Les Corts limita la compra sin freno de ordenadores para los partidos

En términos informáticos, Enric Morera, presidente de Les Corts durante los últimos ocho años, disparaba con pólvora del rey. A nadie se le decía que no cuando se pedía un ordenador. Al margen de los dispositivos informáticos asignados a cada diputado, los grupos parlamentarios dispusieron durante años de un compendio de medios digitales notable, costoso y sin freno. Morera no logró o no quiso o no supo disponer de una red de wifi propia del siglo XXI que funcionase en la Cámara, pero en lo que se refiere a ordenadores para los grupos informáticos, Morera, hombre religioso, hizo suyo el Evangelio: «Pedid y se os dará» (San Mateo 7,7-12). Sin freno. Sin proporcionalidad entre el tamaño del grupo y los medios puestos a su disposición. La Mesa de Les Corts ha decidido acotar tanto desenfreno informático, de tal modo que limitará el número de ordenadores a los que podrá acceder cada partido, y lo harán en función de la representación parlamentaria obtenida.

La labor parlamentaria no suele ser reconocida ni por los propios compañeros en el Ejecutivo. Eso pasaba en el anterior Gobierno valenciano («no fan res. Es passen el dia rascant-se la panxa», se lamentaba un miembro del Consell del tripartito) y pasa con el actual («los desfaenaos del legislativo no hacen más que charrar», bromea ya uno de los consellers). No obstante, y al margen de prejuicios, lo cierto es que la actual Mesa de Les Corts ha detectado un evidente desahogo y desfase en el reparto de medios informáticos.

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La cuarta fuerza parlamentaria en Les Corts durante la pasada legislatura, Compromís, disponía de más licencias que nadie, 13 (el coste de cada una de ellas oscila entre los 500 euros y los 180) y el mismo número de ordenadores para labores administrativas que el PP (con dos diputados más que los nacionalistas) y casi el doble que el PSPV (con diez diputados más que la coalición). Vox cerró la legislatura con nueve diputados y otros tantos ordenadores en su grupo parlamentario, el mismo número que todo el PSPV y sus 27 diputados.

Les Corts constata que se repartían los ordenadores «a demanda». Junto a los PC's, también eran numerosas las licencias (un paquete informático compuesto por un correo, herramientas digitales...), repartidas igualmente a capricho. Se manifiesta, así, una «clara desproporcionalidad» entre escaños de cada grupo y los ordenadores «puestos a su disposición».

La Mesa ha aprobado un reparto por el cual cada grupo, inicialmente, dispondrá de cuatro equipos y otras tantas licencias. Adicionalmente, aumentarán en un ordenador y una licencia por cada tres diputados. Así pues, el PP gana uno respecto al anterior reparto y el PSPV logra cinco más, mientras que Vox pierde uno y los nacionalistas siete, los que más deben ajustarse el cinturón informático.