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¿Problemas? Para estar seguro, la prueba del algodón». Así lo sugería el mayordomo del anuncio televisivo de Tenn, el único con bioalcohol que limpia ... sin aclarar. De aquello hace 40 años. A veces no se sabe si hay suciedad hasta que se pasa el algodón. La relación entre el PP y Vox parece limpia o sucia, según el día o la semana. En el caso de Madrid, la apariencia es muy sospechosa. Si entre los despachos de Feijóo y Abascal, cada uno en la sede nacional de sus respectivos partidos, hubiera un pasillo, indudablemente no estaría en las mejores condiciones. Suciedad en los rincones y recovecos oscuros, sin brillo. Sin embargo, no es esa la situación que se da entre los populares y voxistas valencianos. O al menos no es el escenario que se daba hasta hace unas semanas.
La escalada de la tensión a nivel nacional entre los dos partidos del bloque de la derecha parece imparable. Al fin y al cabo, ni Abascal ni Feijóo se juegan el puesto de manera inmediata por lanzarse descalificaciones de lo más variopintas, desde opositores de tumbona a estafadores, traidores, confundidos... Un todo vale.
La trifulca se ha trasladado a la Comunitat. A partir de las próximas semanas se sabrá cuánto y hasta dónde están dispuestos a llegar cada uno. Los dirigentes valencianos de Vox se han dedicado toda esta semana pasada a lanzar mensajes duros, advertencias al hilo de la amenaza de Abascal de no aprobar presupuestos autonómicos de los gobiernos del PP.
El descontento voxista se ha focalizado en Gan Pampols. El vicepresidente es de gatillo fácil. Teniente general, no se arruga a la hora de explicarse, aunque posteriormente la portavoz del Consell, Susana Camarero, intente reinterpretar sus palabras.
En cualquier caso, Gan se expresó de manera cristalina cuando consideró «fantástica» la medida del Gobierno central de regularizar a los inmigrantes que se vieron afectados por la dana. Vox estalló en cólera, exigió rectificaciones y avisó de que, por ese camino, su voto para los presupuestos estaba más que en peligro. De hecho, el portavoz de Vox en Les Corts, José María Llanos, ni siquiera se quiso pronunciar a favor o en contra de una propuesta de Compromís que se debate y se vota esta próxima semana en el parlamento valenciano. Los nacionalistas plantean la posibilidad de que Mazón dimita.
¿Qué hará Vox? «Eso se sabrá ese día», indicó Llanos. Sólo 48 horas más tarde, en una votación sobre la posibilidad de poner en marcha una investigación sobre la actuación de FGV el día de la dana, Vox, que acostumbra a afirmar que «con los nacionalistas, ni a la esquina», votó con Compromís y el PSPV a favor de una iniciativa de los socialistas que lidera Pedro Sánchez con el fin de impulsar ese escrutinio a la FGV, dirigida por el PP, que se abstuvo para no quedarse solo.
Así pues, Vox está de uñas con los populares, o quizá está enseñándole las uñas, que no es lo mismo. La escenificación y los gestos también forman parte de la actividad política.
Este miércoles, por tanto, la relación entre voxistas y populares pasará su particular prueba del algodón en suelo valenciano, a ver si sigue reluciente o se ha manchado. Fuentes del partido de Abascal aseguran que el voto (que se se sustanciará el jueves) será a favor de la continuidad de Mazón, pero hasta el jueves, cuando se votará definitivamente la propuesta en Les Corts, quedan cuatro días y, ahora mismo, la vida política es como la de las moscas, muy breve, y en una semana se nace, se vive y se muere.
Será la primera prueba, pero no la última, y la siguiente también será en Les Corts, ya que en el parlamento valenciano se abordará durante los próximos dos meses la ley de presupuestos de la Generalitat.
¿Sacará adelante Mazón las cuentas para el presente año? La Conselleria de Hacienda las tenía preparadas para presentarlas (y negociarlas con Vox) la misma semana en que se desencadenó la dana. Lógicamente, tras la devastación del 29 de octubre, todo cambió, y el presupuesto tuvo que sufrir un proceso de adaptación a una situación dantesca en decenas de localidades de la Comunitat. En este caso, y en todos, el tiempo corre en contra del Consell. Al PP, la prolongación de la posibilidad de aprobarse o no aprobarse el presupuesto le expone a los azares de la política nacional.
