Codazos para hacerse un hueco en las listas electorales de la Comunitat

En poco menos de un mes Ximo Puig disolverá Les Corts y convocará elecciones autonómicas. La gran cita política de cada cuatro años, la fiesta de la democracia que dirían los cursis, la hora de ejercer, si se quiere, el derecho al voto. Los partidos políticos preparan ya sus candidaturas, no tanto con el objetivo de componer equipos atractivos a la vista de los electores, como de situar en los puestos de salida a quienes están destinados a ocupar los 99 escaños de Les Corts, que deben elegir al president de la Generalitat.

La confección de las listas constituye un momento de tensión interna en todos los partidos. Formar parte de una candidatura, y hacerlo además en uno de los puestos de salida –los de elección garantizada–, constituye un objetivo anhelado por buena parte de quienes se dedican a la actividad política. Los codazos por estar en una candidatura, a veces elegantes y otras, las más, descarnados, retratan necesidades, ambiciones y egos. La fortaleza de la dirección de cada partido se pone a prueba en estos momentos.

De cara a las autonómicas, lo ajustado de los sondeos –el publicado esta semana en este diario es el mejor ejemplo– incrementa la presión para ocupar los puestos de salida. La hegemonía electoral de la que disfruta la izquierda valenciana desde hace ocho años se ve ahora amenazada por el empuje de PP y Vox. Con la excepción de Compromís, ningún otro partido ha perfilado ya sus candidaturas para el 28-M.

El PPCV acude a los comicios convencido de mejorar ampliamente los resultados de hace cuatro años gracias al esperable batacazo de Ciudadanos. Esa expectativa de crecimiento limita la posibilidad de fricciones, que se hace inevitable cuando el horizonte es de pérdida de representación en las instituciones públicas. Carlos Mazón compaginará la necesaria renovación de las candidaturas con la permanencia de algunos de los principales pesos pesados del actual grupo, en unas listas que encabezarán él mismo por Alicante, María José Catalá por Valencia y Alberto Fabra por Castellón. Junto a ellos, el portavoz adjunto y director de campaña Miguel Barrachina tiene puesto de salida asegurado. El resto de nombres «están aún en análisis», se asegura desde la dirección regional, que remarca que las listas tendrán una amplia representación de la sociedad civil y contarán con «fichajes» en la lista de Valencia. Sobre el papel, los diputados populares que han gozado de mayor protagonismo desde la llegada de Mazón a la presidencia del partido tienen muchas opciones de continuar en listas. Entre las incógnitas, el futuro de la exsíndica de Cs en Les Corts, Ruth Merino, incorporada pocas fechas después de su salida de la formación naranja al equipo económico de los populares que coordina Rubén Ibáñez, otro los puntales del grupo parlamentario.

¿Y Eva Ortiz? La exsecretaria general de los populares valencianos es uno de los nombres sobre los que más miradas se depositarán en las próximas semanas. Número dos con Isabel Bonig, designada por Mazón presidenta del grupo parlamentario, su papel en la denuncia de Francis Puig por las subvenciones públicas recibidas y su entendimiento con el líder de los populares valencianos refuerzan la tesis de que Mazón contará en la lista de Alicante con la batalladora dirigente popular.

El líder de los socialistas pelea para que la batalla interna por ocupar los puestos de salida en las listas del PSPV no eclipse su figura y la gestión de su Consell. La dirección federal mantiene congelado el debate orgánico. Desde hace unas semanas, las entidades afines a los socialistas han sido sondeadas desde el partido sobre las listas locales y autonómicas en Valencia. Una vez lleguen a la sede del PSPV los resultados de ese sondeo, se pondrá en marcha la cocina. Que nadie aspire a una receta naturista. Será todo ultraprocesado. En el caso de la provincia de Alicante, la principal incidencia en las listas locales se sitúa en la capital alicantina. Ángel Franco y Ana Barceló mantienen un pulso bronco. «Con toda seguridad hará falta una intermediación», según fuentes del PSPV. A nivel autonómico no se mueve nada. Se registraron reuniones entre el secretario de Organización y los dirigentes provinciales. Se aseguró que las listas no incluirían a secretarios autonómicos del Consell ni a alcaldes, pero luego siempre llegan las excepciones. Entre los diputados en Les Corts, los nervios son evidentes, recelos ante la inclusión de independientes o por la falta de paridad, pero nadie se atreve a protestar por el temor de quedar fuera de los puestos de salida.

