La crisis de Vox, una oportunidad para el PP de captar votantes y dirigentes

De tal forma que el reto para los populares, en los próximos comicios -incluso aunque no se agote la legislatura- será aspirar a quedarse con los votantes y quizá dirigentes de Vox. Y no necesariamente por ese orden. Experiencia en este tipo de absorciones hostiles no falta en el seno de los populares.

La crisis abierta en la dirección nacional de Vox se observa desde la distancia, pero con atención, en la Comunitat. La marcha de Espinosa de los Monteros, hasta ahora portavoz del partido en el Congreso, ha generado dudas sobre la estabilidad interna de la formación de derecha populista. La tradicional discreción con la que la formación que lidera Santiago Abascal gestiona su día a día, y el mutismo y subordinación de sus dirigentes autonómicos, dificulta prever el alcance de la marcha del que ha sido uno de los cofundadores de la formación.

El PPCV, liderado por Carlos Mazón, sigue al detalle estos movimientos en Madrid. El acuerdo de Gobierno suscrito con la formación de Abascal –que ocupa una vicepresidencia y tres consellerias, además de la presidencia de Les Corts– se cimenta en los votos de los 13 diputados de Vox, que son los que le garantizan a los populares valencianos disponer de la mayoría absoluta en Les Corts.

La inestabilidad podría llegar a la federación valenciana de Vox –tampoco se puede olvidar la salida de Macarena Olona– y dificultar el funcionamiento del Consell. Por el momento, lo que se ha evidenciado han sido las dificultades de Vox para encontrar altos cargos con los que nombrar al segundo escalón del Ejecutivo. Un obstáculo que previsiblemente continuará.

La hemeroteca arroja dos precedentes similares. El más reciente, sin duda, el de Ciudadanos. El partido de Albert Rivera sobrevive –agoniza incluso– en estos últimos meses. De hecho, optó por no presentarse a las elecciones generales. Y eso, el concurrir a unos comicios, es la esencia de cualquier formación política. La crisis del partido de derecha populista puede afectar a esa imagen de unión que ha de 'vender' el Gobierno de coalición, el primero nacido de las elecciones autonómicas.

Sin embargo, esta situación también puede analizarse en términos positivos para los populares ya que podría brindarles una oportunidad para ganar espacio electoral en el territorio valenciano. La idea de una absorción de miembros de Vox no puede descartarse.

Así como sucedió con Ciudadanos, en un futuro podría verse en las filas del Partido Popular a antiguos miembros de Vox que conformen el ala más conservadora del partido. Quizá esta crisis llega en un momento menos propicio para el PP, como podría ser en un periodo electoral o la inminencia de algún congreso de los populares o voxistas.

El otro antecedente es el de Unión Valenciana y cómo el PP terminó por devorar a la organización valencianista, incorporar su ideario e incluso a algunos de sus dirigentes. Algo similar a lo que desean en un futuro con Vox a través de la acción de Gobierno. En este tipo de estrategia hasta el momento, Mazón ha mostrado movimientos astutos.

Así, los populares conseguirían volver a aunar en un solo partido a toda la derecha, bajo las demandas de un electorado que tras las elecciones del 28-M demostró una cierta tendencia bipartidista.

Paradójicamente, la tormenta interna ha estallado justo en el momento en que Vox dispone de más poder institucional en comunidades y ayuntamientos por sus alianzas con el PP. Una situación idéntica a la que vivió el partido que lideraba Albert Rivera. Así como Podemos y Ciudadanos en la Comunitat. Vox podría correr el peor de los destinos en política: convertirse en una fuerza residual.