Toni Cantó tomó hace prácticamente un año las riendas de Ciudadanos en la Comunitat Valenciana. El Síndic de la formación naranja asumió el encargo de la dirección capitaneada entonces por Albert Rivera y, con la designación de candidato a la presidencia de la Generalitat en el bolsillo, dio perfil propio al discurso de un partido que, hasta ese momento, había visto pasar a casi media docena de líderes sin que ninguno terminara de dejar su huella.
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Con Cantó al frente de las listas autonómicas, Cs obtuvo 18 escaños a Les Corts, convirtiéndose en la tercera fuerza política de la Comunitat, por delante de Compromís y a sólo un escaño del PP valenciano. El primer objetivo sobre la mesa, por lo tanto, fue el de consolidar la posición del partido y tratar de imponerse en el pulso con Isabel Bonig por el liderazgo del centro derecha valenciano.
Cantó empezó fuerte, con una intervención en el debate de investidura de Ximo Puig que sirvió de tarjeta de presentación de sus dotes como orador. El Botánico pronto concluyó que ponerle proa al portavoz de Cs permitía ‘levantarlo’ frente a Bonig y, al mismo tiempo, le cortaba el espacio para un eventual crecimiento.
El dirigente naranja, desde su llegada a la política valenciana, ha hecho voluntad su deseo de acceder a la portavocía autonómica de Cs, el cargo que ha venido ocupando Fernando Giner. Los resultados en las elecciones municipales en Valencia, donde Cs no cumplió los objetivos previstos -mejoró en número de votos pero mantuvo el de concejales-, y las discrepancias con los coordinadores locales, sumado el significativo resultado de Cantó, aceleraron un proceso que, no obstante, nunca ha llegado a culminarse.
En paralelo, el desmoronamiento electoral de Cs a nivel nacional, con la pérdida de medio centenar de escaños, la dimisión de Rivera y el nombramiento de una dirección provisional, ha forzado un proceso de refundación de la formación naranja, con Inés Arrimadas al frente y con el debate forzado por el sector crítico que encabeza Francisco Igea respecto al modelo de partido -mantener el carácter centralista del partido durante la etapa de Rivera en la designación de líderes territoriales o buscar una propuesta más similar a la de los partidos tradicionales-.
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Cantó se había mantenido hasta la fecha en una posición discreta, aunque más cercana a las tesis de Igea que a las de la propia Arrimadas. Asumir la portavocía autonómica -sea con esa denominación o con otra si el congreso de marzo decide modificarla- y disponer de margen de maniobra para situar en los puestos clave -Acción Institucional y Organización- a personas de su confianza, resultaban aspectos clave para relanzar el proyecto del partido en la Comunitat, a juicio del entorno de Cantó.
Ese debate orgánico, decantado hasta la fecha a favor de Arrimadas –que el jueves afeó a Igea sus críticas al sistema de organización interno de Cs y le dijo que si quiere un «partido de baronías», debería presentarse a las primarias y competir con ella– no es ajeno al sensible cambio de posición de Cantó respecto a este tema. El dirigente valenciano ya ha suavizado su posición en relación con este tema. Cantó tampoco participó ayer en una reunión de dirigentes críticos en Barcelona.
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La postura coincide con el incipiente debate abierto ya en Madrid respecto a la composición de la nueva dirección del partido. Arrimadas y su equipo de confianza, con José María Espejo a la cabeza, trabajan ya en un nuevo equipo con el que tratar de relanzar el partido. Y en ese equipo, según las fuentes consultadas por este diario, estará Toni Cantó. El dirigente valenciano, el referente del partido en la Comunitat con mayor nivel de visibilidad, pasaría a formar parte de la dirección nacional, consolidando de esta forma su posición en el partido.
Que Cantó pueda ser nombrado miembro de la dirección nacional no le cerraría el camino a ocupar también la portavocía autonómica. Aunque ese extremo está por definir, las fuentes consultadas por este diario sostienen que es muy probable que no exista incompatibilidad alguna entre dirigir la organización en una comunidad y, al mismo tiempo, formar parte de la cúpula nacional del partido. De confirmarse una y otra designación, Cantó asumiría sin ningún tipo de discusión el liderazgo político y orgánico que ha venido reclamando hasta la fecha.
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Cs tiene sobre en el horizonte las elecciones en Cataluña como uno de los hitos fundamentales. Arrimadas planteó ayer que una alianza con el PP en las elecciones catalanas, y también las gallegas y las vascas, pero afirmó que la formación naranja priorizará siempre los intereses de España e instó a otros partidos a hacer lo mismo en todos los casos, no solo cuando «les convenga».
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