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Nueva vuelta de tuerca del expresidente de la Generalitat Francisco Camps en la causa de los contratos de Gürtel con la Administración valenciana que le llevará a sentarse en el banquillo de los acusados. En un primer momento, trató de recusar a José de Prada por su aparente parcialidad y su afinidad al PSOE y Unidas Podemos. Este incidente fue rechazado. Y ahora acaba de impulsar un nuevo intento por apartar del procedimiento a José Antonio Mora.
El argumento es que se da la circunstancia de que este último firma el auto por el que se da carpetazo a la recusación de José de Prada. Camps, junto a otros investigados, parece haber emprendido toda una serie de maniobras para dilatar el procedimiento, todavía sin fecha para la celebración de la vista.
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La defensa de Camps plantea que la recusación planteada por otro de los acusados, Rafael Peset, sí fue resuelta por otro magistrado que no pertenece a la sala Segunda del Tribunal Supremo. De tal forma que en ese caso sí se habría cumplido la legalidad, siempre según la tesis del expresidente. De hecho, considera que lo más «respetuoso con el procedimiento de legalidad» hubiera sido acumular los dos incidentes con el mismo magistrado. Pero no se hizo de esta forma. Al contrario, la actuación ha infundido «desconfianza e inseguridad» en el tribunal.
Así, con esa intervención supuestamente ilegítima del magistrado en el citado proceso de recusación, Camps sostiene que ha quedado en cuestión «su imparcialidad al evidenciarse un interés directo en la causa (vinculada al partido político) y que el »magistrado ahora recusado ha juzgado con anterioridad o, al menos, en la inadmisión del incidente de recusación contra el que es su compañero de Sección«.
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