![Chequeo a las consellerias: Isaura Navarro, un aterrizaje forzoso](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/03/07/isaura-R8b1Futlu2Qd6TVFtV6UyxH-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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En la tarde del 25 de octubre del pasado año, Isaura Navarro maniobró su aterrizaje forzoso en la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica. A siete meses de elecciones, la que hasta ese momento era secretaria autonómica de Salud Pública ... dio el salto a la primera línea política a través de una conselleria con la que no había tenido relación directa previamente. Ni en el ámbito político ni en el formativo. El aterrizaje de esta abogada procedente de Iniciativa, el partido de Mónica Oltra, no sólo fue forzoso por la precipitación con la que se hizo, bajo la orden directa de de la vicepresidenta Aitana Mas, sino porque fue fruto de las tensiones políticas dentro del Botánico. Navarro tuvo que ponerse al frente de la conselleria después de que la vicepresidenta pidiera a Ximo Puig la cabeza de su antecesora en el cargo, Mireia Mollá. La versión oficial alegaba que buscaba estabilidad y unidad en el Ejecutivo autonómico, sin dar muchos más detalles.
Pero lo cierto es que, fuera más o menos meditado el cese y el relevo, en las últimas semanas Mollà había evidenciado esas fisuras de manera pública. Fue durante la presentación del Informe del Estado del Medioambiente de la Comunitat Valenciana 2017-2021, cuando la anterior dirigente de Agricultura culpó a los departamentos de Territorio y Economía del atasco en la gestión de expedientes de energías renovables. Seis días después de aquello, se anunció su destitución.
Esa misma batalla, la de las renovables, es la que ha llevado a Isaura Navarro a protagonizar nuevas polémicas tanto en primera persona como en el seno de su departamento. Bajo su batuta se ordenó también la destitución del que entonces era el director general de Transición Ecológica, Pedro Fresco, quien fue muy crítico con la postura de Compromís de abogar por las placas fotovoltaicas en los tejados frente a las plantas en suelo. Fresco calificó este plan de «barbaridad» e «inviable». Su cese fue la quinta víctima política de esta guerra pública, visible con las primeras críticas de Mollà.
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JC. Ferriol Moya
También fue sonada la dimisión del anterior subsecretario de Agricultura, Alfons Puncel, tras la destitución de Mireia Mollà. El que fue número dos de esta conselleria señaló que todo respondía a una «purga» política de la exvicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, a través de Aitana Mas, y la achacó a intereses personales y de partido.
Pero más allá del choque interno, Navarro llegó a una conselleria que además tenía que lidiar con el sector energético valenciano por la lentitud en la autorización de parques renovables. Aun a pesar de ser la descarbonización una de las metas estrella del Botánico, su gestión -junto a la de las otras dos consellerias implicadas- no ha estado exenta de críticas por parte de las empresas de este ámbito, que sufrían retrasos en los plazos de resolución y denunciaban la existencia de trabas de carácter ideológico. Al otro lado se encuentran los municipios y las organizaciones ecologistas que defienden una implantación de los parques limitada. Y Navarro ha mostrado públicamente su mayor sensibilidad hacia este segundo grupo.
Las renovables no es el único frente, aunque sí el más mediático. La Conselleria de Agricultura se enfrenta a un sector agrario cada día más envejecido, con mayores problemas de rentabilidad y un creciente abandono de campos. Desde la asociación de agricultores AVA no tardaron en comentar la nula vinculación de Navarro con el mundo agrario al poco de ser nombrada.
Las cuestiones medioambientales tampoco han salido bien paradas tras ocho años de Botánico. La prevención de incendios y la recuperación de la Albufera son dos de las asignaturas pendientes. La crisis de los diez burros muertos fue otro capítulo negro para la historia de esta conselleria, que se saldó también con otra dimisión en 2021.
Además, está la guerra del agua, que se ha vuelto a convertir en un problema también para este departamento tras los recortes que el Gobierno ha propiciado en el trasvase Tajo-Segura. El Consell ha reiterado que esta transferencia es «irrenunciable» pero los regantes le exigen más acciones al respecto.
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