Mazón se encontraba cómodo con Vox en el Consell y le tocó reconfigurar su Gobierno a causa del conflicto entre Abascal y Feijóo por la inmigración. Y lo mismo sucedía con el presupuesto, que parecía que podría salir adelante sin problemas antes de la dana, y que incluso también se daba por bien encauzado después. De hecho, desde la izquierda se daba por seguro. Sin embargo, el canibalismo de la política nacional ha puesto en solfa esa posibilidad, al menos sobre el papel.
En cualquier caso, las señales reales (al margen de declaraciones más o menos altisonantes) que se lanzan populares y voxistas valencianos es de acuerdo, si bien hay escollos (como la figura de Gan), pero da la sensación de que hay voluntad de ser esquivados.
Dejar a Mazón sin presupuestos durante el año en que debe abordarse la reconstrucción tras la dana es una decisión grave y que pondría al presidente de la Generalitat contra las cuerdas. Vox puede hacerlo.
La votación final de la ley presupuestaria será dentro de dos meses, a mitad de abril, pero si de verdad los voxistas quisieran a Mazón fuera del Palau de la Generalitat, sería ilógico que esta misma semana votasen en contra de la propuesta que se debate en Les Corts para que dimita.
El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, niega que Gan Pampols sea un obstáculo para aprobar el presupuesto, a pesar de que Vox cargó muy duramente este martes contra el vicepresidente segundo asegurando «no estar cómodos» con él y que «está haciendo daño al Consell» tras conocerse la opinión favorable del militar sobre el proceso de regularización de inmigrantes afectados por la dana (unos 25.000) anunciado por el Gobierno central.
Mazón niega que las palabras de Gan comprometan el apoyo de Vox, si bien es cierto que el síndic voxista en Les Corts, José María Llanos, reclamó que se «rectificase la posición» expresada por el vicepresidente y que, de continuar en su línea, la aprobación de los presupuestos con el voto de los voxistas no sería posible.
El jefe del Consell ha apelado a «ver las cosas con integridad», en su conjunto. «Las declaraciones del vicepresidente tienen que ver con un fenómeno concreto más allá del fenómeno migratorio. En estos momentos necesitamos mano de obra cualificada para la reconstrucción y estamos buscando todos los recursos necesarios. El debate de la inmigración es mucho más grande».
Para Mazón, en las palabras de Gan Pampols «se ha cogido el todo por la parte, en cualquier caso». No obstante, el presidente de la Generalitat recurrió a su optimismo para minimizar cualquier tipo de problema con los voxistas de cara a la negociación de los presupuestos.
El peligro para las cuentas de la Generalitat, según fuentes del PP, pero se trata de un diagnóstico compartido tanto en el entorno de Vox como por la oposición de la izquierda en Les Corts, radica en lo que la cúpula nacional que lidera Santiago Abascal decida frente a una situación inminente.
Dentro de menos de dos semanas, el próximo día 24 de febrero, está previsto que empiecen a comparecer en el parlamento valenciano los consellers ante la comisión de Hacienda para explicar cada uno su respectiva área y qué hará con el dinero de las cuentas que se deberían aprobar a mediados de abril. Los populares y voxistas valencianos mantienen una relación fluida. Llanos reconoce que se negocia y se avanza; sin embargo, todo eso puede saltar por el aire si finalmente Abascal aprieta el botón de ruptura. Mazón prefiere pensar que no será así. «Vox es nuestro socio prioritario para aprobar estos presupuestos. Estamos en un marco de diálogo con ellos y, aunque seamos formaciones políticas distintas, creo que vamos a ser capaces y que tenemos que ser capaces de sacar adelante estos presupuestos con el esfuerzo de todos», indicó el jefe del Consell.
«No somos lo mismo, no pensamos lo mismo en todo, pero sí que podemos hacer el esfuerzo de priorizar lo que nos une, que es la recuperación» tras la dana, según Mazón. El algodón no engaña, y en Les corts se verá.
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