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En pleno rifirrafe con la propuesta de reforma del sistema de financiación autonómica presentado hace pocas fechas por el ministerio de Hacienda, animado días después con el riguroso análisis elaborado por Fedea, y que deja claro que la Comunitat Valenciana no sale bien parada con el modelo impulsado por la ministra María Jesús Montero, el Gobierno valenciano acaba de hacer públicos los datos correspondientes al nivel de ejecución presupuestaria de las cuentas de 2021.
Y los indicadores son preocupantes. Si los datos correspondientes al mes de octubre ya revelaban el pinchazo en los ingresos del Consell, con 5.000 millones menos de los previsto para todo el año, la información correspondiente al mes de noviembre, penúltimo mes del año, revelan el retraso con el que se afrontan los pagos en el capítulo de gastos, en especial, los correspondientes a los capítulos de capital -el VI, de inversiones reales y el VII, de transferencias de capital-.
Las cifras, que el Consell difunde a través de su 'visor presupuestario' retratan tanto la cifra inicial aprobada para el ejercicio, y que en este caso ascendió a 1.986 millones de euros, como la definitiva, que es consecuencia de las modificaciones presupuestarias, y que alcanzó los 2.214 millones de euros.
Eso es lo que se puso sobre el papel. La realidad, al menos hasta haber acabado noviembre -Hacienda ya ha puesto fecha esta semana para el cierre del presupuesto- delata un significativo retraso en los pagos por parte de la administración que encabeza Ximo Puig. En los pagos que miden la inversión de la administración, porque las nóminas sí que se abonan con regularidad.
En concreto, el capítulo VI del presupuesto, inversiones reales, ha visto abonados ya un total de 345,8 millones de euros. El presupuesto para el ejercicio 2021 asciende a 889 millones de euros, de los que Hacienda lleva comprometidos 577 millones (los que ha movilizado porque estima que va a utilizar) y ha reconocido 374 (que son los que ya ha activado para atender su pago). Pero el abono real, esos 345,8 millones, no llegan ni al 40% -y noviembre es, prácticamente, el cierre del ejercicio presupuestario-.
El otro capítulo inversor del presupuesto es el VII, el de las transferencias de capital, y que viene a equivaler al traspaso de dinero para que otra administración sea la que invierta. Se presupuestaron 1.225 millones y se incrementaron 100 más, hasta los 1.325 millones. Lo pagado hasta el mes pasado alcanzaba los 230 millones euros, y eso supone poco más del 17%.
La suma de ambos capítulos de inversión situaba el dinero a gastar este año en 2.214 millones. Lo que se ha pagado hasta la fecha son 575,8, es decir, el 26%. El otro 74%, tres de cada cuatro euros de lo presupuestado inicialmente, sigue sin haberse abonado. Y lo que es más preocupante, difícilmente se pagará una cantidad mucho mayor.
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