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Minuto de silencio en el Parlamento valenciano. Inma Caballer
El Covid-19 altera el ecosistema en les Corts

El Covid-19 altera el ecosistema en les Corts

PP y Ciudadanos tienden puentes a Puig, que trata de reforzar su imagen de líder ante los recelos de un Compromís cada vez más distanciado

A. Rallo

Valencia

Lunes, 4 de mayo 2020, 00:39

No hay nada como una gran tragedia para alterar los equilibrios. Ocurre en la vida real cuando uno se queda sin trabajo, viudo, pierde a sus padres o no puede ver a sus hijos. También cuando se enemista con un familiar, sufre una adicción o un desahucio. Que cada lector piense en su particular drama. Los baches, la mayoría de las ocasiones, se superan. Pero el que sigue en el camino ya no es exactamente el mismo. Nada garantiza necesariamente una mejoría, pero casi seguro sí un cambio. La pandemia del Covid-19 ha alterado el ecosistema habitual de Les Corts ofreciendo un reflejo muy diferente al habitual. La duda es si el nuevo perfil de los partidos se consolidará o irá difuminándose en su encaje con la nueva normalidad.

PSPV

Reforzar el liderazgo de Puig

El objetivo se antoja como primordial: reforzar el papel de líder de Ximo Puig. Los intentos de Presidencia desde hace ya semanas consisten en alejar todo lo posible la gestión del Consell de la del Gobierno central. Existen dos realidades que se complementan en este escenario. Por un lado, Pedro Sánchez es diana de todas las críticas por la imprevisión en la compra de material para los sanitarios, la falta de prevención y confusión con sus planes e inmediatas rectificaciones. A esto se le suma una actitud en la que no reconoce errores. O si lo hace añade la coletilla de «como el resto de países».

La hoja de servicios de Puig es notablemente más ejemplar en la gestión del Covid-19. Acumula menos mortalidad que el resto de autonomías, ha logrado abrir y mantener una ruta eficiente de compra de material con proveedores chinos y, además, ha mostrado una actitud humilde ante la pandemia. Pidió perdón a los valencianos por los errores.

Incluso quiere marcar agenda. En la línea de otras regiones plantea un modelo de desescalada diferente, que pivote sobre municipios o departamentos de salud. Considera que la mejor situación epidemiológica de la región merece un tratamiento diferente. No es una posición cómoda, pero sí valiente en términos políticos. Un posible rebrote del virus haría que las críticas se dirigieran hacia él. Sánchez rechazó ayer esta posibilidad y recordó que el ciudadano medio ignora los límites de esas demarcaciones

En un escenario como este parece más cercano al PP de Isabel Bonig con quien ya ha aceptado una reunión para esos grandes pactos de reconstrucción a imagen de lo que propone Sánchez.

PP

Marca distancias con Casado

Isabel Bonig sigue anclada en esa posición más de centro que ya se vio en la última campaña electoral. La crisis del Covid-19 le ha permitido exhibir ese renovado talante a la concordia. En Les Corts ha mostrado su apoyo al propio presidente Puig ante una emergencia como la que vivimos.

La situación es radicalmente diferente a la que representa Pablo Casado en el Congreso. El tono duro del líder de los populares con el presidente al que acusa de mentir y ocultar las cifras reales de fallecidos no tiene su reflejo en la Comunitat. Ni mucho menos. Ya se vio antes de las elecciones. Bonig dejó el discurso duro para Vox y un Ciudadanos que en aquella época ejecutaba sus ataques más duros contra un PSPV al que tachaba de sucursal del PSC.

La líder del PP apuesta por el sentido común en una atmósfera cambiante y tensa como la actual: «Los ciudadanos no entenderían que se instalara hoy la bronca política». Esa posición de Estado puede modificarse ligeramente en las próximas semanas con el inicio de la comisión. El PP tomaría la ofensiva con algunos asuntos controvertidos como el elevado número de vuelos contratados para traer material médico. Madrid, por ejemplo, ha logrado más mercancía con menos aviones.

