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El PP ahondó ayer en la escasa consistencia del Botánico en Les Corts. Los populares apretaron al tripartito, que se vio forzado a retorcer el reglamento de la Cámara para sacar adelante una medida de reducción de impuestos a las empresas familiares que en su día prometió Puig.
El bloque de la izquierda tenía una misión desde el jueves: aprobar como fuera una enmienda que se incluyese en la normativa presupuestaria, la ley de acompañamiento. El objetivo era sacar adelante la bonificación del impuesto de sucesiones a las empresas familiares. En realidad, se trataba de un premio de consolación para el PSPV, pues su líder, Ximo Puig, prometió durante la campaña electoral autonómica que todas las empresas familiares de la Comunitat recibirían una bonificación fiscal con el fin de compensarles del impuesto. Finalmente, el deseo del presidente de la Generalitat se cumplió en parte, pero no en su totalidad, con restricciones. Desde el Instituto Valenciano para el Estudio de la Empresa Familiar (IVEFA) consideran insuficiente el acuerdo, pero Compromís y Podemos no aceptaron nada más. Y lo hicieron el jueves a última hora y con mucha improvisación, tras un receso tan prolongado que justificó que la oposición abandonase la comisión, harta de esperar (el receso pedido era de 15 minutos y se prorrogó tres cuartos de hora), una «falta de respeto», según tildaron los representantes del bloque de la derecha.
La comisión se suspendió y se retomó ayer, con el consiguiente gasto, pues el kilometraje de diputados residentes en Alicante y Castellón, o fuera del área metropolitana de Valencia, se paga. Retomar la sesión costará a los valencianos cerca de 600 euros añadidos.
El bloque de la derecha demostró desde el primer momento su intención de penalizar la improvisación congénita del Botánico. La presidenta de la comisión, la popular Eva Ortiz, no acudió porque tenía un viaje programado para ayer, y el jueves pasado no pudo recomponer su agenda en función de las desavenencias del tripartito. Así que le tocó presidir la sesión al vicepresidente, Jesús Sellés, del PSPV, diputado novato que las pasó moradas porque se mostró incapaz de contener el debate por su débil defensa de la decisión de aprobar una 'enmienda de aproximación' que no se refería a ningún artículo de la ley de acompañamiento. Técnicamente, se trata de una situación salvable con la interpretación adecuada del reglamento, según fuentes del propio PSPV, que admitieron la falta de pericia de Sellés, que se encontró con un debate político que le superó. PP y Ciudadanos insistieron en el espíritu contradictorio de la iniciativa presentada por el tripartito sin que el Botánico lograse imponer sus argumentos. «Vamos a votar», replicaba Sellés. Desde la derecha se recordó que la medida se presentó fuera de plazo y no cumple los requisitos del reglamento para una enmienda de aproximación.
Los populares tensaron aún más la cuerda al pedir un receso. La nueva pausa, que se sumó a la del jueves y que se prolongó lo mismo (si bien los diputados del Botánico ni se menearon de las sillas porque tenían que aprobar la enmienda sí o sí), se reclamó por parte de Rubén Ibáñez (PP) para presentar también enmiendas de aproximación como las del Botánico. Se paró, se retomó y la mesa de la comisión aceptó lo presentado por la oposición.
Los populares hurgaron en la herida, pues inmediatamente después retiraron su iniciativa, una 'enmienda trampa' cuya asunción por la mesa contraviene el procedimiento del reglamento. Ibáñez acusó a los tres partidos del Consell de ser «capaces de todo para tapar sus vergüenzas, aceptan lo que sea para votar lo suyo».
El tripartito adoptó el dicho de dame pan y dime tonto, y siguió adelante con la sesión y con las votaciones. El PP y Ciudadanos no votaron la enmienda y anunciaron que recurrirán el procedimiento por considerar que su admisión incumple el reglamento de Les Corts. Finalmente, se aprobó la modificación, que no es otra cosa que una rectificación pactada a última hora por el Botánico de una enmienda mal presentada por el Botánico respecto a la Ley de Acompañamiento confeccionada por el Botánico.
Finalmente, se bonificará al 99 % el impuesto de Sucesiones en las empresas familiares con una facturación anual inferior a los 10 millones de euros, así como a todas las agrícolas y las empresas individuales o negocios profesionales, sin tope de volumen de actividad. Puig había prometido la exención a todas.
Tras la comisión, PP y Ciudadanos criticaron que se hayan rechazado sus enmiendas para bonificar ese impuesto con carácter general, no sólo a las empresas, también a los ciudadanos. «Si tan importante es ahora para PSPV, Compromís y Podemos el impuesto de sucesiones no entendemos cómo el Botánico ha olvidado incluirlo en la ley», señaló Ibáñez.
Desde el PSPV se quiso destacar que la aprobación de la enmienda supone «un primer paso». Los socialistas no renuncian a intentar 'colar' en el futuro a sus compañeros del Botánico una bonificación que se extienda a todas las empresas familiares. Desde Compromís se destacó que había aceptado los cambios en el impuesto de sucesiones a determinadas empresas porque así los socialistas han aceptado incrementar el de Actos Jurídicos (que sube una décima), por lo que «los valencianos ingresarán 32 millones de euros más».
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