burguera
Sábado, 4 de septiembre 2021, 01:20
Dónde se hacen las cosas, dónde se escenifican. La manifestación por la infrafinanciación de la Comunitat se celebrará en noviembre. Como hace cuatro años. Lo sustancial, en este caso es dónde, pues quizá ese sea el asunto que propicie un cambio respecto a ... las consecuencias que tuvo la primera movilización: nulas. El Gobierno central, entonces en manos de Mariano Rajoy, no movió ni una ceja a raíz de aquella manifestación celebrada en 2017por las calles de Valencia.
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Los quejíos valencianos entraron por un oído de la Administración estatal y le salieron por el otro sin eco por medio de aquel tránsito. Ya se sabe que si uno quiere resultados diferentes tiene que hacer cosas distintas, así que para esta nueva manifestación se aspiraba a celebrarla en Madrid. En esa intención se mantiene la patronal valenciana y Compromís, mientras que el PP podría verlo con buenos ojos. Sin embargo, socialistas y sindicatos ya han visualizado esa concentración de protesta en la Comunitat, en sus principales ciudades como ocurrió el 18 de noviembre de 2017 cuando se celebró en Valencia. Según la Cadena Ser, pretenden manifestarse en Valencia, Alicante, Castellón y Elche.
En una famosa serie sobre el mundo de la política, su personaje principal reflexionaba: «El poder es como las propiedades, importa la localización, la localización, la localización... cuanto más cerca estés de la fuente más valdrá tu propiedad». Compromís y la patronal tienen claro que la fuente de calor y de poder desde donde se solucionará el problema que acucia a la Comunitat desde hace una década se sitúa en Madrid. La plataforma 'Perunfinançamentjust' se reunirá el viernes que viene para tomar una decisión sobre este asunto, a dos meses y diez días de que se celebre esa manifestación, presumiblemente el 20 de noviembre. ¿Dónde? Pues esa es la cuestión.
Es importante el lugar y es igualmente clave el cómo se desarrollará esa convocatoria. Si la protesta es en Madrid precisa de mucho músculo. Financiero y de ánimos, una demostración de poderío político. ¿Pero y si no? Hay miedo y dudas de que el resultado retrate a los organizadores del evento, pues si el poder de convocatoria no es el suficiente el resultado podría ser contraproducente para los intereses valencianos. ¿Y si sí? Pues un resultado potente sería principalmente amortizado por Compromís, que es el que más levante la voz en el Botánico, además de interpelar directamente al Gobierno de Pedro Sánchez, socialista como Ximo Puig, presidente de la Generalitat, que no podría sustraerse de acudir a la capital a decirle al líder de su partido que espabile. Mucho decir es eso a un señor que este año se ha quitado de encima a sus principales apoyos para llegar al poder, Ábalos y Lastra. Los socialistas valencianos no tienen ganas de tanta frontalidad con los fondos europeos en juego y en manos del Ejecutivo de Sánchez.
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En la reunión del próximo viernes se deberían despejar todas estas dudas en relación al lugar donde se escenificará una protesta que, teóricamente, recibe el apoyo de todos los partidos políticos para su celebración, así como por parte de los sindicatos mayoritarios y la patronal. Sin embargo, luego llegan los matices. Los dirigentes del PSPV y también consellers como Vicent Soler (Hacienda) se han mostrado dispuestos «a todo» pero con peros. La utilidad de esa concentración, que sirva para algo, es el asunto que subrayan los socialistas. Ahora. En 2017 consideraban perentorio la protesta, ahora, sólo si se logran resultados y si no hay riesgo de una pobre convocatoria.
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