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BURGUERA
Lunes, 5 de septiembre 2022, 00:35
La actividad de un parlamento varía si hay una mayoría absoluta, o no. Si la coalición que gobierna lo hace en relativa calma, o no. Si la paz interna en los grupos parlamentarios es real o fingida. Si se produce algún escándalo mayúsculo protagonizado por ... un miembro del Consell… Se trata de coyunturas políticas. Pero el tiempo también es un condicionante muy poderoso. Y el calendario indica que nos acercamos al ciclo electoral, y esa proximidad provoca que la fiscalización del Consell sea más directa y se transforme: de tramitar documentación al cara a cara.
Entre febrero y julio del presente año, en Les Corts se han registrado un 76,7% más solicitudes de comparecencia (generalmente de miembros del Ejecutivo valenciano) que en el mismo periodo del año anterior. Las interpelaciones (a los consellers) se han multiplicado por cinco (de 28 a 151), se han duplicado las mociones, se incrementaron un 10% las preguntas por escrito, aumentó un 60% la cantidad de preguntas de interés general al presidente de la Generalitat y creció un 45% el número de proposiciones no de ley de tramitación especial de urgencia.
Descendieron las proposiciones de ley, las proposiciones no de ley cursadas en comisión y las solicitudes de documentación. Por lo mismo que se incrementó todo lo demás: la cercanía de las elecciones. Proponer normativas que no se van a aprobar (no dará tiempo a la tramitación) es como lanzar margaritas a los cerdos, y lo mismo sucede con las PNL, que son brindis al sol y ya nadie está para malgastar tiempos de intervención en iniciativas que no son más que meras declaraciones de intenciones. Igual sucede con las solicitudes de documentación al Consell, que han descendido bruscamente respecto al mismo periodo de 2021, cuando entre febrero y julio se realizaron 2.753 peticiones. En este ejercicio han sido 1.653 porque la tradicional burocracia y las recurrentes prórrogas que solicita el Ejecutivo autonómico convierte estas solicitudes en papel mojado, y más si se trata de informes comprometidos. Se impone lo urgente.
La oposición va al grano y a buscar los puntos flacos del Consell a través de lo que más duele: reclamando comparecencias, preguntando e interpelando y buscando el cuerpo a cuerpo. En lo que va de año se han tramitado un tercio de todas las preguntas al Consell cursadas durante la legislatura (desde 2019) para ser respondidas ante el pleno de Les Corts. Esa concentración se da también con las interpelaciones, ya que de las 308 tramitadas en tres años, la mitad (151) se registraron entre febrero y julio de este año. La oposición busca el cara a cara. Sobre todo el PP, que capitaliza el 62% de las interpelaciones, más que Vox y Cs juntos.
Las funciones de Les Corts son dos: hacer leyes y fiscalizar al Consell. No estamos ya en tiempo de actuaciones legislativas. Los populares lideran, de largo, la actividad parlamentaria. El PP comenzó la X Legislatura con el aliento de Ciudadanos en la nuca. Toni Cantó pretendía discutirle el liderazgo de la oposición a Isabel Bonig. El fenómeno naranja se descompuso y Ciudadanos perdió cinco diputados y Vox, uno. Los diputados no adscritos han presentado en su conjunto más preguntas a responder por escrito que el PSPV, Compromís, Vox y Podemos. Los podemistas son el grupo más pequeño, siete diputadas y un diputado, entre los cuales han cursado 641 tramitaciones en lo que va de año. El que más actividad registra es el PP, 10.704 de las casi 28.000 registradas esta legislatura. Un tercio de todo lo que ha pasado en Les Corts lo protagonizan en mayor o menor medida los populares. El grupo que encabezaba Bonig y que ahora lidera Catalá acumula más preguntas, proposiciones y peticiones de documentación que PSPV, Compromís, Podemos y Vox juntos.
En cuanto al global de la actividad, por detrás del PP se sitúa Ciudadanos (8.326 tramitaciones), Vox (3.593), PSPV (2.820), los no adscritos (1.509) y Compromís (1.296). El ránking indica bien a las claras el escaso protagonismo que ha querido tener el tripartito, si bien su efectividad es total al contar con la mayoría de votos.
La "carne de diputado" más cara, o menos activa, es la que se sienta en los escaños de Compromís. Medido por cantidad, al margen de la calidad de sus iniciativas, el número de tramitaciones dividido por los diputados de cada grupo señala que los que han registrado más tramitaciones son los parlamentarios del PP, seguidos por Cs, Vox, PSPV, Podemos y Compromís. El grupo parlamentario econacionalista cuenta con la mayor cantidad proporcional de diputados que, en realidad, son miembros del Consell, por lo que no han aportado nada a su grupo en Les Corts y le han restado capacidad de trabajo, tal y como muestra la estadística de la actividad parlamentaria.
A pesar de que Presidencia de la Generalitat vende la idea de que Puig y el tripartito en general pretenden desarrollar una actividad frenética, la realidad es que el PSPV siempre ha aspirado a un parlamento tranquilo y apacible. Las fechas de arranque de la actividad se ha retrasado todo lo posible a medida en que la legislatura ha ido avanzando y la actividad de sus diputados es mucho menor.
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