El Consell se olvida de las inversiones: sólo ha pagado el 14% de las que presupuestó

El ministerio de Hacienda desgranó el pasado jueves la radiografía de las cuentas del Consell. Un déficit hasta el mes de junio de 1.148 millones de euros -es decir, 1.148 millones gastados más de los ingresados a mitad de año-, una deuda no financiera de más de 2.100 millones y casi 38 días para pagar a los proveedores. El detalle de esas cuentas, la letra pequeña de la angustia presupuestaria del Botánico, figura en la propia web de la Generalitat. Los ingresos van como van y los gastos siguen disparados.

¿Y donde van esos gastos? Pues lo que deja claro la información que facilita la administración autonómica es que a pagar las inversiones anunciadas y presupuestadas a principios de año no van. La Generalitat lleva pagados hasta agosto 14 de cada 100 euros teóricamente destinados a invertir. Un porcentaje raquítico de pagos, que retrata el colapso financiero que atraviesa el Botánico.

Las cifras de la administración autonómica sitúan el volumen inversor previsto para este año en 1.672,4 millones de euros, de los que 729,3 corresponden al capítulo VI -inversión real- y otros 943,1 a capítulo VII -transferencias de capital, para que sean otras administraciones las que inviertan.

De esos 1.672,4 millones, el Gobierno valenciano ha comprometido -es decir, ha cumplimentado el trámite administrativo para llevar a cabo el consiguiente gasto- 1.114 millones de euros. Traducido: dos terceras partes de las inversiones anunciadas se harán y, obviamente, la otra tercera parte se quedará en papel mojado.

El Consell tiene ya reconocidos para su pago 424 millones de esos 1.114 comprometidos. El reconocimiento de crédito es el paso inmediatamente anterior al pago efectivo del mismo. Se trata de menos del 40% de las inversiones reconocidas.

¿Y pagadas? Lo pagado a 31 de agosto son 237,8 millones de euros -198,8 del capítulo VI y otros 39 del capítulo VII-. De lo previsto para todo el año, los 1.672,4 millones iniciales, esos 237,8 pagados representan un 14,2% del total.

Los capítulos inversores son, además, los únicos que van claramente por debajo de un nivel de ejecución medio a estas alturas del ejercicio presupuestario.

Por consellerias, la revisión de los estados de gasto de los distintos departamentos prueban las dificultades de liquidez del Consell. Presidencia, con unas inversiones previstas de más de 36 millones de euros a principios de año, llevaba pagado a 31 de julio menos de 50.000 euros. Hacienda, con inversiones anunciadas de 110 millones, había pagado poco más de 23 millones. Justicia presupuestó 44 millones y sólo había pagado unos 13. Política Territorial anunció 203 millones y había abonado menos de 65. Y de las grandes, Educación debía invertir casi 400 millones, y a 31 de julio llevaba pagados apenas 29.

Que las inversiones no se abonen, a la espera de la llegada de fondos provenientes del Ejecutivo central, se suma a aquellos gastos a los que la administración autonómica ha tenido que hacer frente sin que tuvieran soporte en el presupuesto. Los 'acreedores por obligaciones devengadas vencidas' no responden a otra cosa que a aquellos gastos realizados al margen de lo aprobado en el Parlamento valenciano.

Y no son unos pocos millones. La Intervención de la Generalitat cifra en 1.169 millones de euros la cantidad correspondiente a ese concepto. Una cantidad de la que Sanidad es la principal responsable, con 806,5 millones de euros, a los que se suman 284 millones de la Administración General de la Generalitat y 77,7 millones correspondientes a Servicios Sociales. Los datos, en este caso con fecha de 31 de julio, responde en su mayoría, prácticamente 870 millones, a obligaciones correspondientes al ejercicio de 2020. Los otros 300 millones responden a gastos realizados en el ejercicio de 2019.

La cuenta de acreedores por obligaciones devengadas vencidas responde a lo que históricamente se venía en denominar 'facturas en los cajones'.