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Elegida nueva Síndica de Ciudadanos en Les Corts tras la fuga de Toni Cantó, Ruth Merino afronta el reto de poner paz y redirigir el trabajo de ese grupo parlamentario.
–Hace dos semanas no se imaginaba por aquí, ¿o sí?
–Hace dos semanas.. no, rotundamente no.
–Pero cuando se fue Cantó, sí.
–Pues tampoco. Luego, con el paso de los días, vi ya que quizá cabía la posibilidad de que le sustituyera yo.
–Pues todas las miradas se dirigieron hacia usted.
–No todas. Algunas sí. Es verdad que era un poco la evolución natural, la mano derecha se decía. Pero no dependía solo de eso.
–¿De qué ha dependido?
–De la opinión de los 18 diputados del grupo, de la de Madrid, de la de los dirigentes en la Comunitat que hicieron su informe, y luego se refrendó por Madrid y por el grupo.
–¿Son ustedes un grupo roto?
–Roto no. Somos un grupo como cualquier otro, con diferentes sensibilidades, pero que ahora tenemos aún más un objetivo común para hacer un buen trabajo.
–Dice que hace dos semanas no se lo imaginaba. ¿Y hace dos años, tenía aspiraciones políticas?
–Yo llevaba más de 20 años trabajando y nunca había pertenecido a ningún partido hasta que me afilié a Cs en 2015. Coincidió una época de mi vida en la que mis hijos ya eran más mayores y empecé a fijarme en el discurso de Cs y en lo que querían para este país, me llamó la atención y me afilié para intentar colaborar. He trabajado mucho desde entonces con los afiliados y en todas las campañas electorales.
–¿Y qué le parece lo de la política? Porque lleva poco tiempo.
–Me parece una experiencia muy positiva, porque para bien o para mal se aprende. Y cuando uno quiere aprender y crecer personal y laboralmente, es una forma muy buena de hacerlo. Está poco valorada pero también en parte es merecido por lo que ha sido la política muchos años. Eso sí, también hay que venir en muchas ocasiones llorado de casa. Porque te puedes encontrar amigos (...) pero todo el mundo sabe que la política también tiene cosas que no son tan bonitas.
–¿Y se lo imaginaba?
–Sí, es que ya tengo una edad (risas). Y tengo amigos que han estado en política y me lo podía imaginar.
–¿Qué me puede decir de Cantó? ¿Qué piensa de su decisión de pasarse al PP?
–Pues que lo que ha pasado ha sido fruto de una decisión personal y los motivos él los sabrá. Y que nosotros seguimos adelante con nuestro trabajo de centro, porque seguimos estando en el mismo sitio.
–¿Usted no se irá al PP?
-(Risas). Tengo muchos amigos del PP. Tampoco me han ofrecido nunca entrar y nunca me ha llamado la atención entrar en ese partido. Me la llamó Cs y aquí estoy. Tengo la tranquilidad de que tengo mi trabajo y mi vida resuelta.
–El suyo es un partido con una trayectoria extensa en Síndics, han sido cinco, sólo igualado por Podemos. ¿A qué se debe?
–No sé cuál es el diagnóstico. Imagino que es porque son partidos nuevos, que tienen que encontrar su sitio y quizá por eso hay más movimiento de cargos.
–¿Qué pretende hacer usted?
–Lo más importante es hacer un buen trabajo en Les Corts y conseguir mejoras para la Comunitat. Estaremos para tender nuestra mano cuando haga falta, pero también para decirle al Botánico lo que creemos que hace mal, para plantarle cara a nacionalistas y populistas, y para atraer al PSOE un poco más al centro porque eso será bueno para todos. Y como grupo, cohesionar, que la gente esté contenta y a gusto y que vayamos todos a una.
–¿Cómo va a ser la relación con el PP?
–Con Isabel Bonig hemos tenido muy buena relación, y en el área económica que es en la que yo he estado la relación ha sido buena y tenemos muchas cosas en común. En otras no. Si pensáramos siempre lo mismo seríamos el PP, y no lo somos.
–¿Y con Vox?
–Al principio les costó encontrar su modus operandi. Ahora están haciendo un trabajo respetable para sus votantes, pero hay muchas cosas que no comparto.
–Vamos a temas concretos. ¿Valenciano y catalán son la misma lengua?
–¡Qué malo! No, no lo son.
–¿Se siente cómoda con las tesis sobre violencia de género de Vox?
–No.
–¿Qué piensa de À Punt?
–Es necesaria una televisión pública plural, objetiva y eficiente. Quiero una televisión que no manipule y que sea cercana, y que no sea un pozo sin fondo. Este último año ha mejorado, es más plural y llega a más gente.
–¿Qué van a hacer con la ley electoral?
–De momento la postura es la misma, porque es la misma ley de la legislatura anterior, que queríamos que fuera más proporcional y no se ha contado cono nosotros. Tampoco pensamos que sea tan urgente hablar ahora de reformar la ley electoral, y sí de cosas más importantes.
–¿Cómo cuáles?
–La sanidad y la economía para mí es lo prioritario.
–¿A qué se refiere?
–Que se hagan más test, es fundamental, que se vacune más y mejor, que haya controles para que nadie se cuele, que exista planificación y previsión, que no ocurra lo mismo que en Navidad. Y en la economía, que se escuche a los sectores, que no lo paguen siempre los mismos, y que se tomen decisiones con criterio. Cerrar toda la hostelería es una forma muy fácil de acabar con los contagios. Pero acaban pagando justos por pecadores, porque no está demostrado que la hostelería sea causante de muchos contagios, sino las reuniones familiares.
–¿Usted podría gobernar con Bonig?
–Nosotros podríamos gobernar con Bonig o con Ximo Puig. Sobre todo con un Puig cuando demuestra que es el PSOE de siempre. Últimamente se le ve demasiado escorado a la izquierda, a comunistas y nacionalistas.
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