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Burguera
Jueves, 10 de octubre 2024, 01:05
Desde el 9 d'Octubre de 2014 que no se celebraban los actos del Día de la Comunitat con una Generalitat monocolor. Durante ocho años, la izquierda, ya sea en dueto o en terna, estaba al frente de las instituciones autonómicas. El año pasado, el Consell se lo repartían PP y Vox. Una década después, lo popular se vuelve a imponer. Este año, el termómetro rondaban los 24 grados. Agradable. Sin embargo, la buena temperatura no sirvió de acicate para el pluralismo a la hora de alternar. Ni rastro en el copetín de socialistas y nacionalistas, que bastante tuvieron por la mañana con cantar el himno regional junto a Francisco.
La ministra Diana Morant no sabía si aplaudir o no aplaudir cuando apareció el tenor de Alcoi. «Pensaba que vendría Marta Sánchez a cantar el de España», señaló confidencialmente un diputado de Compromís. Con el susto en el cuerpo, y por si acaso les obligaban a cantar más himnos, la izquierda se volatilizó y ya no apareció por el copetín de mediodía.
La recepción que ofrece el presidente de la Generalitat no contaba esta vez con tartaletas de espinacas, pero sí había rúcula repartida por aquí y allá, una brasicácea que hasta hace 15 años estaba muerta de asco creciendo en las cunetas y ahora atiborra ensaladas y hasta pizzas, con división de opiniones. Tampoco se le hizo el caso que merecía a Vicente Cutanda, el consejero de À Punt, que lució unos zapatos tematizados con una mascletá de la plaza de los Luceros de Alicante que bien podían haber sido pintados por el expresidente de Les Corts, Alejandro Font de Mora, que también acudió al evento en compañía de su hijo, ahora diputado autonómico. Que siga la saga.
Si las encuestas sitúan al PP al borde de la mayoría absoluta en Les Corts, en la recepción de la Generalitat la ha logrado ya sobradamente.
Los voxistas que el año pasado acompañaron a Vicente Barrera eran, esta vez, muchos menos secundando a Llanos Massó, presidenta de Les Corts. Por una vez, Llanos Massó sin Llanos (José María, el síndic), un capicúa voxístico que se dio en la entrega de las distinciones pero ya no en el copetín, donde la presidenta estuvo con diputadas del partido como Teresa Ramírez, mujer que se mueve en el salseo como pez en el agua. En cualquier caso, de la Mesa de Les Corts también estaba el popular Alfredo Castelló, hecho un pincelito.
La plaza no estaba abarrotada, como en el chiste y como otros años. Se nota que estamos lejos de año electoral y que el pescado en el Consell está todo vendido.
No acudieron a mediodía el grueso de la representación empresarial y patronal que sí estaba en el acto institucional matinal en el Palau, tras el cual tomaron algo todos juntos (Navarro, Morata, Boluda y otros representantes empresariales) y cada uno se fue a atender sus asuntos festivos (al tentempié invitó Boluda, que para eso preside AVE), a excepción de Eva Blasco, Juan Cámara, Alejandro Bermejo y la ejecutiva Lorena Pérez, que si acudieron a la plaza de Manises y se quedaron un buen rato, hasta las 15 horas. Media hora antes había aparecido el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, que el 9 d'Octubre lo vive con una agenda matinal cada vez más apretada. La procesión cívica se alarga tanto que el jefe del Consell llega a la recepción que él mismo organiza cuando ya muchos están mirando el reloj.
«Aquí no viene ni dios», dijo un señor a eso de las 14 horas, poco antes de que llegase Mazón, cuya presencia propició corrillos de gente con ganas de hacerse fotos con el presidente de la Generalitat. El jefe del Consell posó y habló con unos y otros, casi todos amigos, pues fue un copetín de lo más popular.
Manolo Cáceres, de la Asociación Valenciana de Autoescuelas, era uno de los miembros de la sociedad civil presenten en la recepción. Y del sector industral, Íñigo Parra, presidente de Stadler Rail Valencia. Y fueron varias las consejeras del Consell Valencià de Cultura que también estaban en la plaza, pero en la zona de sombra que aunque la temperatura era buena, junto al palacio de Baylía el sol picaba y el aire soplaba. Del sector de la distribución, Javier Quiles, en representación de Consum, un clásico en este tipo de eventos, como lo es también que a la primera de cambio se acabe el jamón.
Este año no acudió Lay Hoon, presidenta del Valencia CF, pero como contrapartida estaba Miguel Zorío, exvicepresidente del club de Mestalla y denunciante habitual de Lim. Dará que hablar la presencia de la exconsellera Elisa Núñez, con un gesto muy cambiado al de antes de la ruptura de Vox y PP. Núñez, como liberada de un gran peso, acudió vestida de un azul eléctrico que podría considerarse también un color muy popular. Del PP había cargos políticos y electos en todas sus ramificaciones: Verónica Marcos, Gerardo Camps, José Juan Zaplana, Candela Anglés, Pérez Llorca, Begoña Carrasco... Mazón, obviamente, se sintió bien acompañado, aunque tuvo un momento de crisis porque buscaba su vapeador mientras le hablaba la alcaldesa de Puçol, Paz Carceller, y no daba con él. No todo puede ser perfecto.
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