En un mundo donde se trabaja para un empleo cada vez más sostenible de los recursos naturales (entre ellos el papel, el agua o la ... energía), y en el que las tecnologías avanzan a tal velocidad que la Administración digital se impone al ciudadano hasta prácticamente someterlo y eliminar los trátmites presenciales, Les Corts transita a su propia velocidad. La Cámara ha aprobado la contratación de un servicio de impresión, copia y escaneo por un valor total de 443.895 euros hasta 2026. El coste anual es fijo durante cinco ejercicios, sin previsión de que la utilización de los métodos de reprografía se reduzcan a pesar de que, en teoría, la actividad del parlamento se va modernizando. Cada día, de lunes a domingo, Les Corts emplea gastar 250 euros en este tipo de servicios, una media diaria que choca con la realidad. Hoy no hay actividad programada en el parlamento. Ni mañana. Es San Juan. Y el viernes, puente. Desde ayer, la Cámara permanecerá sin actividad, tal y como ocurre en agosto, en Navidad y en todas las fiestas populares habidas y por haber.
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La contratación del servicio de impresión, copias y escaneado no es lo único que se ha dirimido en la Mesa de Les Corts, que también ha decidido gastar cerca de 41.000 euros en un servicio externo de transcripción de las sesiones parlamentarias. Al parecer, con el personal del parlamento no dan abasto para un trabajo que, en cualquier caso, se ha reducido notablemente en relación a la pasada legislatura. Y ya no sólo por la pandemia. Que también. Con la llegada del Botánico en 2015, en el parlamento valenciano se instaló un furor por las comisiones de investigación, lo que propició un aumento del trabajo y la consiguiente externalización de actividades de apoyo, como es la transcripción. Sin embargo, esa frenética ansia de indagar de los parlamentarios se frenó en seco a partir de 2019, por lo que el servicio de transcripción debería ir más desahogado, y aún más desde que la pandemia diezmó la actividad de Les Corts hasta tal punto que aún está por recuperarse. Si a todo esto se suma que ya existen aplicaciones de reconocimiento de voz que permiten el traslado de los discursos al papel con relativa fiabilidad, los empleados de la Cámara para esas tareas cuentan con circunstancias favorables bien distintas a las de hace cuatro años, cuando hasta un informe de los servicios jurídico llamó la atención de la saturación de la actividad.
La Mesa también dio por bueno un encargo personal del presidente de Les Corts, Enric Morera, del que aún no consta memoria económica. En cualquier caso sí ha quedado reflejado que «el presidente desea el cambio de los vinilos de las ventanas del primer piso del Palau dels Borja debido a su deterioro y pérdida de color». Morera está en todo. Al menos, en lo que se refiere a la estética del Palau , la sede del parlamento valenciano, temás que sí logra agilizar si bien otros, como el cambio del Reglamento de Les Corts para evitar la improvisación cuando se registran tránsfugas, como ahora o hace cuatro años, están pendientes de resolver.
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