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El diputado nacional de Compromís, Joan Baldoví, anunció el jueves como un hito histórico el acuerdo alcanzado por el PSOE con la coalición nacionalista para presentar, en el plazo de ocho meses, una propuesta de nuevo modelo de financiación autonómica. Los dos partidos, que gobiernan con Unides Podem el Consell del Botánico, vienen atribuyendo desde 2015 a la falta de un nuevo sistema de reparto de fondos la mayor parte de las dificultades financieras de la Generalitat. ¿Que se incumple el déficit? Es porque falta financiación. ¿Que se paga tarde a los proveedores? La culpa es de que llegue tarde la financiación. ¿Que aumenta la deuda? Es como consecuencia de la infrafinanciación...
El argumento se construye a partir de un hecho indiscutible. El actual sistema se aprobó en 2009, bajo el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Desde el 1 de enero de 2014 el modelo está prorrogado -suma ya más de seis años-, y esa circunstancia ha impedido que un nuevo sistema corrija la falta de recursos que el actual deja para la Comunitat. Como consecuencia, el Botánico dibuja cada año 1.300 millones de ingresos ficticios, que la Sindicatura de Comptes acaba de volver a cuestionar, y que terminan siendo carne de deuda, ya cerca de los 48.000 millones.
La realidad, no obstante, no es únicamente ese retraso en la reforma del modelo. Lo cierto es que los fondos que se reciben del sistema de financiación tienen mucho que ver con el crecimiento económico, igual que con decisiones del Ejecutivo central que condicionan los recursos reales de que disponen las CCAA cada año. Así lo refleja el propio ministerio de Hacienda en la información que facilita respecto al dinero que entrega a las autonomías por el sistema de financiación.
El trabajo elaborado por este diario a partir de esos datos constata el crecimiento de los ingresos de la Comunitat en esta materia. En 2014, primer año de prórroga del sistema de financiación autonómica y último ejercicio completo de Gobierno del PP en la Generalitat, la Comunitat recibió 7.294 millones de entregas a cuenta y, dos años después, otros 1.314 millones en concepto de liquidación de recursos. En total, 8.609 millones de euros. Ese ejercicio se cerró con un déficit -la diferencia entre ingresos y gastos en el presupuesto- de 2.428 millones de euros.
En 2015, la suma de entregas a cuenta y liquidación del modelo arroja un saldo de 9.163 millones de euros, que en 2016 se elevan hasta 9.473, llegan a 9.715 en 2017 y superan los 10.544 millones en 2018. Las cifras revelan, por tanto, un crecimiento del 22,5% de los fondos que recibe la Comunitat Valenciana, exactamente 1.935 millones de euros. Se trata de la cuarta región que más ha visto incrementada su financiación en este periodo, por detrás de Cataluña (3.821 millones), Andalucía (3.294 millones) y Madrid (2.904 millones).
A esa mejora en la financiación de la Comunitat de casi 2.000 millones de euros cabría sumar el ahorro que para el Botánico supuso, entre 2015 y 2017, la decisión del Gobierno central de asumir, a través del FLA, no sólo los, así como la fi vencimientos de deuda de la banca internacional, sino también de la nacionalnanciación del exceso de déficit. Y sobre todo, que el tipo de interés de esos préstamos fuera cero.
Una decisión que provocó que los gastos financieros, los que se dedican a hacer frente a los intereses de la deuda, pasaran de 1.229 millones de 2014 a 657 en 2015, 350 en 2016 y 467 en 2017. Es decir, un incremento de los ingresos y una reducción al mismo tiempo de los gastos para hacer frente a los intereses, que derivó en un aumento de los recursos. Sólo en 2015, por ejemplo, de más de 1.120 millones de euros. Y en 2017, de más de 1.800 millones.
Las cifras del ministerio de Hacienda sobre los fondos del sistema de financiación son sensiblemente inferiores a las que recoge en su página web la propia Generalitat, y que incluso se atreve a concretar los datos de 2019 -aunque no consta la cuantificación de la liquidación del modelo- en 11.736 millones de euros. Es decir, la mejora sobre 2014 superaría los 3.128 millones de euros.
Los datos, tanto los del ministerio como los de la Generalitat, que confirman ese incremento de recursos, se vieron acompañados hasta 2017 de una reducción del déficit. De hecho, el desequilibrio entre ingresos y gastos ese ejercicio se situó en 800 millones de euros. Sin embargo, pese a que el crecimiento de los ingresos se ha venido manteniendo, el incremento del gasto ha provocado que el déficit se dispare. En concreto, hasta los 1.574 millones en 2018 -cifras de la Intervención General del Estado (IGAE)- y a 1.345 millones con fecha de octubre del actual 2019. Un hecho vinculado al crecimiento del gasto y que ha disparado todas las alarmas en el ministerio de Hacienda.
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