El Consell ya ha gastado 1.000 millones contra la pandemia

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha asegurado en la sesión de control de Les Corts que se está celebrando esta mañana que el Consell ya ha gastado 1.000 millones de euros para luchar contra la pandemia, entre las medidas extraordinarias en relación a Sanidad y las impulsadas para paliar el colapso económico. La mitad de esos 1.000 millones, que en realidad incluyen lo ejecutado pero también lo comprometido pero aún no invertido, se destinan a medidas sanitarias.

Isabel Bonig, presidenta del PP y portavoz popular, inició la ronda de preguntas al jefe del Consell. La dirigente popular insistió de manera reiterada en su deseo de dialogar con Puig para acordar medidas económicas contra la crisis generada en la Comunitat a causa de la pandemia. Bonig, así como Cantó, llevan semanas apuntando hacia el presidente, interrogándole, ya que el líder del PSPV abanderó durante semanas la idea de lograr un consenso global que, sin embargo, parece complicado que se produzca, ya que los socios del Botánico tienen una hoja de ruta que no parece que vaya a varias.

Bonig anunció que el 5 de octubre, a las 11, un grupo de diputados de su partido liderado por Pepe Císcar, exvicepresidente de la Generalitat, acudirá a la sala Vinatea del Palau dels Borja. Allí se sentarán a esperar interlocutores con el fin de llegar a acuerdos. Es decir, a esperar que el tripartito acuda a la cita.

Puig, en sus réplicas, lamentó la 'performance' del PP y le recordó que «con 19 diputados (de 99) no puede marcar la agenda política». El secretario general del PSPV sacó pecho de las cifras sanitarias valencianas, de que Bélgica haya levantado el veto a la llegada de los viajeros de la Comunitat, e incidió en varias ocasiones en la situación que se da en Madrid. Los datos sanitarios madrileños se han convertido en el argumento preferido del Botánico en todos los debates que se dan en Les Corts.

El líder de Ciudadanos, Toni Cantó, lamentó que el Consell haya levantado el pie del acelerador en sus reivindicaciones para reclamar la mejora de la financiación de la Comunitat. Por su parte, desde Compromís presentaron a Puig una propuesta de reforma tributaria, «una fiscalidad más justa y sostenible». El presidente de la Generalitat acogió esa propuesta de sus socios nacionalistas con tibieza, inicialmente, si bien posteriormente Puig advirtió que «la fiscalidad no se puede improvisar» y que su prioridad es «acabar con el fraude fiscal». La sesión de control se desarrolló íntegramente en clave económica, ya que las cifras sanitarias son, en comparación con el resto de España, buenas.

Soler, que estamos mejor que el PV y que Navarra, donde tienen Hacienda propia y no se pueden aprovechar de los planes del Gobierno central para paliar la falta de ingresos por impuestos.

Las líneas prespuestarias estado de bienestar, revigorización de la tres, reactivación económica sin solapar la sostenibilidad... esa es la hoja de ruta