La Comunitat supera en tres meses el tope de déficit para todo el año

Cinco veces el 0,3% es, obviamente, un 1,5%. «La AIReF prevé que la Comunitat Valenciana alcance un déficit del 1,5% del PIB en 2023, empeorando en medio punto de PIB las estimaciones del informe anterior» comienza el informe, que explica que ese empeoramiento de la previsión obedece «fundamentalmente del cierre de 2022, cuyo saldo ha resultado ser cinco décimas más desfavorables que el estimado en octubre». Es textual.

El ministerio de Hacienda ha hecho públicos este miércoles los datos correspondientes a las capacidades o necesidades de financiación de las CCAA con fecha del pasado mes de marzo. Para la Comunitat Valenciana, el dato que ofrece el departamento que dirige María Jesús Montero adelanta un déficit de 0,33%, por un desequilibrio entre ingresos y gastos de 428 millones de euros. Marzo es, obviamente, el tercer mes del año. De manera que ese 0,33% de déficit significa superar el tope que el propio Gobierno valenciano se había comprometido a cumplir en su comunicación a la AIReF. Y era un 0,3% de déficit precisamente porque ese es el dato que contempla el programa de estabilidad para las CCAA en 2023.

El dato de la Comunitat Valenciana es, como viene siendo habitual, uno de los peores de todas las CCAA. En términos absolutos, sólo la Comunidad de Madrid y Cataluña arrastran un déficit más elevado a estas alturas del año. Y claro, para esas dos regiones sus números rojos respecto al PIB (0,21% y 0,17%) no superan ese tope del 0,3%. En términos relativos al PIB, Murcia y Castilla-La Mancha también están peor que la Comunitat.

La administración autonómica ya cerró 2022 con un exceso de gasto presupuestario superior a los 3.800 millones de euros, es decir, un 3,11% de su PIB, el peor dato de la Comunitat Valenciana desde 2012. La cifra fue la más alta de todas las CCAA en términos absolutos, por delante de Cataluña (3.816 millones) y también fue líder en términos relativos, porque ninguna otra CCAA superó el déficit del 3% del PIB al cierre de este año.

La AIReF explicó en su informe de abril que ese cierre de 2022 obliga a incrementar en 2023 el nivel de gastos y reducir el nivel de ingresos esperados. «En consecuencia, empeoran las previsiones de la AIReF para 2023, previendo un déficit del 1,5% del PIB, superior a la referencia del -0,3% del PIB fijada para el subsector» por el Ministerio de Hacienda.

El preocupante dato del déficit, valorado desde el propio Consell como una consecuencia evidente de la infrafinanciación que sufre la Comunitat Valenciana, se suma al otro gran indicador de la delicada situación financiera de la región.

La Comunitat Valenciana superó en 2020 la barrera psicológica, si es que se puede denominar así, de los 50.000 millones de euros de deuda pública. Sólo dos años después, los números rojos de la Comunitat habían crecido hasta los 55.000 millones de euros, la cifra más alta registrada nunca por la Comunitat, según los datos publicados a finales de marzo por el Banco de España.

El argumento de la infrafinanciación, además, no ha impedido que el Ejecutivo central mantenga esa dinámica que sitúa a los valencianos entre los peor financiados. Con los datos publicados por el propio ministerio -este pasado martes- y correspondientes hasta el mes de mayo sobre las entregas a cuenta, cada valenciano ha recibido 943 euros, muy lejos de los 1.524 euros de cadea cántabro o de los 1.516 de cada riojano.