Les Corts ya ha aprobado más declaraciones institucionales que en dos legislaturas enteras

Pleno de Les Corts. 14 de junio. El presidente de la Cámara, Enric Morera se pone en pie para leer una declaración con motivo del Día Nacional de las Lenguas de Signos Españolas. Se trata de la quincuagésimo primera vez que el dirigente nacionalista se levanta y lee un escrito de tinte institucional. No será la última hasta el final de las sesiones parlamentarias del presente curso. «Justamente estábamos hablando de eso hace un rato. Si abusamos tanto de ellas, le quitamos importancia», admite un diputado nacionalista de Compromís, la misma coalición en la que milita Morera, que si bien arrancó su mandato satisfecho de las múltiples lecturas, ya empieza tener la sensación de que «lo mucho, cansa», incluso a él.

En la primera mitad de la legislatura, dos años, el parlamento valenciano ha aprobado un total de 55 declaraciones institucionales, más que en las dos legislaturas anteriores completas. De hecho, desde que se firmó el Pacto del Botánico y se constituyeron Les Corts, en junio de 2015, hasta la finalización del último periodo de sesiones, el mes pasado, se han leído el mismo número de pronunciamientos de la institución como en el periodo que va desde marzo de 2015 hasta junio de 2006, casi once años.

«Se han leído muchas declaraciones, y hasta el propio Morera ya comienza a molestarse. Al principio de la legislatura se registraba una cada dos o tres plenos y ahora hay un par cada pleno. La nueva política pretende quedar bien con todo el mundo, pero se pierde solemnidad. Ya no es excepcional», admite un destacado miembro del grupo parlamentario del PSPV. Durante los tres mandatos del socialista Joan Lerma al frente de la Generalitat se aprobaron un total de 36 declaraciones institucionales.

Al paso que va la legislatura, cuando se alcance su final en 2019, se habrá sobrepasado el centenar. Hasta el actual, el periodo legislativo en el que se registraron más pronunciamientos conjuntos del parlamento valenciano fue en la cuarta legislatura. Entre julio de 1995 y febrero de 1999 se leyeron 44 declaraciones, todavía un 20% menos que la mitad del actual periodo legislativo. A finales de aquella década de los noventa, muchas de aquellas lecturas se realizaron a cuenta de atentados terroristas de ETA.

Es casi imposible ya que se celebre un pleno en Les Corts sin la lectura de una declaración institucional, o dos. Morera arrancó la legislatura leyendo con cierta dificultad, lo que generó chascarrillos entre los diputados por si era un problema de vista. Ahora, con tanta práctica, a no ser que se trate de un tema excesivamente técnico, el presidente de la Cámara lo despacha con la fluidez propia de quien se ha convertido en el mayor lector de declaraciones institucionales del parlamento valenciano en la historia de la democracia española.

Fuentes de la Cámara admiten que, con cinco partidos ocupando escaños y con el activismo cívico en efervescencia, la lectura de pronunciamientos por parte de Les Corts es el pan de cada día, sea el tema más o menos relevante. Junto a temas de indudable trascendencia social, la Cámara ha aprobado también una declaración para mantener el horario de verano o un texto de impulso de la candidatura de Valencia como parte de la red de ciudades creativas.

Un buen número de conflictos internacionales también han propiciado lecturas del presidente, que si se ha ahorrado otros pronunciamientos es porque el PP, en los últimos meses, se ha negado a firmar algunas declaraciones por considerar que el tripartito bloquea las que proponen los populares respecto a la situación en Venezuela. También recuerdan la negativa de los partidos que sostienen el Consell a aceptar otra propuesta de los populares referida a garantizar que se tenga en cuenta a las entidades locales en el nuevo modelo de financiación. «Hay que cuidar el tema de las declaraciones institucionales porque, al rebajar el nivel de solemnidad de los temas a tratar, sí que algunos colectivos pueden considerarse discriminados al no recibir la misma atención que otros», indican desde las filas del Partido Popular.

«El lenguaje de signos ya ha propiciado varias lecturas en apenas dos años, así que no sería descabellado pensar que otros colectivos igualmente necesitados de visibilidad terminen reclamando un reconocimiento institucional para todos. En algún momento tendremos que volver a convertir este tipo de declaraciones en algo excepcional para que no se pierda su relevancia», señalaron fuentes del PP.

Desde las filas populares admiten que «llega un momento en que van entrando peticiones y no te puedes negar, si apruebas una reivindicación sobre la necesidad de investigar una enfermedad o atender a las quejas de un colectivo, debes aceptar las reivindicaciones de otros, y eso termina desvirtuando la trascendencia de un documento aprobado por todos los partidos de Les Corts».

En el otro partido que se encuentra en estos momentos en la oposición, Ciudadanos, señalan sobre el amplio número de declaraciones institucionales aprobadas que «es cierto que por parte de todos los grupos se está utilizando mucho esta herramienta, pero quizá deberíamos hacer examen de conciencia y ser realistas con aquellos temas que merecen ser llevados al pleno como declaración institucional y los que podrían pasar como Proposición No de Ley (PNL) urgente».

En la formación naranja también se muestran sorprendidos por el particular récord que se ha batido en el Parlamento valenciano en estos dos primeros años de legislatura con los pronunciamientos unánimes y añaden que su propuesta para que estos pasen un filtro mayor «especialmente debería llevarse a cabo porque, ante tal cantidad de declaraciones institucionales presentadas, a lo mejor se está desvirtuando su propósito y se está dejando pasar iniciativas verdaderamente importantes».