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Oltra y Puig.

La comisión política del Botánico acuerda el presupuesto sin margen para presentarlo en el plazo legal

El tripartito alcanza un consenso sobre las cuentas del año próximo para que Hacienda lo traslade a las partidas y se aprueben el 3 de noviembre, más allá del límite que establece el Estatut

burguera

Sábado, 30 de octubre 2021, 17:32

La comisión política, un cónclave entre los partidos del Botánico creado este año para discutir los presupuestos de la Generalitat, ha llegado a un acuerdo para las cuentas del próximo ejercicio. Hay acuerdo «sin bronca», según fuentes de la negociación. Sin embargo, ... aunque entre los negociadores haya buen rollo, lo cierto es que la Conselleria de Hacienda, la que tiene que elaborar las partidas, se ha quedado sin margen para presentar las cuentas al pleno del Gobierno valenciano en el plazo legal, es decir, este mes. El Consell aprobará el presupuesto el miércoles 3 de noviembre.

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Fuentes socialistas consideran que todo esto demuestra que prolongar la negociación, alargarla, era una cuestión más política que real, la intención de Compromís de echar un pulso al PSPV. El acuerdo sirve para 'salvar la cara' a la comisión, un foro de debate impulsado por Mónica Oltra, para restar poder a la conselleria que dirige Vicent Soler. El titular de Hacienda, hasta ahora, había presumido de haber aprobado los presupuestos «en tiempo y forma», es decir, dentro de los plazos legales, antes de acabar octubre, tal y como se establece en el Estatut. Esta vez no será así. Fuentes de Compromís llevan varios días achacando el atasco del presupuesto en que había «errores» en el cálculo de ingresos, así como un retraso a la hora de disponer de los números «reales» que permitiesen desatollar el debate en la comisión.

Lo que no se podía hacer el jueves ni el viernes se pudo hacer un sábado antes de las 17 horas. Los socialistas pretendían aprobar el presupuesto el domingo como muy tarde, y habían amenazado con prorrogar los presupuestos de este año si no se alcanzaba un acuerdo, un órdago que ignoró Oltra. La secuencia temporal impide que, tal y como se había barajado, se convoque un pleno extraordinario, domingo en víspera de festivo, para aprobar el presupuesto en tiempo y forma.

«Los miembros de la comisión han mantenido este sábado una última reunión en la que han cerrado un consenso que permite iniciar la tramitación de los presupuestos«, según un comunicado del Consell, donde se señala que el acuerdo se produce «dentro del marco temporal que establece el Estatuto de Autonomía« y, en palabras del Ejecutivo autonómico, »responde, como ha ocurrido desde 2015, a la voluntad del Consell de aprobar los presupuestos en tiempo y forma«. Es cierto que el acuerdo político se alcanza dentro de los límites del Estatut. Sin embargo, el artículo 76.4 establece que «el presupuesto debe ser presentado a Les Corts al menos con dos meses de antelación al comienzo del correspondiente ejercicio«. Y eso no va a ocurrir, ya que como admite el propio comunicado de la Generalitat, «este acuerdo político se comunicará a la Conselleria de Hacienda y Modelo Económico para que lo traslade al documento presupuestario», se apruebe por parte del Consell y de esta forma se traslade a Les Corts. De hecho, la aprobación se producirá en una reunión extraordinaria del Consell que se celebrará el próximo miércoles 3 de noviembre«, según el comunicado, donde se señala que »el documento se remitirá a Les Corts Valencianes para su tramitación parlamentaria antes de que finalice el año«.

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De esta manera, concluye un nuevo pulso entre PSPV y Compromís con el «tiempo y forma», o sea, la 'medallita' que se colgaba Soler, como víctima final. El conseller de Hacienda consideraba «un hito», un hecho «histórico», que desde 2015 se cerrasen los presupuestos en los plazos fijados en el Estatut. La importancia de esa situación se había rebajado en las últimas semanas por parte de todo el Botánico. Oltra ha reiterado: primero el qué y luego el cuándo. La comisión política pretendía escenificar esas prioridades, así como la importancia de hacer las cosas de otro modo. En vez de ser Hacienda la que negociaba con cada conselleria de manera bilateral, se ha establecido un foro global que, en cualquier caso, ha acabado también regateando millones aquí y allá, como todos los años. En la coalición que lidera Oltra están contentos. La portavoz adjunta Compromís en Les Corts, Aitana Mas, ha mostrado «la satisfacción de su grupo», y pone en valor que «es la primera vez que las cuentas de la Generalitat se han elaborado de forma plural y utilizando la inteligencia colectiva al servicio de un proyecto común«. Y de paso, la serie de presupuestos aprobados »en tiempo y forma«, se interrumpe. Algo similar a cuando, en junio del 2019, para castigar al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, por adelantar unilateralmente las elecciones autonómicas, Compromís alargó el debate de investidura del jefe del Consell. Pulsos que evidencian la fractura de un gobierno de coalición desgastado por las jugarretas que unos y otros les dedican a sus socios.

La aparición y desaparición, como el Guadiana, de asuntos como la tasa turística es un buen ejemplo del modo en que el Botánico se sangra a sí mismo, alargando durante años discusiones que se posponen para ser retomadas de manera estratégica. Todos se sienten legitimados para poner palos en la rueda del supuesto compañero en el Ejecutivo, apelando a razones políticas o a cuitas previas, y si formalmente todo termina resolviéndose, la erosión interna se traduce en una gestión cada vez menos fluida.

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