El cambio climático, la patata más caliente que nadie quiere tramitar en la Generalitat

El Consell decretó la emergencia climática en la Comunitat nada más iniciar la legislatura, pero esa emergencia no es sinónimo de urgencia o de eficacia a la hora de tomar decisiones, al menos en lo que respecta a la tramitación medioambiental. Hay muchas sensibilidades en juego, y también intereses económicos.

La formación de los funcionarios que generalmente optan a los puestos de jefe de servicio, como en el caso, está vinculada a la experiencia jurídica en tramitación. Sin embargo, en este caso, se busca un ingeniero, un técnico específico familiarizado en cuestiones vinculadas con el ámbito medioambiental, y no tanto con una formación jurídica. Está pendiente resolverse una oposición para cubrir la plaza. Es un puesto con mucha carga de trabajo, muy técnico, según fuentes de la conselleria de Mollá, y más ahora con todo lo relacionado con los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE), así que hasta que no se resuelva la fase del concurso de esa oposición no habrá jefe de servicio.

En el DOGV se especifica que mediante una resolución del 11 de julio (hace casi tres meses), la Dirección General de Función Pública (dependiente de la conselleria de Gabriela Bravo) convocaba la provisión, por el sistema de libre designación, de la plaza vacante en el departamento de Mollà: «jefe/a del Servicio Eficiencia Energética para la Transición Ecológica». Sin embargo, Función Pública ha determinado que «no hay personas participantes admitidas» por no cumplir los requisitos demandados, así que se declara desierto el puesto. De este modo, se prolongan las dificultades para dar fluidez y acelerar tramitaciones en una conselleria que sufre problemas endémicos desde hace años en materia de puestos funcionariales. Hay varios factores que no ayudan, sino que agravan la situación y se retroalimentan.

A las diferencias de criterio entre Compromís y PSPV en temas estratégicos vinculados al medio ambiente y el cambio climático se suma un problema organizativo. Las jubilaciones y vacantes en la conselleria no se han ido supliendo, de modo que el trabajo ordinario se reparte entre menos funcionarios y la tramitación se acumula. Si al conflicto político se añade que el trabajo se incrementa, el atractivo de estas plazas es mínimo.