Ciudadanos

El nuevo papel de Cantó

Toni Cantó ha cambiado tanto su discurso que quizá no resistiría una comparación con la hemeroteca. El líder de Cs exhibe desde hace semanas el tono más condescendiente con el PSPV desde su desembarco en la Comunitat e incluso desde el nacimiento de la formación. En esta vuelta a los orígenes naranjas -recuerden aquel primer pacto de Albert Rivera con Sánchez para un programa de Gobierno- Cantó parece la persona ideal para tan complicado viaje. Tras su primer traspié en Les Corts con aquella frase de «Yo te contagio, hermana» en referencia a la falta de medidas ante el avance de la pandemia, Cantó se ha acercado a Puig e incluso ha reconocido alguno de sus aciertos. Le ofrece un gran pacto con el PP para el Consell aprovechando la dramática situación del virus. Cree que esta sería la solución óptima para resolver este complicado escenarios e impulsar políticas de reconstrucción.

El síndic expone el ejemplo de Torrent -han pactado con los socialistas para desalojar a Compromís- como muestra de lo fructífera que podría ser esta relación de ahora en adelante. Del mismo modo, insinúa que puede extender la alianza a Alicante con el PSPV para gobernar en el Ayuntamiento y la Diputación e incomodar al PP. Pero, sobretodo, insiste en que es el momento del tripartito, esta vez, con el centroderecha.

Compromís

Desconfianza en sus socios

La coalición nacionalista afronta su momento de mayor invisibilidad en el Consell desde su llegado en 2015. Esta semana se cumplía un año de la reedición del Botánico. Un pacto que se gestó con desconfianza y malestar por el adelanto electoral que forzó Ximo Puig y que le acabó dando más votos y debilitando a sus socios.

Destaca especialmente el papel de Mónica Oltra, la vicepresidenta que ha estado desaparecida especialmente en la fase inicial de esta crisis. Cuestionada al respecto llegó a decir que creía más importante «trabajar que lucir en los medios» y que ella era de contar «lo que ya se había hecho».

No obstante, la ausencia de Oltra ha sido significada por el resto de formaciones que sospechan que la consellera prefirió echarse a un lado por dos motivos. Pensó que de la gestión de la crisis no había nada que ganar -el papel de Puig quizá desmonte esa tesis- y que la pandemia iba a causar estragos en las residencias, un área bajo su gestión. Otro de los referentes de la organización, Mireia Mollà, apenas ha ido por la Conselleria de Agricultura en más de 40 días de confinamiento, circunstancias que ahondan en la distancia entre los socios de Gobierno. En las últimas fechas, desde Compromís se critica abiertamente, en redes sociales por ejemplo, el intento del PSPV por acaparar toda la acción política en la lucha contra el coronavirus. Defienden que la acción del Consell es de todo el Gobierno.

VOX

Línea dura pese al virus

Vox mantiene esa posición de outsider del Parlamento valenciano. No se suman a la nueva ola de los populares y ciudadanos por pactar con Puig la reconstrucción de la región. Son los que menos se han movido -quizá apenas tienen margen para hacerlo- de la posición nacional del partido. Como hecho que se podría calificar de 'histórico', la formación de José María Llanos votó a favor de una propuesta del conseller de Educación, Vicent Marzà, sin duda, el dirigente más nacionalista de todo el Consell.

Vox vive pendiente de sus procesos para elegir los líderes provinciales. Existe un pulso entre los que prefieren recurrir al método de las primarias, los alicantinos fundamentalmente, frente a los partidario del presidente Llanos que descarta este proceso.

Podemos

Ausentes e irrelevantes

La sucursal de Pablo Iglesias en la Comunitat ha utilizado tantas veces el término emergencia -climática y habitacional- que cuando ha llegado una crisis brutal y repentina parece que han desaparecido del tablero. El léxico, sin duda, iba por delante de su acción política.

El partido morado, dirigido en Les Corts por Naiara Davó y en el Consell por Rubén Martínez Dalmau, se sitúa ahora en un irrelevante tercer plano. No es sólo que carezcan de competencias fundamentales en la lucha contra la pandemia es que tampoco han sabido aprovechar el momento para reforzar su papel de socio del Botánico cuando los recelos de Compromís tensan la relación en el Consell. Todo lo contrario. Como si el partido fuera víctima de otro virus, con menor representación en Les Corts que en la anterior legislatura, la formación parece haber entrado en una fase de autodestrucción.

El vicepresidente Dalmau, en plena pandemia, se dedica a cambios en su equipo con el objetivo de contentar los compromisos internos de la organización. En cinco años, el partido ha completado un ejercicio de descomposición que amenaza su supervivencia.

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