El Consell dispara su gasto casi mil millones aunque ingresa lo mismo

«Es un dato puntual». La valoración que la conselleria de Hacienda hizo el jueves de los datos del déficit correspondientes al mes de septiembre vino a restar importancia a los 1.158 millones de euros de diferencia entre los ingresos y los gastos -y a favor de estos últimos- a falta de arrancar el último trimestre del año. La explicación ofrecida por el departamento que dirige Vicent Soler justificó los números rojos en la permanente (y justificada) denuncia de mala financiación de la Comunitat. Y también en la calendarización de la llegada de fondos, es decir, en que el déficit crece o se reduce en función de cuándo facilita el Ejecutivo central las entregas a cuenta o las aportaciones del FLA.

La comparación con los datos de ejecución presupuestaria de 2018, exactamente el mismo mes de septiembre, revelan no obstante algunos cambios significativos que retratan el objetivo empeoramiento de las cuentas autonómicas. De hecho, el déficit del 1% conocido el jueves contrasta con el 0,24% del mes de septiembre de 2018.

El Consell justifica su situación en una caída de ingresos, vinculada a unas previsiones económicas que no se han cumplido y a la prórroga de los PGE. Sin embargo, los datos dicen otra cosa. Según la Intervención General del Estado (IGAE), la Comunitat llevaba gastados en septiembre de este año 14.129 millones de euros. Sin embargo, los datos del mismo mes, pero de 2018, sitúan el volumen de gasto de la administración autonómica en 13.211. Es decir, en 2019 la Generalitat lleva gastados 918 millones de euros más que a la misma altura del año del ejercicio inmediatamente anterior.

El incremento de gastos se sostendría, a efectos del déficit, si los ingresos se hubieran incrementado en términos similares. Pero no es así. En 2019 los ingresos a mes de septiembre alcanzan los 12.971 millones de euros. Un año antes, ese capítulo alcanzaba los 12.947 millones de euros. Una diferencia de apenas 24 millones de euros, que confirma que el incremento del déficit, hasta multiplicar por cuatro el dato de hace un año, tiene que ver con que se ha disparado el gasto, y no con una caída de ingresos que, en realidad, no se ha producido en comparación con el ejercicio anterior -otra cosa son las previsiones sobre las que se compuso el presupuesto-.

¿Y qué es lo que ha contribuido a disparar el gasto? El indicador más evidente que retrata ese crecimiento es el de la remuneración de asalariados, que pasa de los 5.320 millones de 2018 a los 5.611 de 2019. Un incremento de 291 millones de euros -sólo hasta septiembre- entre uno y otro ejercicio en el capítulo vinculado a los gastos de personal de la administración autonómica y su sector público.

El incremento del gasto puede obedecer tanto al aumento de la plantilla -al Botánico se le ha reprochado el crecimiento de la administración autonómica y su sector público, en especial desde el triunfo en las elecciones del 28 de abril- como al incremento general retributivo del 2,25% correspondiente a 2019.

Por contra, el capítulo de ingresos ha permanecido prácticamente igual que hace un año -circunstancia que quizá habría invitado a contener los gastos para el ejercicio en curso-. De hecho, son las transferencias del Estado las que están manteniendo el nivel de ingresos de la administración autonómica.

Así lo ratifican los ingresos por impuestos, que caen 266 millones de euros de 2018 a 2019, mientras que las transferencias entre administraciones, y especialmente las del Estado, aumentan 217 millones de euros. Datos como los anteriormente expuestos son los que han disparado la preocupación en el Ejecutivo central. En octubre, el ministerio de Hacienda que dirige María Jesús Montero apeló a la delicada situación de la Comunitat Valenciana y Murcia para emplazar a la Abogacía del Estado a dar luz verde a acelerar las entregas a cuenta a las CCAA, ante el riesgo evidente de que la prestación de servicios públicos en estas autonomías pudiera verse afectada.

De hecho, los datos del déficit de septiembre -1.158 millones de euros de números rojos- suponen el peor dato de todas las CCAA, casi doblando a la región que ocupa el puesto siguiente, que es Castilla-La Mancha con 600 millones de déficit. El agujero en las cuentas valencianas en septiembre de 2019 suponía prácticamente un tercio del total de números rojos de todas las autonomías.

La vicepresidenta y portavoz del Consell, Mónica Oltra, se pronunció ayer en relación con este déficit y proclamó que se debe a la infrafinanciación que arrastra la Comunitat y a que debe pagar para cumplir los derechos de los ciudadanos llegue o no ese dinero del Estado. Ahora, resaltó, ese déficit se produce por «pagar derechos» y no «corrupción, grandes eventos y pelotazos».

«Hay una brecha entre los derechos y políticas que tenemos que garantizar y el dinero que, al amparo del artículo 156 de la Constitución, nos debería llegar para tener suficiencia financiera», señaló. Como eso «no cuadra», indicó Oltra, se genera un déficit que, «a diferencia de lo que pasaba antes, no se genera para hacer Fórmula 1, saraos, Brugal o Gürtel, sino para atender la dependencia o rebajar ratios, que es una inversión que se debe pagar».

La vicepresidenta y portavoz del Consell, Mónica Oltra, se pronunció ayer en relación con este déficit y proclamó que se debe a la infrafinanciación que arrastra la Comunitat y a que debe pagar para cumplir los derechos de los ciudadanos llegue o no ese dinero del Estado. Ahora, resaltó, ese déficit se produce por «pagar derechos» y no «corrupción, grandes eventos y pelotazos».

«Hay una brecha entre los derechos y políticas que tenemos que garantizar y el dinero que, al amparo del artículo 156 de la Constitución, nos debería llegar para tener suficiencia financiera», señaló. Como eso «no cuadra», indicó Oltra, se genera un déficit que, «a diferencia de lo que pasaba antes, no se genera para hacer Fórmula 1, saraos, Brugal o Gürtel, sino para atender la dependencia o rebajar ratios, que es una inversión que se debe pagar».