El PSPV arrebata otra alcaldía al PP tras la moción de censura en Chiva

La política local resulta entrañable y, en ocasiones, vergonzosa.

– «Mentira», exclamó Ernesto Navarro, en ese momento todavía aspirante a la Alcaldía de Chiva.

– «Agafa un cagalló i estira», le contestó Amparo Fort, la alcaldesa a quien todavía le quedaban unos minutos en el cargo.

El intercambio generó algunas carcajadas y ese runrún de los auditorios en los que resulta complicado averiguar en favor de quién se posiciona la multitud. La sensación fue que el PP, que este jueves perdió el poder, tenía algo más de apoyo. Pero no una diferencia abrumadora. Otra moción de censura tras la dana. La segunda donde el PSPV obtiene réditos tras el cambio en Requena.

Hubo expectativa, tensión y algo de espectáculo. Quizá menos de lo previsto con los antecedentes de algunos protagonistas. El Consistorio por aquello de contribuir al ambiente contrató un servicio de retransmisión en vivo del Pleno y colocó una pantalla gigante justo en el exterior del edificio municipal. Como si de un partido de fútbol se tratara. De hecho, la última vez que se organizó un dispositivo similar fue para la final de la pasada Eurocopa. Pero lo del Pleno, más que un partido, era ya la entrega del trofeo.

No fue lo único extraordinario. Alrededor de las 11.30 de la mañana de este jueves había prevista una convocatoria de protesta frente al Consistorio. El acto no fue comunicado a la Delegación del Gobierno. Desde primera hora de la mañana, un discreto dispositivo policial custodiaba el lugar. Pero si hubo concentración fue tan minoritaria que sólo los informadores les superaban en número.

El Pleno comenzó con retraso por los problemas de megafonía que se prolongaron durante toda la reunión. El auditorio registró un lleno absoluto, con vecinos siguiendo la sesión incluso de pie. Los ediles fueron recibidos entre vítores y abucheos, dependiendo de la significación política.

El PSPV, como gran triunfador de la jornada, aprovechó para desplazar a algunos de sus dirigentes que ocuparon las primeras filas del recinto. Entre ellos, el síndic José Muñoz; el secretario de organización Salva Mascarell y el alcalde de Mislata y secretario provincial, Carlos Fernández Bielsa.

El nuevo alcalde, Ernesto Navarro, fue el primero en tomar la palabra. Disponía de 15 minutos para un explicación de la moción de censura. «No estamos cometiendo ninguna legalidad», quis aclarar. «El equipo de Gobierno representa hoy el 33 por ciento de los votantes frente al 48 por ciento nuestro».

Fundamentalmente se quejó de la falta de información por parte del Gobierno, en la dejadez y la parálisis, situación que parece ahora más necesaria que nunca. Todo esto, al parecer, llevó al cambio. Pero insistió en que no habían aprovechado la tragedia para forzar el cambio de Gobierno. Fue casi el devenir natural de una situación en la que la Dana sólo aceleró lo que era cuestión de tiempo.

El caso es que el PP ha perdido el Gobierno, liderado por Amparo Fort, tras un año y medio de legislatura. El periodo, tan breve, inclina la balanza de la culpa hacia la alcaldesa. En su debe queda, por ejemplo, toda la polémica por la fiesta del Torico de la Cuerda, un evento que estuvo a punto de suspenderse por un error en los plazos del equipo de gobierno.

«No ha habido inversión por la dejadez del Gobierno», insistió Navarro. Tampoco se debe gobernar en minoría con la situación actual, opinó. PP y Vox lo hacían de esta forma tras la salida de Activa partido que llegó a firmar ante notario que no pactaría nunca con partidos del anterior equipo de Gobierno. Pero los incumplimientos con Dana parecen menores. El nuevo alcalde lamentó la falta de escucha a la oposición durante este año y medio. «Me parece una burla y una falta de respeto».

La ahora exalcaldesa, por su parte, comenzó su intervención reclamando un minuto de silencio por la última víctima de la dana que había sido encontrada este mismo jueves en Paiporta. El silencio fue lo más respetuoso del Pleno.

Amparo Fort lamentó el viraje de los socialistas en «el peor momento de la historia». La dirigente popular acusó a los ediles de anteponer sus intereses a los de la ciudadanía. «No habéis dado ni una sola idea para mejorar». Trató de destacar el comportamiento del Consell ante la emergencia y, en cambio, criticó la ausencia del PSPV y de los cargos del Gobierno durante los días más difíciles de la dana. «Ofrecí un pacto de crisis para que pudiéramos presionar a las administraciones», reveló Fort. El PSPV lo niega. Lo que se habló en su momento fue la necesidad de una especie de gobierno de coalición para superar el desastre.

Hubo críticas, por ejemplo, hacia dos mujeres que estarán en el futuro Gobierno por apoyar una moción que reduce significativamente el peso femenino. «Yo no veo siete hombres y dos mujeres sino nueve personas», le respondió la portavoz socialista.

El responsable de Vox, por ejemplo, tiró de manual. Habló de «fanatismo climático» y las consecuencias, mortales en este caso, de no limpiar los barrancos. De igual modo, arremetió con dureza contra la actuación del presidente Pedro Sánchez y el resto de organismos gubernamentales.

En los próximos días se celebrará un pleno de distribución de delegaciones y competencias. El nuevo equipo se ha marcado como objetivo «prioritario y urgente» reunirse con los damnificados y reabrir las calles que todavía están bloqueadas, así como retirar los escombros presentes en las calles.

El final del pleno generó algunas escenas propias del costumbrismo político de los pequeños municipios. Uno de los ediles que habían votado a favor de la moción se acercó a una mujer y le dijo: «Me has abucheado y eres familia. Eso no te lo voy a perdonar», adelantó. La cena de navidad quizá sea más tensa en algunos domicilios. La fiesta de la democracia tiene estas cosas.