La presidenta del PP de la ciudad de Valencia, María José Catalá, apeló ayer a la generosidad en el debate abierto sobre la renovación del liderazgo en el PP valenciano. Una referencia nada casual, que la dirigente popular dirigió a Isabel Bonig, después de recordar que la actual presidenta llegó al cargo en 2015, como consecuencia de la «generosidad» que mostró el hasta entonces líder del partido, Alberto Fabra.
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Catalá vino a considerar necesaria que ahora se aplique la misma generosidad, por parte de Bonig, pero también desde la dirección nacional del PP. «Hay conversaciones entre la calle Génova e Isabel Bonig, y seguro que llegarán a buen fin», dijo en declaraciones a Plaza Radio. La dirigente popular recordó que en el PPCV siempre ha habido ejemplos de «generosidad». Recordó el caso del expresidente Fabra, cierto que después de una dolorosa derrota electoral, la de 2015, que dejó a los populares valencianos sin la presidencia de la Generalitat y también sin buena parte del poder provincial y municipal del que había disfrutado durante las dos décadas anteriores.
Catalá recordó que Bonig ha trabajado intensamente desde 2015, «en los peores momentos de la situación orgánica». Una alusión que el entorno de la presidenta regional recuerda con asiduidad, en referencia no sólo a los casos de corrupción que han afectado a exdirigentes populares, sino también a la gestión de situaciones tan complicadas como la que afectó a Rita Barberá, primero por su imputación y después con su fallecimiento.
La dirigente popular, que hasta ahora había mantenido una actitud neutral en el proceso –en una entrevista con este diario se limitó a señalar que la dirección nacional le había pedido que apoyara al «mejor candidato» para liderar el partido, sin llegar a reconocer cuál era su favorito– se posicionó ayer mucho más cerca de la candidatura que en el PP valenciano se da por hecho que encabezará Carlos Mazón. De hecho, la dirigente del PP de Valencia ciudad, a la que en algunos círculos se sitúa como futura secretaria general del partido, se refirió también a las «prisas» que, según Bonig, tendrían algunos dirigentes del partido por la convocatoria del congreso. Catalá, en concreto, aprovechó ayer para recordar que el congreso que eligió a Bonig presidenta regional se celebró a principios del mes de abril de 2017. «El congreso regional se celebra cada cuatro años, y ya se han cumplido», señaló ayer. Así que «ya toca» celebrar un nuevo cónclave. Bonig, el martes, dejó entrever que no tiene intención de convocar a la Junta Directiva, que es la que debe convocar el congreso, hasta después de las elecciones que se celebran en Madrid el próximo martes.
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