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Valencia
Jueves, 17 de octubre 2019, 12:41
El fomento desde el Consell de la actividad de entidades valencianas que siguen la senda del independentismo catalán se convirtió este jueves en el asunto que salpicó todas las intervenciones del bloque del centro derecha valenciano durante la sesión de control en Les Corts al presidente de la Generalitat. Aunque el PP también pidió explicaciones por las listas de espera en Sanidad, Ciudadanos y Vox centraron completamente sus intervenciones en los vínculos del Consell con entidades como Escola Valenciana o Acció Cultural del País Valencià (ACPV), a las que ha subvencionado con cientos de miles de euros desde la llegada del Botánico a la Generalitat en 2015.
La portavoz del PP, Isabel Bonig, le reprochó a Puig su reciente reunión con el editor Eliseu Climent, impulsor de ACPV, que además también recibe la atención subvencionadora de otra Generalitat, la catalana, que desde la década de los 80 ha otorgado más de 30 millones a todo el entramado asociativo puesto en marcha por Climent.
El síndic de Ciudadanos, Toni Cantó, así como el resto de diputados de Cs que repreguntaron al Consell, centraron sus intervenciones en las subvenciones a esas entidades, en su montante y en reclamar al Gobierno valenciano que no sufrage a organizaciones «que hablan de presos politicos (en relación a los políticos catalanes condenados por sedición), incitan a la desobediencia y alientan la independencia». Desde Vox, también se pidió explicaciones a Puig por las ayudas con las que la Generalitat «riega» a entidades catalanistas.
El presidente de la Generalitat optó por loar la diversidad de la Comunitat, y tanto él como el conseller de Educación, Vicent Marzà (desde cuyo departamento sale la mayor parte del dinero autonómico que llega a organizaciones como ACPV, Escola Valenciana o Ca Revolta), dieron carta de normalidad al goteo de financiación pública que recibe este entramado de entidades. Son subvenciones libradas a través de la Generalitat, la Diputación o el Ayuntamiento de Valencia, entre otras administraciones. Por ejemplo, el Consistorio de Alzira. El municipio que encabeza Diego Gómez (de Compromís, y que presidió Escola Valenciana), aprobó el pasado mes de marzo el pago de 3.630 euros a Edicions del País Valencià SA, empresa de Climent.
Desde 2016, la Generalitat ha liberado para estas entidades 1.077.726 euros, mientras que la Diputación de Valencia otorgó ayudas por un valor que supera también el millón de euros, tras la última aportación de 300.000 euros hecha pública hace dos semanas. El Ayuntamiento de Valencia, por su parte, ha dispensado desde que el Botánico llegó al poder subvenciones que suman 253.391 euros. En total, entre unas administraciones y otras, más de 2,3 millones de euros.
«Defenderé siempre la lucha por la libertad y contra la violencia, como he hecho toda mi vida. Aquí nosotros nunca vamos a encender ni el fanatismo ni ningún nacionalismo excluyente, ni unos ni otros, ni unos ni otros, ningún nacionalismo», aseguró Puig. José María Llanos, que ejerció de portavoz de Vox, asoció esas ayudas públicas valencianas a la situación de alta tensión que actualmente se vive en Cataluña. Vox criticó el apoyo de Compromís a los «delincuentes» independentistas catalanes, ante lo que Marzà replicó que desde la bancada del partido de Abascal le llamen a él «dictador, totalitario, terrorista, golpista, Stalin o delincuente» y preguntó si «piensan que con 100 años de prisión se arregla alguna cosa», en relación a la suma de años de condena de la sentencia del Supremo.
Puig, en el inicio de sus intervenciones de ayer, se puso la venda ante la herida inminente y advirtió de que «cualquier intento de importar» a la Comunitat «conflictos ajenos a la realidad valenciana» contaría con su rechazo. Sin embargo, para el centro derecha valenciano, la importación llegó hace años vía presupuestos.
Bonig ironizó con la credibilidad de las medidas que presenta Puig en los plenos. La popular criticó los «ximoanuncios» (así los bautizó Antonio Estañ, síndic de Podemos durante la pasada legislatura) en cuanto a planes de acción o rebajas de impuestos. «No necesitamos un hombre anuncio, sino alguien que lidere y gobierne. No es útil alguien que dice 'no habrán recortes' y luego recorta, quien asegura que defenderá la financiación pero después no lo hace, o que rescatará personas para luego aumentar las listas de espera en Sanidad, o defender la Constitución pero subvencionar a los catalanistas, ¿qué hacia Eliseu Climent en el Palau, señor Puig?», preguntó la síndica del PP. El presidente de la Generalitat tiró también de ironía para replicar que iba a hacer en ese momento unos cuantos 'ximoanuncios': una inyección del banco público de 150 millones a 750 microempresas, un plan de incentivos para grandes inversiones empresariales con los que se prevén crear 1.400 puestos de trabajo y una Estrategia para la Economía de la Inteligencia Artificial.
No generó conmoción ni emoción las buenas nuevas del jefe del Consell, que fue de nuevo objeto de las arremetidas de Toni Cantó. El portavoz de Ciudadanos estableció paralelismos entre las políticas públicas del nacionalismo catalán y las del Consell. La diputada de Cs, Mamen Peris quiso recibir un «compromiso» del Gobierno valenciano de que no seguirá subvencionando a estas entidades, ante lo que Marzà aseguró que reciben las ayudas en concursos públicos. En esta misma línea, Vox incidió en que la «tolerancia» de la que hace gala el Ejecutivo de Puig es «sectaria» porque se centra en repartir el dinero público entre las entidades más próxima a su ideología.
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