Las elecciones generales podrían o no adelantarse. Las autonómicas podrían celebrarse el cuarto domingo de mayo de 2019 o también avanzarse si así lo considera el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Pero las que sí o sí se celebrarán el próximo 26 de mayo son los comicios municipales. Una consulta que renovará las corporaciones municipales y que, en el caso de la ciudad de Valencia, resituará el equilibrio de fuerzas entre izquierda y derecha. Las elecciones en el cap i casal resultan trascendentes, no sólo por la condición de Valencia como tercera capital española. También por la influencia que el resultado tiene para decidir la mayoría política en la Diputación de Valencia y, si coinciden con las autonómicas, por el voto que pudiera arrastrar para esas votaciones. En Valencia se juega el resultado de buena parte de todos esos procesos electorales.
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Y ningún candidato a la alcaldía llega excesivamente sobrado de energía a esa cita. Los nombres que se perfilan como seguros candidatos para optar a la alcaldía -Joan Ribó (Compromís), Sandra Gómez (PSPV), Fernando Giner (Ciudadanos) y María Oliver (Podemos-EU)-, así como la incógnita que el PP valenciano se empeña en mantener respecto a su cartel electoral, presentan en todos los casos fortalezas, pero también significativas debilidades que condicionarán la elaboración de las candidaturas.
El escenario en el que llegan los comicios municipales en la capital valenciana presenta alguna diferencia sustancial respecto a las autonómicas y las generales. La alcaldía que ejerce Joan Ribó debería de haberle dado al dirigente de Compromís ese plus propio de quien ejerce la vara de mando. Ribó se benefició en 2015 del incontestable tirón electoral de Mónica Oltra, alcanzando una vara de mando que pocos esperaban. Cuatro años después, la gestión del alcalde presenta evidentes claroscuros y su edad -cuando se celebren los comicios le quedarán cuatro meses para cumplir los 72 años- puede suponer un factor negativo. La coalición está obligada a perfilar una candidatura que compense esa 'veteranía' de Ribó, pensando incluso en una sucesión que el alcalde ha logrado sortear esta legislatura, pero que difícilmente podrá evitar la próxima. La secretaria autonómica de Presupuestos, Clara Ferrando (Bloc) se perfila como una de las opciones más claras para ocupar un puesto destacado en la lista municipal de la coalición, aunque la formación remarca que serán las primarias las que decidan. Gloria Tello (Iniciativa) también tendrá sus opciones.
Sus socios del PSPV presentan a Sandra Gómez a la alcaldía. La líder de los socialistas de la ciudad de Valencia ha logrado sortear las dificultades orgánicas que se le han ido presentando hasta convertirse en referencia de su partido y cartel electoral socialista, más por su empeño personal en lograrlo que por el apoyo de alguno de los sectores que le ayudaron a referenciarse. Gómez (33 años) podría beneficiarse de la mejora de las expectativas electorales del PSOE que las encuestas han venido retratando desde la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a la Moncloa. Un dato que permitiría compensar unos resultados tradicionalmente débiles en el cap i casal, con porcentajes de voto muy por debajo de los que logra el PSPV en las autonómicas.
En redes sociales, la líder socialista puso en valor la pasada semana el apoyo recibido del conseller de Hacienda, Vicent Soler, uno de los nombres que sonó como eventual alternativa a Gómez como cartel electoral a la alcaldía.
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Fernando Giner será con toda seguridad el aspirante de Ciudadanos a la alcaldía de Valencia. La formación que lidera Albert Rivera tiene depositadas en el cap i casal muchas esperanzas, a las que contribuye la inacción detectada en el PP de Valencia y la apuesta decidida que el partido naranja ha hecho por tomar la bandera del valencianismo político. Giner sigue adoleciendo, no obstante, de ese perfil político que cabe esperar de un aspirante a la alcaldía. Lo compensa, no obstante, con una imagen de buen gestor y con un equipo de asesores y concejales -resuelta ya alguna discrepancia interna- que le arropan.
En todo caso, Giner cuenta con la ventaja de encabezar una formación política cuya principal referencia es, sin ningún lugar a duda, el tirón electoral de su líder nacional, Albert Rivera. Cs en el cap i casal puede no tener claro si su número dos será hombre o mujer -en función de si hacen lista cremallera- o si reconocerán la labor de Narciso Estellés. En todo caso, la fuerza de la marca y el tirón de su líder serán los pilares sobre los que pivotarán la campaña y sus expectativas electorales.
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Todo lo claro que está en Ciudadanos son incertidumbres en el PP valenciano. A ocho meses escasos para los comicios, la formación que lidera Isabel Bonig no sólo sigue sin tener un candidato a la alcaldía de Valencia. Los populares acaban de protagonizar un episodio chocante, al realizar desde la calle Génova una encuesta con cinco posibles candidatos a la alcaldía, de los que uno, el abogado Manuel Broseta, se descolgó el mismo día que tuvo noticia, a través de este diario, que había sido incluido en ese sondeo. El vicepresidente del PP europeo, Esteban González Pons, ocupa un lugar destacado en las quinielas, en las que también figura un candidato independiente, que contaría con el aval de Bonig.
Sin cartel electoral, lo que al menos los populares sí que tienen claro es que Eusebio Monzó, el único de los diez concejales del Ayuntamiento de Valencia que no está a un paso del banquillo por el caso Taula, ocupará un puesto destacado en la lista.
