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Compromís ha expuesto su lista de reclamaciones a cambio de dar su voto a la investidura de Sánchez, que arranca ahora. Como si nada hubiera ... cambiado, la exigencias son las mismas. Como si Sánchez no las hubiera obviado todas ellas durante la pasada legislatura. El problema de Compromís es que, a pesar de anunciarse como de estricta obediencia a los intereses valencianos, los nacionalistas sólo creen que podrán lograr sus objetivos si Sánchez preside el Gobierno. Así, la priorida es que el líder del PSOE continúe en la Moncloa. Eso lo saben los socialistas tan bien como lo sabe Compromís, de modo que el resto de sus prioridades no son tales, son más bien asuntos secundarios. La prioridad real es seguir gobernando. Luego, lo demás. O no. Porque lo demás es lo mismo que aparecía en el pacto que firmó Sánchez con los dirigentes de Compromís en 2019 con motivo de su anterior investidura. Y todos aquellos temas, los más grandes y los menos grandes, siguen sobre la mesa a la espera de resolverse.
Ni financiación, ni condonación de la deuda histórica, ni el Fondo de Garantía Asistencial (FOGA), ni un avance en el porcentaje del copago de la dependencia. No hubo tiempo, o no se dieron las circunstacias, o faltó voluntad política o las tres juntas. La realidad es que no se cumplieron. Inasequibles al desaliento y a la realidad, los diputados de Compromís, Àgueda Micó y Alberto Ibáñez, comparecieron este lunes ante los periodistas para pedir exactamente lo mismo que hace cuatro años. Pretenden pactar con el mismo (Sánchez), pedir lo mismo y su poder de negociación y presión es también similar.
Atribuyen a Einstein la siguiente frase: «La locura es hacer lo mismo una y otra vez de nuevo y esperando resultados diferentes». Como el científico era un visionario, quizá se refería a Compromís cuando lo dijo, porque los nacionalistas van a repetir el qué, el quién, el cómo y prácticamente el cuándo. Todo igualito que hace cuatro años pero confiando en un resultado distinto.
Micó e Ibáñez han planteado sus condiciones, consistentes en un cambio de financiación y, mientras se produce, la creación de un fondo de nivelación de un valor aproximado de 1.600 millones de euros anuales. También reclaman la condonación de la deuda histórica generada, precisamente, por la financiación, y que estiman en cerca de 46.000 millones. Además, plantean una reforma fiscal «que acabe el dumping de Madrid» y la creación de impuestos a los beneficios empresariales extraordinarios, precios agrarios justos, el derecho civil valenciano y un plan de choque en atención primaria para que un 25% de los Presupuestso Generales del EStado se destinen a los servicios sanitarios. En esta misma materia reclaman más de 900 millones por la atención sanitaria a turistas (el FOGA) y que el copago de la dependencia por parte del Gobierno central alcance el 50% de la factura real. Actualmente el Estado se hace cargo de menos del 14% de ese copago.
En total, la factura que Compromís pone sobre la mesa se eleva a los 50.000 millones. Es la misma practicametne que le presentaron a Sánchez hace cuatro años, pero con intereses. Entonces, el aspirante a presidir el Gobierno dijo sí y luego fue que no. La pandemia sirvió como excusa para todo, si bien sí hubo dinero para atender otros asuntos.
Los diputados econacionalistas de Compromís se ofrecen como «un puente entre la agenda de izquierdas y la agenda plurinacional» y defienden la labor de la coalición en la pasada legislatura, cuando Joan Baldoví era el único diputado en el Congerso: «Nuestra labor fue siempre trabajar para mejorar la financiación. ¿Qué hacen los demás? No hemos conseguido todo lo que queríamos, pero en los dos últimos Presupuestos Generales del Estado se logró una inversión justa en términos de población. No depende sólop de nosotros ni de nuestros votos la cuestión de la financiación. Vamos a presionar al resto de diputados valencianos y reclamar el fondo de nivelación».
«Estamos en el momento del qué. Somos transparentes en las demandas de la agenda. Pero no confundir la transparencia y el exhibicionismo. Tenemos credibilidad porque en las últimas semanas la patronal, los sindicatos y los colectivos sociales nos interpelan a nosotros, y eso quiere decir que somos nosotros los que tenemos el poder de decidir», han señalado Ibáñez y Micó, si bien es cierto que la decisión parece que ya está tomada. La prioridad es que se repita el Gobierno con Sánchez a la cabeza y no hayan nuevas elecciones. A partir de ahí, el resto de exigencias.
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