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BURGUERA
Martes, 31 de enero 2023, 14:32
Los cabecillas de la trama empresarial de la causa de Gürtel, encabezada por Francisco Correa, Pablo Crespo y Álvaro Pérez, alias 'El Bigotes', han reiterado la existencia de una relación muy estrecha entre Pérez y Camps. «Había química entre Álvaro y Camps, eso me ... lo decía él mismo y Correa», ha explicado Crespo en su declaración en el juicio sobre la contratación para Fitur 2009 por parte de la Generalitat. Algo similar ha indicado Correa, quien ha relatado que se encontró con Camps en un hotel (se vieron en un par de ocasiones, según ha señalado) y le indicó que Pérez iba a ser enviado a Valencia para organizar eventos y buscar contrataciones con la Generalitat.
La vista oral sienta a 27 acusados en el banquillo, y llega precedido de una cascada de confesiones y conformidades de algunos de los principales nombres ligados a 'Gürtel' (entre ellos, Correa, Crespo y Pérez). Casi una docena de personas han alcanzado acuerdos con la Fiscalía, algo que el expresidente Camps ha criticado por considerarlo «obsceno» y logrado a través de «pactos secretos» propiciados por la presión de la fiscalía a los acusados.
Correa, el impulsor de toda la trama empresarial, ha explicado que «inicialmente la relación la empezó Álvaro con Paco Camps, que le fue presentando miembros del PP y del Consell». Correa ha asegurado que tuvo relación con Pedro García, expresidente de Canal 9, y Ricardo Costa, entonces mano derecha de Camps en el PPCV.
«Con David Serra tuve una relación porque estaba en Nuevas Generaciones. Como yo era el que hacía campañas adquirí relación con él, que era un chico jovencito y estaba siempre con nosotros», señaló Correa sobre su conexión con el exdiputado del PP en el tiempo en que organizaba actos para Aznar.
Según su declaración, Camps sabía de la vinculación de Orange Market con las campañas del PP en Madrid. «Camps sabía que nosotros llevábamos las campañas del PP y Álvaro Pérez le dijo que habíamos roto las relaciones con Génova», según Correa, quien ha relatado que «yo le presionaba a Álvaro diciéndole que trabajábamos con el PP en Valencia pero que había contratos de la Generalitat. Había una empresa allí, Engloba, que contaba con el 60% o el 70% de los contratos, y yo le pedía a Pérez que contactase con Camps, los consellers o los directores generales, porque mi obligación era que la empresa facturase lo más posible, y Álvaro logró algún contrato. Íbamos consiguiendo algún contrato, pero no los que yo deseaba».
«No es que fuéramos su agencia exclusiva, pero muchos de sus dirigentes contrataban con nosotros sus viajes», ha explicado Crespo, que ha reconocido «atenciones», viajes de miembros del partido popular que nadie pagaba. «Con el cambio en Génova, las relaciones con Rajoy no eran buenas. La publicación de un reportaje sobre las 'amistades peligrosas de Alejandro Agag' provocó que la relación con el PP quedara totalmente desacreditada. Creamos entonces una nueva compañía y la mandamos a Pozuelo», ha señalado Crespo, quien ha reconocido ante las preguntas de la Fiscalía que iniciaron una nueva estrategia: «Álvaro tenía relación con dirigentes regionales. Conocía a Camps. Pérez es el mejor escenógrafo que conozco. Correa decidió que ante la falta de trabajo podíamos iniciar una nueva vía en Valencia. Pérez me decía a mí, y Correa también me lo decía, que había química con Camps». Crespo, en cualquier caso, ha asegurado no conocer al expresidente.
El director general del holding que protagonizó la trama investigada en el caso Gürtel que se inició en Madrid ha relatado que El Bigotes era quien dirigía Orange en Valencia y era una sucursal del entramado empresarial «Yo era consciente de que estábamos fraccionando contratos. Era yo el que decía cómo había que hacerlo», ha indicado Crespo, al que la Fiscalía ha leído notas de su agenda donde se describen relaciones con miembros del Consell.
«A la señora De Miguel (exconsellera de Sanidad) no la he conocido más que durante la causa. El Ricardo que aparece ahí es Ricardo Costa y Campos será el entonces Víctor Campos. Si tenía una conversación con Álvaro tomaba notas en la agenda porque tengo muy mala memoria, y así luego se lo contaba a Correa. Los objetivos eran hacer trabajos para la Administración Pública. Hacer bien los eventos te facilitan tener un nombre y queríamos que a Pérez se le fuera conociendo para luego trabajar con la Administración, y ahí estaba la labor de Pérez».
Crespo explica que conoció a David Serra (exdiputado del PP y luego alto cargo del Consell) «de antes, cuando yo estaba en el PP en Galicia. La mayor parte de relación que tuvimos, Álvaro Pérez sobre todo, porque cuando Costa era el responsable Serra nos peleaba precios y le hicimos algo cuando él era director general. Alguna cosa hicimos con él en el Open. Hubo debate con los organizadores porque inicialmente no querían contratarnos, Pérez intervino con el señor Camps para que nos contratasen y nuestro papel era que el dinero que gastaba allí la Generalitat tuviera una contraprestación en la atención a sus invitados a través nuestro, que éramos una empresa de su confianza».
La Fiscalía ha emitido conversaciones entre Crespo y Pérez en las que relatan sus conversaciones con dirigentes del PP con el fin de que les pagasen los eventos del partido, a través de Ricardo Costa, charlas en las que se reitera que Camps tenía conocimiento de un viaje confidencial entre Correa, Pérez, Alberto Catalá (expresidente de Feria Valencia) y Pedro García (expresidente de Canal 9) para intentar negociar la llegada de los Grammy Latinos a Valencia para celebrar allí su gala. «El partido tenía problemas para pagarnos lo que nos debía. El que más le apretaba a Álvaro sobre eso era yo porque era quien supervisaba las cuestiones financieras. Para que, si al menos no nos pagaban por un lado, nos dieran contratación pública», ha descrito Crespo.
El expresidente Camps y la Fiscalía Anticorrupción no son amigos. En absoluto. Son enemigos íntimos. Irreconciliables. El exdirigente del PP señala desde hace tiempo a la Fiscalía Anticorrupción y critica sus prácticas abiertamente por considerarlas «obscenas» debido a «pactos secretos» en busca de «personas para intentar inculpar a otras» a cambio de rebajarles «las exorbitantes peticiones de condena que pide muchas veces». La fiscal, durante las cuestiones previas del juicio de Gürtel celebrado este martes, ha replicado que la cascada de confesiones y conformidades obtenidas por el ministerio público por parte de varios acusados en la causa de los contratos de Fitur son «perfectamente legales», y existe «jurisprudencia que no vincula al tribunal». Es decir, que esos pactos de conformidad no supone que los jueces vayan a fallar contra Camps «bien lo sabe quien fue absuelto de la causa de los trajes a pesar de que habían dos conformidades», ha subrayado la fiscalía, que entra al choque con Camps.
El ministerio público ha rebatido la cuestión de las conformidades, o sea, de las confesiones pactadas por varios acusados tras una negociación previa con la fiscalía, que ha subrayado que «no es ningún delito ni algo inusual». Igualmente, ante la intención de la defensa de Camps de que sea exculpado porque ya fue juzgado por este asunto en la causa de los trajes. «No existe relación entre lo que juzgó y esta causa. Ni son los mismos hechos ni es el mismo delito. No se puede apreciar cosa juzgada ni remotamente», ha señalado el ministerio fiscal.
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