El Consell tiene 1.517 millones de facturas en los cajones y otros 1.335 millones por pagar de 2022

Con los presupuestos para el próximo año figura también el estado de ejecución del presupuesto en curso, el de 2022. Y algunos de los datos de esas cuentas que se están ejecutando en este momento arrojan luz respecto a los capítulos de ingresos y gastos para el próximo ejercicio.

La Intervención de la Generalitat detalla aún más el estado de estas cuentas de 2022. Y desvela que del presupuesto inicial, de 27.967 millones de euros, se ha incrementado a mes de septiembre, gracias a diversas modificaciones presupuestarias, hasta los 30.141 millones de euros. Ni que decir tiene que, tomando esta cifra como referencia, el proyecto de presupuestos para 2023 no sólo no sube, sino que baja. Exactamente, más de un 5%.

Ese incremento del presupuesto, exactamente de 2.174 millones, es consecuencia de sucesivas modificaciones presupuestarias. La más destacada, de casi 1.000 millones de euros, afecta a los pasivos financieros, y por tanto, supone un incremento de fondo por la vía del recursos al endeudamiento.

Suba o baje el presupuesto de 2023, la realidad del de este año refleja, por lo que a los gastos se refiere, otra circunstancia llamativa. La ejecución del presupuesto a 30 de septiembre -prosigue la Intervención-, es decir, las obligaciones reconocidas netas, se sitúan en el 67,6%, hasta contabilizar 20.388 millones de euros. Se han abonado 19.053 millones de euros y quedan pendientes de pago 1.335 millones de euros.

No es el único dato pendiente. La misma Intervención concreta en el apartado referido a la cuenta 413, la que popularmente se reconoce como la de facturas en los cajones porque hace alusión a gastos realizados al margen del presupuesto, asciende a 30 de septiembre a 1.517 millones de euros.

Es decir, las cuentas de 2022 cuentan con un volumen de más de 2.800 millones de gastos pendientes -en un caso, de abonar, y en el otro, de contabilizar para su abono-.

El Consell ha querido poner el acento, en los presupuestos para el próximo ejercicio, en lo que ha denominado como 'gasto real', un concepto que haría referencia a la parte del contenido de las cuentas que deja fuera las operaciones financieras -el pago y el recurso a la deuda-. Una vía para poder situar el incremento de las cuentas en el 6,8%, como si el resto del presupuesto no contara.

Sin embargo, la ejecución de los presupuestos de 2022 revela cómo ese 'gasto real' tampoco se cumple. A 30 de septiembre, la ejecución media del 67,6% se traduce, en los capítulos de inversión VI y VII, en porcentajes del 20 y del 27%.

Traducido a dinero. El Consell presupuestó para 2022 unas inversiones de 1.409 millones de euros, que modificó para incrementarlas hasta 1.515 millones de euros. De esa cifra, las obligaciones (de gasto) reconocidas ascienden a 304 millones (el 20,08%), por lo que los remanentes se sitúan en 1.210 millones de euros. Se han pagado 289 millones y quedan por pagar otros 14,6 millones.

En las transferencias de capital, el otro capítulo inversor, más de lo mismo. Un presupuesto de 1.705 millones, que se eleva hasta los 1.880 millones gracias a las modificaciones presupuestarias. Obligaciones reconocidas de 508 millones (un 27,03%), por lo que el remanente es de 1.372 millones, y pagos de 171 millones, o lo que es lo mismo, otros 337 millones pendientes de pago.

La suma de las inversiones en los presupuestos de 2022 ascendía a 3.110 millones de euros. Lo ejecutado hasta la fecha asciende a 812 millones. En los presupuestos de 2023 los capítulos inversores alcanzan los 3.192 millones de euros, un 2,5% más.