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En las filas de Podemos, que acudirá a las urnas en coalición con Esquerra Unida, se da por sentado que la actual portavoz en el Ayuntamiento, María Oliver, será la candidata a la alcaldía. Aunque está previsto la celebración de primarias para elegir al cabeza de lista, Oliver, de momento, es la única que ha comunicado su intención de presentarse. Fuentes del partido apuntan que su número dos sería Jaime Paulino, actual secretario general de Podemos en la ciudad de Valencia, que aunque se ha centrado en el trabajo orgánico esta legislatura ahora quiere integrarse en el grupo municipal para que haya una mayor coordinación entre el partido y el consistorio.
PSPV
Sandra Gómez ha superado las dudas que existían en su partido sobre su solvencia para optar a la alcaldía y para liderar el partido. Con 33 años, algunas de sus últimas iniciativas han generado una contundente respuesta por parte de Compromís, quizá la principal señal de su acierto. Puede aprovechar el tirón de la marca PSOE y sacar rédito de la diferencia de edad -casi 40 años- con el candidato de Compromís. Capitaliza el mensaje de renovación que siempre es bien recibido por el electorado.
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La juventud de Gómez tendrá que se complementada con una candidatura que deje espacio para la experiencia. La líder socialista será candidata aún cuando algunos de los apoyos que le sirvieron para hacerse con el mando del partido hubieran preferido resguardarla otros cuatro años. Un eventual adelanto de las elecciones autonómicas podría condicionar sus opciones, toda vez que el porcentaje de voto en la ciudad ha sido históricamente inferior al del resto de comicios. El futuro del resto de miembros del actual grupo es incierto.
COMPROMÍS
El alcalde acudirá al 26 de mayo con el extra de haber superado una legislatura al frente de un Gobierno de coalición, y lo que ello supone de capitalizar la gestión municipal. Su principal fortaleza, como ocurrió en 2015, consiste en aprovechar el efecto del tirón electoral de Mónica Oltra. La experiencia de estos cuatro años de gestión y algunas medidas dirigidas a acercar la institución a los ciudadanos juegan a su favor.
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Ribó cumplirá 72 años en 2019. La coalición está obligada a componer una candidatura que incorpore su previsible relevo. La secretaria autonómica de Presupuestos, Clara Ferrando, es la principal aspirante a acompañarle como número dos -aunque la coalición recuerda que se celebrarán primarias-. Ribó acude a los comicios con una gestión de claroscuros, que ha generado algunas polémicas innecesarias. Y sobre todo, con una cierta percepción de agotamiento que afecta en primera persona al aspirante a la alcaldía.
CIUDADANOS
Fernando Giner encabezará una lista en la que su principal fortaleza es la solvencia de la marca. Todas las encuestas sitúan al partido de Rivera con un importante crecimiento en el ámbito de la Comunitat Valenciana. Y Valencia, gracias también a un PP invisible, es terreno más que abonado para reforzar expectativas. Fernando Giner ha logrado hacerse fuerte con la bandera del valencianismo político, afeando al Gobierno de La Nau sus políticas de corte radical y medidas en ámbitos muy concretos como el tráfico o las fiestas falleras, en las que ha separado mucho más que ha unido.
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A Giner se le ha reprochado en alguna ocasión que su falta de perfil político limita el necesario colmillo para la confrontación con el resto de aspirates a alcalde. Cs no necesita cubrir esa carencia en la lista municipal toda vez que es el propio Rivera el que se convierte en principal referencia política -circunstancia que agrieta el perfil valenciano del partido-.
PODEMOS-EU
María Oliver cuenta con la ventaja de encabezar una candidatura con la marca de Podemos ya que el proyecto de València en Comú, nombre con el que se concurrió en 2015, se da por agotado. En la lista también estará presente Esquerra Unida, que en los pasados comicios cosechó 20.000 votos (4,71%) y no consiguió representación. Oliver pretende sumar esos apoyos y mejorar unos resultados que en 2015 se admite que no fueron buenos.
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Los comicios de 2019 van a estar totalmente condicionados por el panorama estatal, donde Podemos tiene una clara tendencia a la baja. Aunque tres concejales del partido hayan estado presentes en el Gobierno local también se corre el riesgo de que toda la de gestión la capitalicen Compromís y el PSPV. Además, Oliver es para muchos una desconocida, ya que asumió el cargo de portavoz a mitad legislatura. Por ello se espera que la acompañe Jaime Paulino, secretario general de Podemos en Valencia ciudad.
PP Valenciano
Las dudas que existen en el resto de partidos respecto al número dos de la lista son certezas en el PPCV. Eusebio Monzó, actual portavoz municipal, ocupará previsiblemente uno de los puestos destacados en la lista.
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El PP valenciano aún no tiene candidato a la alcaldía del cap i casal. Con un grupo municipal al bordel banquillo -así están nueve de sus diez concejales- y con una gestora de perfil bajo, la ausencia de un referente político en la capital valenciana ha servido en bandeja el terreno del centro derecha a Ciudadanos. No hay candidato y no parece que existan demasiadas coincidencias entre la dirección nacional y la regional respecto a quién situar en ese puesto, tal y como ha demostrado la encuesta encargada por Génova y de la que el equipo de Bonig se enteró de rebote. Las próximas semanas serán clave para definir quién opta a la alcaldía con el PPCV.
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