El nuevo director de A Punt recibe los reproches de todos los partidos excepto del PSPV

«Cuenta con nuestra ratificación. Ahora tendrá que ganarse nuestra confianza y la del País Valencià». Así recibió Compromís, por boca de su diputada Mònica Álvaro, a Alfred Costa, la persona que el Consejo Rector de À Punt propone para sustituir a Empar Marco al frente de la Dirección General de la televisión a partir del 9 de marzo. Para ser su primer día en la oficina, Costa ya pudo comprobar que nadie le esperaba con los brazos abiertos... excepto el PSPV. El nuevo director general formó parte de la candidatura socialista municipal en Torrent, así que algo de cariño es lógico que le muestren desde las filas del partido que lidera Ximo Puig. Sorprendió un poco más el recibimiento del resto de miembros del Botánico. Compromís se manifestó en franca desconfianza («No me ilusiona», señaló Álvaro sobre un proyecto al que reprochó falta de proximidad, arraigo, ambición y capacidad de vertebración del territorio, además de desatención a la radio y que, de algún modo, «estereotipa a las mujeres).

Unidas Podemos exhibió cierta frialdad, con reconvenciones y suspicacias acerca del modo en que Costa plantea abordar la labor de servicio público de la cadena Estefanía Blanes, diputada morada de EU, consideró la apuesta de Costa como «demasiado economicista».

El recibimiento al nuevo director general por parte del bloque de izquierdas contrasta con los parabienes que recibió Marco el 2 de marzo de 2017, cuando el tripartito la arropó, Ciudadanos la dejó en cuarentena y el PP directamente puso en cuestión su idoneidad para el puesto. Luego, Marco acumuló desencuentros, pero su estreno en la Cámara fue manifiestamente más caluroso que el que ayer le brindaron a Costa, que entró al debate abierto con Compromís. La socialista Mercedes Caballero lamentó que, a la vista de la recepción, «no lo va a tener usted fácil». PP, Vox y Ciudadanos votaron en su contra. En el caso de Marco, se abstuvo Cs, si bien el diputado Fernando Llopis coincidió ayer con el parlamentario de Vox en que la televisión «ha ganado» con el cambio. À Punt mejora, según ellos, pero votan en contra de un candidato apoyado por el Botánico, a pesar de que dos miembros del tripartito manifiestas sus reservas por la elección. Una contradicción detrás de otra. Al menos, votaron todos juntos a favor de crear una subcomisión de estudio para mejorar la ley de RTVV.

Lo que no parece que haya sufrido modificación es el discurso desde la Dirección General. Tanto con Marco como, ahora, con Costa, el presupuesto anual se califica del mismo modo: insuficiente. El nuevo director general puso las cartas sobre la mesa desde el minuto uno de su intervención. Afirmó que los 55 millones disponibles para À Punt «no permiten cumplir con los criterios de calidad y los compromisos adquiridos para impulsar el sector audiovisual valenciano». Costa no quiso cifrar el incremento que debería registrarse en la partida para la televisión, algo que el PP preguntó con tanta insistencia como exhibió el nuevo director general a la hora de ahorrarse la respuesta concreta, contante y sonante. No obstante, deslizó en varias ocasiones que se debería cumplir con la ley, que fija la cantidad en, al menos, el 3% del presupuesto de la Generalitat, una posibilidad que hace un año ya planteó Marco y apoyaba Compromís, pero que finalmente no salió adelante, y que hubiera supuesto pasar, este año, de 55 a 69 millones de euros.

Alfred Costa se mostró convencido de que «con productos de calidad vendrá la audiencia» y advierte de que la vuelta al modelo de Canal 9 es «inviable». A pesar de que en el documento sobre su proyecto se indica, literalmente, la posibilidad de «cambiar la marca», actualmente À Punt, el próximo director general aclaró que su deseo es hacer una inversión en potenciar la marca, difundirla. Costa ofreció a las pequeñas productoras «aunar esfuerzos» en proyectos conjuntos de mayor envergadura, y abogó por aliarse con otras televisiones autonómicas a la hora de crear contenidos.