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El exsecretario del PP de la Comunitat, Ricardo Costa. EFE/biel aliñó

Costa vincula la agencia de las campañas del PP de Valencia con Cotino

El exsecretario del PP recoge en su confesión que también hicieron la web del partido, que eran un desastre y los despidió

A. RALLO

Valencia

Sábado, 9 de junio 2018, 02:22

La declaración de Ricardo Costa ante dos de los tres fiscales Anticorrupción de Valencia ha implicado a buena parte de la cúpula del primer Consell de Francisco Camps especialmente por la financiación ilegal del partido. Tanto Camps, como David Serra, Vicente Rambla y Víctor Campos han quedado señalados tras la comparecencia del exsecretario general del PP. Pero, además, ha vinculado a Juan Cotino con Trasgos, la agencia de comunicación que llevó una de las campañas del PP de Valencia, la de 2011, que la Justicia investiga por irregularidades.

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Costa, cuya declaración destaca por la falta de concreción, recuerda que cuando llegó al partido quiso cambiar la web y se dio cuenta que la llevaba el grupo Trasgos. «Era un desastre», indicó a los responsables del ministerio público. Él los despidió y contrató a otra empresa, siempre según su relato autoinculpatorio. El exsecretario general apuntó a que la agencia de comunicación estaba allí por Juan Cotino. Al exconseller de Agricultura y exdirector de la Policía le ha situado como uno de los artífices del sistema ilegal de recaudación de fondos para el partido. La tarea física de recoger el dinero la realizaban Víctor Campos y posteriormente Vicente Rambla, siempre según el testimonio del arrepentido.

Estas declaraciones han sido incluidas en el juzgado de Instrucción 17 de Valencia donde se abrió una causa para investigar el amaño de tres contratos para el diseño del circuito de Fórmula 1. El hecho de que se haya incluido en esta pieza y no en otras donde ya se está investigando el papel de esta agencia puede responder al hecho de que puede que se analice algún vínculo de la mercantil con el evento automovilístico.

Costa avisó a los fiscales de que Camps y su mujer le llamaron antes de su confesión en la Audiencia

Costa ha realizado una amplia comparecencia. Acudió a la Fiscalía de Valencia el pasado 21 de marzo. Indicó que ya no mantenía relación de amistad con ninguno de los altos cargos del PP. Antes sí tenía más relación con Campos y Serra. El exsecretario aprovechó para comunicar que justo antes de su declaración en la Audiencia Nacional -terminó por confesar una supuesta trama de financiación ilegal del partido para pagar actos electorales- recibió numerosas llamadas telefónicas de Francisco Camps e incluso de su mujer, pero no atendió ninguna.

El exsecretario sostiene que Campos tenía dinero en sobres procedentes de empresarios en el propio despacho de Vicepresidencia de la Generalitat. Y que posteriormente, de esa tarea de recaudación se encargó Vicente Rambla. De igual modo, admitió que el consejero delegado de FCC le dio 150.000 euros en un «fajo de billetes de 500 euros».

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El nombre de Trasgos no es nuevo para los investigadores de la corrupción en la Comunitat. Los agentes que investigan la financiación ilegal del PP en el juzgado de Instrucción 18 de Valencia lograron reconstruir los entramados que supuestamente permitieron al Grupo Municipal sufragar sus campañas electorales al margen de los órganos de fiscalización y por encima de los límites presupuestarios que tenía asignados el partido. Se utilizaron empresas (Laterne en 2007 y Trasgos en 2011) que recibían fondos de empresas adjudicatarias del Ayuntamiento por servicios ficticios. Además, también llegaba dinero en efectivo de las manos de Alfonso Grau, el supuesto organizador de las finanzas en B del PP de Valencia, según las investigaciones policiales. El exvicealcalde está investigado por delitos de malversación y cohecho.

Trasgos repitió el modelo que previamente se había establecido con Laterne. En 2011 contrató proveedores por más de 200.000 euros por encima de lo presupuestado con el Grupo Municipal. Algunas de las filiales de la empresa, como Tossalet Producciones y Tannhauser, eran utilizadas para esconder facturación ficticia con las adjudicatarias del Consistorio, pero el dinero terminaba en la cuenta de Trasgos, según la UCO.

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