La bronca interna en el Consell ahuyenta a los fichajes para ocupar los altos cargos vacantes

Ahora mismo se buscan candidatos para cuatro direcciones generales: Modelo Económico y Financiación, Investigación y Alta Inspección Sanitaria, Ciencia e Innovación y Personas Mayores. En los dos primeros casos, la incógnita se alarga ya más de medio año. Y lo que te rondaré. Es posible y hasta probable que, si no se solucionó ya, las vacantes se prolonguen hasta las elecciones. Y después de mayo, cuando se sepa quién y cómo gana, el que venga detrás, que arree.

La ausencia más larga de directores generales se registra en dos departamentos en manos del PSPV y con la obligación de solucionar la infrafinanciación (Modelo Económico y Financiación) y de vigilar las concesiones sanitarias (Investigación y Alta Inspección Sanitaria). Se dice pronto. Preguntada si tanto tiempo sin altos cargos podría permitir suponer que se trata de puestos innecesarios, la vicepresidenta del Consell, Aitana Mas, explicó, en el caso de Hacienda, que es que el socialista Arcadi España está buscando «el perfil adecuado».

En otras consellerias no se deja el asunto para tan tarde y recurren a amigos y conocidos cercanos, mejor si son del partido, normativos y, sobre todo, fieles, para tapar los agujeros.

En cinco semanitas, la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica ha visto caer a su máxima responsable, Mireia Mollà, un subsecretario (Puncel), una secretaria autonómica (Tuzón) y un director general. Unos se han ido y a otros los han pasado por la quilla. En el caso de Pedro Fresco, director general de Transición Ecológica, por incompetente, según la versión del departamento que ahora dirige Isaura Navarro. Fresco ha incidido una purga y ha desvelado una política energética que no daría ni para aprobar el Bachillerato. Mollà también lamentó el «canibalismo» en Compromís y Puncel destapó la «purga».

Diputados de Compromís y el entorno de la coalición insinúan que en la conselleria, con Mollà al frente, se actuaba en beneficio de las multinacionales energéticas. Un tiroteo al estilo del Salvaje Oeste del que no sale vivo ni el pianista.

Para suplir las bajas, han llegado al rescate dos directores generales de Vicepresidencia e Igualdad (suplidos a su vez por una asesora y una directora general cuyo departamento se ha quedado vaciado), una secretaria autonómica reconvertida en consellera, Navarro, y un cogerente del EPSAR, una empresa pública.

Es el último ejemplo, sangrante, del ambiente bélico que se respira en un Consell donde el mestizaje ha derivado en espionaje y contraespionaje. El último pero no el único. En Innovación, el goteo también es constante. La última secretaria autonómica saliente, la de Universidades e Investigación, ha sido sustituida por una directora general.

Además de los asesores, los jefes de gabinete también son otro recurso muy socorrido al no encontrar rotos para los descosidos, tal y como ha ocurrido en los últimos meses en Sanidad, Hacienda y Justicia. Es difícil que entre sangre nueva a un Consell donde se derrama tanta sangre por fuego amigo y la proximidad de las elecciones hace tanta malasangre.