Gabriela Bravo ha dimitido como consellera de Justicia «a petición propia», según recoge el Diari Oficial de la Generalitat. La Abogacía de la Generalitat emitió un informe donde concluía que simultanear su puesto en el Consell y su vicepresidencia en la Mesa de Les Corts llevaba a una incompatibilidad de facto. Y de ahí su decisión que anunció hace unos días y se ha confirmado hoy tras la convocatoria de la Mesa.
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Bravo justificó su apego a la conselleria en una cuestión de responsabilidad, de no querer descabezar un departamento que gestiona las emergencias en un momento tan delicado como este, en plena campaña de incendios. Las competencias serán asumidas por Presidencia.
Sin embargo, ese motivo no evitó las críticas de PP que la acusaban de aferrarse al poder. Tampoco sus exsocios en el Gobierno, Compromis, entendieron la posición inicial de Bravo. «Siempre he tenido muy presente la separación de poderes», le reprochó Aitana Más, vicepresidenta del Consell.
Su elección como vicepresidenta de la Mesa también ha agitado las filas socialistas porque algunos diputados no entienden esta decisión de Puig y sostienen que el vínculo personal -el presidente y la consellera son pareja- ha sido clave en esa determinación. Además, se da la circunstancia de que Bravo no es afiliada al partido. De hecho, no puede al ser fiscal.
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