Ambos partidos quieren una conselleria, por lo que la cifra para ellos no puede ser menor de dos y, a su vez, buscan una representación de exactamente la mitad de la que tenga Compromís ya que los morados tienen 8 diputados en Les Corts y la coalición nacionalista, de 17. Aunque su propuesta era de 6-4-2 (para PSPV-Compromís y ellos mismos).
Por su parte, Compromís no tiene problema en aumentar la cifra global y quiere mantener el mismo número de consellerias que ya tenía en el anterior Consell y seguir ostentado la única vicepresidencia. Sin embargo, el PSPV, ganador de las elecciones autonómicas, quiere hacer valer sus 27 diputados y sumar el mismo número de consellerias que tengan sus dos socios juntos, además de la Presidencia, para garantizarse la mayoría del Gobierno, aunque anoche estaban dispuestos a quedarse en 6 y usar el voto de calidad de Puig para evitar el alto dato. Pero la ecuación sólo sale disparando el número de consellerias a 15. La cifra no convence a los socialistas, que ven excesivo el número y de difícil justificación ante la opinión pública. De hecho, quince era el tope a no rebasar porque ostentaba hasta la fecha el récord de consellerias. Se alcanzó en 2007 con Francisco Camps.
Esta noche, aún continuaba el tira y afloja sobre si llegar a quince consellerias o quedarse en doce, en ambos casos con el presidente incluido.
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