La coalición ha cruzado ya ese Rubicón con heridas y dolor. En cualquier caso, ecosocialistas y nacionalistas ya han 'hecho los deberes' y su oferta electoral ha quedado ultimada. Ya no habrá codazos. Los hubo. Haber resuelto el 'sudoku' durante el mes pasado tiene ventajas e inconvenientes. Por un lado, en Compromís se han desprendido de los nervios sobre quién irá en listas. Las intrigas no obstaculizarán la campaña. Esa es la parte buena. La cruz de la moneda es que, tal y como admiten fuentes vinculadas a la dirección de Compromís, las primarias siempre generan descontentos, desmovilización y venganzas. La mayoría interna de los nacionalistas de Més, el antiguo Bloc, ha exhibido músculo y cuenta con los mejores puestos. En Compromís confían en que los tres meses largos entre sus primarias y las elecciones permitan cerrar heridas. La vicepresidenta Aitana Mas (perteneciente a Iniciativa, el partido de Oltra) encabeza la lista alicantina por un margen de 87 puntos frente al candidato nacionalista Gerard Fullana. Tendrá que dejar de vivir con el discurso «de que me marginan en el seno de Compromís», señalan fuentes nacionalistas. Muy relegados han quedado los afines a Pasqual Mollà. Se observa con lupa la actitud de los damnificados, especialmente en casos como el histórico Enric Morera.

Las mecánicas de decisión en Vox siempre están supeditadas a la dirección nacional que lidera Santiago Abascal. Pasó con la elección de Flores Juberías como candidato a la Generalitat y ocurre ahora con la confección de la lista autonómica y las locales. El proceso está tutelado y controlado desde Madrid. La candidatura autonómica sufrirá ajustes pero ninguna revolución en un partido que espera incrementar los diez escaños con los que cuenta en Les Corts, especialmente desde la circunscripción de Alicante.

La colaboración entre Podemos y Esquerra Unida está por definirse. De momento, los podemistas ya hicieron sus deberían en noviembre. No sufrieron los enfrentamientos y reticencias que se registraron en Compromís porque el pablismo ha laminado cualquier tipo de resistencia a lo largo de la legislatura.

El vicepresidente segundo de la Generalitat, Héctor Illueca, fue elegido candidato a la presidencia sin alternativa. Para Alicante se sitúan la portavoz de Podemos y directora del Injuve, María Teresa Pérez y el secretario autonómico de Vivienda, Alejandro Aguilar. En Castellón, lidera la diputada nacional Marisa Saavedra, seguida de la parlamentaria autonómica Irene Gómez. Ahora queda cuadrar estos nombres con los de EU. ¿Cuándo, cómo, quién? «Tenemos un acuerdo de discreción absoluta en relación a las negociaciones con EUPV que debemos respetar. Las negociaciones continúan», señalan fuentes vinculadas a la dirección de Podemos en la Comunitat sobre una negociación tensa.

Mamen Peris será la candidata de Cs a la presidencia de la Generalitat. Su objetivo, más que complicado a la vista de todos los sondeos, pasa por superar el listón del 5% que permite acceder a Les Corts. Cs se enfrenta al abismo de pasar de los 18 escaños de 2019 a... 0. El partido exhibe en los últimos días como si fueran triunfos la confirmación de distintos cabezas de lista locales. Para Les Corts no parece que vaya a haber codazos. En Valencia, Fernando Giner también ha mostrado su disponibilidad para optar por tercera vez consecutiva a la alcaldía de Valencia. Sus expectativas no son mucho mejores. Y está por ver si no hay más fugas al PP en las próximas semanas.