Mazón tiene que irse. Cuatro palabras resumen la intervención de Pedro Sánchez este miércoles en el pleno del Congreso. Cero responsabilidad del Gobierno que él preside ni de ninguna de las entidades que dependen de la administración central. Fue Mazón y sólo Mazón. Y como ... mucho, el negacionismo climático del PP y Vox.
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Sánchez señaló a Mazón desde el primer minuto, incluso pese a proclamar al inicio de su comparecencia que no era el momento «de polemizar ni de buscar culpables». Pero para construir su relato, el presidente del Gobierno destacó y omitió datos y aspectos clave de la gestión de la DANA, con el objetivo de convertir en más clara y evidente la responsabilidad única del dirigente valenciano. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, le expuso algunos de ellos en su réplica. Matices que contribuyen a entender con una visión más completa qué ocurrió en los días previos y en los posteriores a ese fatídico 29 de octubre que zarandeó a toda la Comunitat.
Las competencias
Sánchez comenzó su intervención circunscribiendo la competencia de la gestión de lo ocurrido a la Generalitat. La legislación establece que en situaciones de emergencia de nivel dos de este tipo, el mando único corresponde a la Comunidad Autónoma. Al Gobierno central, en cambio, le corresponde generar toda la información necesaria sobre la meteorología y los caudales hídricos y transferir a la Comunidad Autónoma todos los medios que requiera.
Sánchez se refirió a la situaciones de emergencia de nivel 2, y dijo que la competencia estaba en manos de la CCAA. Pero obvió que esa competencia está en manos del Cecopi, en el que también está representado el Gobierno. Y que existe una emergencia de nivel 3, que es la que provoca que el mando único sea asumido por el Gobierno central, una decisión que puede solicitar la CCAA o adoptar directamente el Ejecutivo. Tanto porque hubo muertos en otras CCAA como porque se vieron afectadas infraestructuras de interés general para el Estado como la A-3, la línea de AVE o el aeropuerto de Valencia, parecía razonable acordarla.
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Aemet y CHJ
Sánchez defendió en su intervención el papel de los dos organismos científicos. La AEMET y la Confederación Hidrográfica del Júcar «son organismos técnicos. No hacen juicios subjetivos ni tampoco cálculos políticos». El presidente defendió la información generada y aportada por uno y otro organismo «y prueba de ello está en que hubo muchas instituciones que sí tomaron decisiones en esas horas difíciles».
Lo que el presidente del Gobierno no despejó fueron las dudas sobre algunas de esas informaciones generadas. Por ejemplo, que la Aemet alertara de lluvias ese 29 de octubre de hasta 180mm y que, después, las registradas multiplicaran por cuatro esa cantidad. O que la CHJ no informara entre las 16.13 y las 18.43 del caudal del barranco del Poyo, que en esa primera hora era de 29 hectómetros cúbicos y en la segunda rozaba los 1.700, superando hasta en 11 veces el umbral de aviso. O del silencio del presidente de esa entidad desde el mismo día de la DANA, cuando participaba en el Cecopi y no informó del caudal del Poyo.
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Los correos
Para defender la labor de la CHJ, Sánchez remarcó que la entidad remitió a las autoridades de Protección Civil un total de 198 correos electrónicos a lo largo de ese día. «Estuvo presente en el CECOPI desde el primer momento, donde alertó del incremento de los caudales en toda la provincia de Valencia», señaló.
Lo que Sánchez obvió es que de esos 198 correos, únicamente uno, el remitido a las 18.43 horas, advirtió del gigantesco caudal de agua que bajaba por el barranco del Poyo. Un correo que no vino acompañado además de llamada telefónica alguna. Tampoco hizo mención a que en las horas inmediatamente anteriores la CHJ había comunicado tres bajadas de caudal en el mismo barranco. Los 198 correos demuestran más un sistema automatizado de transmisión de datos que una conversación entre dos organismos sobre una situación excepcional.
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El apagón
La AEMET emitió los primeros avisos sobre la DANA el jueves 24 de octubre, cinco días antes de la catástrofe, explicó. «No hubo, como se ha dicho por parte de algunos, ningún apagón informativo el pasado día 29», añadió el presidente, que en su primera intervención no hizo una sola mención a la presa de Forata.
Y eso es significativo. Porque Sánchez evitó explicar que la alerta enviada por SMS a las 20.12 horas, no era por el caudal del Poyo que a esa hora ya anegaba varias comarcas valencianas, sino por el riesgo de rotura de la presa de Forata. Un riesgo que la CHJ estimó a las 18.00 horas que se podría producir en 13 horas, y que se certificó en 89 minutos.
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La contratación
En la comparecencia de Sánchez también aparecieron los contratos de emergencia tras la DANA, y que en los últimos días se han puesto bajo el foco porque algunas de las adjudicatarias son empresas que se vieron salpicadas en su día por el caso Gürtel.
Lo que Sánchez no explicó es que la contratación de emergencia es perfectamente legal, y que en tanto que obliga a una rápida respuesta contractual, prima la prestación del servicio sobre el procedimiento administrativo ordinario. En el caso de la administración autonómica, el criterio ha sido primar a las firmas que ya se encargaran de la conservación de las infraestructuras, desde el convencimiento de que esa circunstancia permitía acelerar la actuación. «Capacidad, solvencia y territorio», se explica desde la administración autonómica. «Y repetir lo menos posible» entre las adjudicatarias.
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