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Toni Cantó ejerció de azote del tripartito entre 2019 y 2021, la primera mitad de la legislatura. Ya era un personaje mal visto por la ... izquierda valenciana, especialmente desde las filas nacionalistas. Las cuentas falsas en Twitter que manejan asesores y cargos de Compromís en las redes sociales le atizaban desde hacía años. Sin embargo, la relación entre el que fuera líder de Ciudadanos y la cúpula de Compromís no siempre estuvo cortocircuitada. Al menos, con su principal dirigente, Mónica Oltra, con la que Cantó tuvo un encuentro secreto antes de que el tripartito se coaligase, cuando la izquierda estaba en la oposición y cada uno preparaba el terreno como buenamente podía.
El ahora director de la Oficina del Español en la Comunidad de Madrid ha escrito un libro, «De joven fui de izquierdas pero luego maduré», algo que adelantó LAS PROVINCIAS en exclusiva hace cuatro meses. Capítulo nueve. Valencia. Arranca con una cita del entrenador de fútbol John Benjamin Toshack: «Los lunes pienso en cambiar a diez, los martes a siete u ocho, los jueves a cuatro, el viernes a dos y el sábado ya pienso que tienen que jugar los mismos cabrones de siempre». La frase, inicialmente en relación a la dependencia de Toshack de una plantilla del Real Madrid con poco fuste, no se refiere a Oltra, sino a su grupo parlamentario y, en general, a Ciudadanos en la Comunitat.
Cantó define ese conjunto de egos naranjas más o menos como el Ejército de Pancho Villa los días que iban de peyote hasta más arriba de las cejas. El ajuste de cuentas interno era previsible en el libro. Las críticas al tripartito de izquierdas también entran dentro del guion. Sin embargo, hay alguna sorpresa.
«Cuando estaba en UPyD, Mónica Oltra no tuvo problema alguno en reunirse conmigo en el despacho de mi amigo Antonio de forma discreta para sondear si yo estaba dispuesto a cogobernar con ellos (con Ribó) el Ayuntamiento de Valencia. ¿Me veía de teniente alcalde con ellos? Parece que la derecha no es tan mala si les permite alcanzar el poder».
El propio Cantó admite que es «algo que nunca había contado». Explica que aquella reunión, celebrada en algún momento entre 2013 y 2014, cuando él ya era un bicho bola para el nacionalismo, fue «cordial» pero secreta y discreta «porque a ninguno de los dos nos interesaba que se supiera que habíamos quedado». El político y actor, ahora responsable de un área de gestión del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, no aclara en el libro qué le contestó a Oltra cuando ella le preguntó si se «veía» junto a Ribó al frente del Ayuntamiento. «Le dije que no, aunque creo que en realidad me reí cuando me lo dijo y le respondí algo así como que a lo mejor era alguno de ellos el que debía pensarse si participarían en un gobierno con nosotros al mando del Ayuntamiento de Valencia», asegura ahora Cantó.
No sería la primera vez que este tipo de encuentros políticos furtivos se recuerdan de manera desigual por cada una de las partes. Lo mismo que pasa con las relaciones de pareja, donde a veces hay confusión en si el primer beso fue consentido o robado, por no hablar de la parte mala: quién, cuándo y cómo le dio la patada a quién. Pues en este caso, en aquello que pasó entre Oltra y Cantó, ocurre igual.
«No fue así. Recuerdo que fui al Ensanche de Valencia y me metieron por una serie de pasadizos. Un amigo de él. Como yo soy un poco temeraria, le fui siguiendo hasta que acabé en un sitio donde Cantó me estaba esperando», explica Oltra, quien asegura que se reunió con Cantó «porque él tenía una mirada muy prejuiciosa sobre lo que es Compromís y, yo creo, sobre la relación de la Comunitat con el Estado. Era un diálogo que yo creo que era bueno tener».
La vicepresidenta niega que le ofreciese un pacto municipal de futuro. «Ni mucho menos. No es verdad», y apunta: «En realidad, la conversación sobre política me resultó poco trascendente. Creo que tuvo más calidad la conversación sobre los asuntos de la vida. De las cosas que te van pasando. Ahí sí hubo puntos de conexión».
Lo cierto es que, sondease Oltra a Cantó o no lo hiciese, y a pesar de que cuando era portavoz de Ciudadanos en Les Corts puso a caer de un burro a Compromís, sus políticas y sus dirigentes en general, el actor y político valenciano y la líder de la coalición no cruzaron demasiado las espadas entre 2019 y 2021. Se apreciaba cierto respeto como rivales políticos. Oltra lo miraba amusgando los ojos, como quien observa a alguien que sabe que no se quedará por estos pagos. En privado, hablando con los periodistas, Cantó no destilaba especial animadversión hacia Oltra. Y viceversa. Se guardaron bastante el aire durante esos dos años. Algún choque hubo, incluso ciertos vaciles en los debates en Les Corts, pero sin enconarse demasiado. Ahora se sabe que se conocían de antes.
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