M. hortelano
Lunes, 30 de marzo 2020, 00:37
Está a punto de cumplir sus primeros dos años como directora general de la cartera básica de servicios del Sistema Nacional de Salud y de Farmacia, en el Ministerio de Sanidad, pero hasta el estallido de la crisis ocasionada por el coronavirus, su presencia en la capital había sido discreta. Sin embargo, esta semana, Patricia Lacruzha saltado a la escena mediática a cuenta de las compras de material sanitario defectuoso que el Ministerio del que depende ha efectuado a China. El sábado, la también exdirectora general de Farmacia de la Generalitat Valenciana, protagonizó un momento que ha llenado las redes y las noticias de numerosos comentarios a cuenta de la respuesta que dio durante la rueda de prensa en la que compareció en Moncloa, junto al resto de expertos del gabinete técnico del Gobierno.
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En concreto, a la pregunta sobre por qué el Gobierno ha vuelto a confiar en la empresa china Bioeasy para la compra de nuevo material, a pesar de que había sido la firma que suministró los test imprecisos que el Ejecutivo ha tenido que devolver (demás, otros países con el mismo problema han evitado ya acudir a ese mismo proveedor, no así el Gobierno de España) Lacruz sorprendió con una respuesta que nada tenía que ver con el asunto, esquivando así cualquier responsabilidad. "Si no llegamos a fabricantes, vamos a distribuidores o intermediarios. Estas empresas pueden ser nacionales, de China o de otros países europeos".
La actual directora general de la cartera de farmacia se ha mantenido en el cargo con tres ministros diferentes. El actual, Salvador Illa, la anterior, Luisa Carcedo, y la exministra Carmen Montón, con quien ya había sido directora general de Farmacia del Gobierno valenciano en su etapa como consellera de Sanidad, y con quien emprendió el viaje al Ministerio donde aún permanece.
Lacruz, exresponsable de calidad en el Hospital de Manises antes de aterrizar en política, llegó a la Generalitat sin experiencia de gestión reseñable y sin ascendencia ni militancia política, algo extrapolable al entorno de cargos elegidos por la entonces consellera. En su cargo en el tercer escalón del Ejecutivo valenciano fue sonado su enfrentamiento directo con las farmacias a cuenta del conocido modelo Resi Eqifar, con el que se pretendía desvincular a las boticas de la atención a residencias sociosanitarias mediante un modelo de prestación farmacéutica directa. Tras su paso por Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TACRC) y el archivo, el equipo actual de Sanidad, con Ana Barceló, acabó desistiendo del modelo.
Sólo en el Ministerio conocen qué ha sucedido esta semana y qué controles fallaron para que lo que debía ser el pedido más importante en décadas haya acabado en escándalo, mientras en comunidades como la valenciana, la mercancía está llegando de China con normalidad.
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