Cásting de ministrables valencianos: Morant, Puig, Ábalos...

Un Ejecutivo de coalición con Sumar con menos carteras, y del que se viene señalando que tendrá mayor perfil político y un notable nivel de renovación. Un Gobierno en el que, en la parte socialista, son pocos los ministros cuya continuidad parece garantizada: María Jesús Montero y Félix Bolaños, y quizá alguno más.

¿Y los ministros valencianos? La representación de la Comunitat en los Ejecutivos de Sánchez ha corrido a cargo, en su primera etapa -hasta verano de 2021- por José Luis Ábalos; y desde aquella fecha por Diana Morant. En ambos casos, un único representante del PSPV (Luis Planas nació en Valencia pero su trayectoria profesional se ha desarrollado fuera de la Comunitat).

Partiendo de una verdad incontestable -la dificultad para descifrar a Sánchez y sus planes a la hora de nombrar equipos-, todo apunta a que en un Gobierno con menos ministros resulta complicado que vaya a aumentar la presencia de representantes del PSPV. Puede ocurrir, claro está, pero no es lo más probable.

En todo caso, el cásting de representantes del socialismo valenciano con opciones de formar parte del Ejecutivo central lo encabeza la actual ministra de Ciencia e Innovación. Diana Morant, exalcaldesa de Gandia, lleva poco más de dos años al frente de una cartera con una visibilidad pública muy ajustada. Este jueves, preguntada por sus opciones de seguir en el consejo de ministros, se limitaba a mostrar su convencimiento de que Sánchez compondrá el mejor Gobierno. Morant además ayudaría además a ajustar el criterio de paridad en el Ejecutivo.

¿Pero será con ella? Dos años después de su nombramiento, y con una Ley de Ciencia aprobada con éxito, la labor de Morant al frente de ese departamento no ha recibido contestación ni ha generado polémica. «Y no molesta a ninguna familia (del PSPV)», se apresura a remarcar un veterano del socialismo valenciano. Exalcaldesa de Gandia, de 43 años, las razones que llevaron en su día a Sánchez a confiar en esta ingeniera de Telecomunicaciones no parecen haber cambiado como para sospechar un relevo. Su escasa pegada política puede ser el factor que más complique su continuidad.

O sí. Porque si el presidente del Gobierno mantiene esa decisión de contar con un único representante del PSPV, hay una alternativa que desde hace semanas se viene barajando desde la propia cúpula del socialismo valenciano: la de su líder, el expresident Ximo Puig. Desde la derrota en las elecciones autonómicas del 28 de mayo, el entorno del secretario general del PSPV acaricia la idea de que Sánchez recupere al expresident para su nuevo Gobierno, aprovechando así su bagaje político, su capacidad para llegar a acuerdos y también como una suerte de colofón a su carrera política.

Puig, sólo unas semanas después de proclamar en una entrevista que su objetivo no era ser ministro, también hacía referencia este miércoles a que su eventual presencia en el consejo de ministros dependía de Pedro Sánchez. Más allá de la obviedad, lo cierto es que a sus 64 años, tras dos legislaturas como jefe del Consell -y no pocas diferencias con el líder del PSOE- el secretario general del PSPV, presidente de los socialistas en Les Corts y senador territorial espera a conocer la decisión de Sánchez para redirigir su trayectoria política. La líder de los socialistas de Valencia, Sandra Gómez, ya ha avanzado que Puig debería volver a optar a la secretaría general, una responsabilidad aparentemente incompatible con dirigir un ministerio.

¿Y Ábalos? El exministro de Fomento y exsecretario federal de Organización del PSOE ha recuperado en las últimos tiempos buena parte de la enorme complicidad que mantenía con Sánchez y que le llevó a convertirse en el hombre fuerte del líder socialista en el Gobierno y en el partido. ¿Como para volver a recuperar un puesto en el consejo de ministros? En algunos círculos de la capital ha ganado terreno esa tesis en las últimas horas, y Ábalos es sin ninguna duda el dirigente del PSPV que más lealtad ha mostrado a Sánchez desde que aquel comité federal del 1 de octubre de 2016 le apartó de la secretaría general del PSOE.

Ábalos, con 63 años, se ajusta a ese perfil más político que Sánchez necesitará para una legislatura que, como el debate de investidura ha demostrado, se perfila como de negociación permanente con los independentistas y de choque frontal con la oposición de PP y Vox. Circunstancia que, no obstante, se puede afrontar desde el Ejecutivo pero también desde otras responsabilidades.

¿No hay más alternativas valencianas para el consejo de ministros? La respuesta a esa pregunta, tratándose de Sánchez, nunca puede ser negativa. En algunos círculos se ha especulado, una vez más, con el nombre de la exconsellera de Justicia, Gabriela Bravo, como una de las posibles opciones para dirigir el ministerio de Igualdad. Como suele decirse en el PSPV, el nombre de Arcadi España aparece en todas las quinielas cuando se trata de una designación que pueda depender de Puig. Aunque eso no siempre sea una garantía de éxito. La incógnita la despejará Sánchez previsiblemente este fin de semana.