Marc Pallarés dejó el puesto de secretario segundo de la Mesa de Les Corts el pasado mes de marzo por cuestiones familiares y personales. El exdiputado de Podemos caló hondo entre sus compañeros, que no dudaron en organizar una cena para despedirse del que había sido un miembro más del órgano rector del Parlamento autonómico desde el inicio de la legislatura.
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La cita tuvo lugar en Castellón y hasta allí se desplazaron todos los miembros de la Mesa más el letrado. El gasto fue contenido, nada suntuoso para una factura de 239,53 euros. Cenar y poco más. Algo más de 30 euros por comensal. El gesto, que no el gasto, está en el hecho de que los miembros del órgano rector de Les Corts, sin distinción de color político, cargaron la factura a las arcas del Parlamento valenciano.
Así se recoge en el portal de transparencia del Parlamento valenciano. El 24 de abril de 2018, dentro del rosario de facturas que quedaron registradas, figura una con el epígrafe «Gastos cena de despedida del secretario segundo de la Mesa y miembros de la Mesa». El gasto, para el que se pidió un anticipo de la caja fija, entró dentro del capítulo de atenciones protocolarias y fue rubricado por el gabinete de Presidencia. El área que dirige Enric Morera es el que cargó con los 239,53 euros de la cena de despedida a Marc Pallarés.
El debate se puede centrar en si la cena para decir adiós a un excompañero de la Mesa de Les Corts entra dentro del abanico de lo que se considera un gasto protocolario. Los miembros de la Mesa cobran entre 55.000 y 90.000 euros al año. Desde el seno del órgano rector del Parlamento valenciano se llegó a calificar el evento de excepcional y que la cena no era una rutina en Les Corts. A lo sumo, el máximo derroche ha sido alguna comida navideña de hermandad. La realidad es que para despedir a Pallarés hubo una velada agradable en un restaurante de Castellón y la cena la pagó el presupuesto del Parlamento valenciano.
En ese cajón que es el de la contabilidad hay una pila de miles de facturas. Algunas de ellas llaman la atención por su curiosidad. Les Corts pagan hasta las agendas de bolsillo -a 6,21 euros la pieza- del presidente del Parlamento o los 10 euros en caramelos para endulzar las reuniones de la Junta de Síndics.
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En otros tiempos, la cena para despedir a Pallarés hubiera sido una anécdota. En épocas no muy lejanas había regalos ostentosos para los diputados y cenas de abundante menú en los días señalados como en Navidad. Pero llegó un momento en que se aplicó la tolerancia cero, donde cualquier gasto más allá de lo estrictamente necesario no cabía en los presupuestos públicos.
Entre la lluvia de facturas, siempre se puede encontrar pequeños deslices como la cena de despedida al podemita Pallarés, donde el gesto de cara al público pesa mucho más que el simple gasto.
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