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FERRIOL MOYA
Sábado, 18 de junio 2022
Mónica Oltra no va a salir indemne de su imputación por el TSJ valenciano. Es imposible. Incluso en el caso, improbable, que el alto tribunal decidiera no procesarla después de que el próximo 6 de julio la líder de Compromís declare como imputada. La líder nacionalista suma ya demasiados arañazos en un proceso que no sólo la debilita políticamente, sino que muy probablemente derive en el final de su carrera política. La gravedad de los hechos que se le imputan, la propia actitud que ella misma mantuvo con cargos del PPCV en una situación judicial similar, la cercanía de las elecciones autonómicas y la presión de los medios de comunicación -con especial relevancia para las cadenas de televisión nacionales- limitan su margen de actuación.
Frente a su espejo
Mónica Oltra fue la líder de Compromís que entre 2011 y 2015 acudió en más ocasiones ante los tribunales de justicia a presentar denuncias y querellas por comportamientos supuestamente irregulares de cargos del PPCV. Su exigencia de ejemplaridad es la misma que ahora la pone entre la espada y la pared. Si entonces la mera imputación obligaba a a dejar el cargo, resulta insostenible que ella misma no se aplique ahora su propia teoría. Oltra impuso la muerte civil para todo aquel que pasara a menos de cinco metros de un imputado. Ahora paga las consecuencias.
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La declaración del 6 de julio
Marcará el antes y el después en la situación judicial de la líder de Compromís. Pero, por encima de todo, marca el antes y el después para Oltra. ¿Puede un vicepresidente del Consell acudir a declarar como imputado ante el TSJ? Es decir, ¿es compatible someter a ese desgaste al Gobierno valenciano? ¿Está dispuesto Ximo Puig a que un miembro de su Consell se siente en el banquillo?
Compromís plantea romper
Lo aseguró este viernes la líder de Mes Compromís, Àgueda Micó. «Una decisión unilateral comportaría una ruptura de la alianza», proclamó tras ser preguntada por la posibilidad de que Ximo Puig decidiera relevar a Oltra. En público, los dirigentes nacionalistas cierran filas con la situación de la líder nacionalista, conscientes de que sigue siendo su gran activo electoral y de que prescindir de ella puede tener consecuencias electorales graves. Algunas fuentes, no obstante, ponen el acento en algunos silencios significativos en la formación nacionalista, que podría dejar entrever una disparidad de criterios respecto a qué hacer en el caso de que Puig destituya a su vicepresidenta.
Que Compromís presione
La tesis extendida en el entorno del jefe del Consell maneja la opción de forzar la salida de Oltra. Pero preferiría que esa no fuera la opción a escoger. La lectura que se hace alude a la conveniencia de que sea la propia coalición la que haga ver a Oltra la necesidad de apartarse, aunque se mantenga como diputada para mantener el aforamiento.
No hay nada más en el Consell
La instalación de la gigafactoría de Volkswagen en Sagunto, la llegada de nuevas empresas tecnológicas a la Comunitat, remodelar el Consell para dar un nuevo impulso a la gestión... ninguno de los intentos del Palau por recuperar la iniciativa política ha logrado un mínimo de continuidad. Al lado de la polémica que genera la situación judicial de Oltra, la gestión del tripartito desaparece. No hay otro asunto ni otro debate que no sea el de la situación judicial de Oltra.
El Botánico, salpicado
La debilidad de Mónica Oltra no empieza y acaba en la vicepresidenta del Consell. Mi mucho menos. El foco mediático se ha ido de inmediato al presidente de la Generalitat, que tiene la capacidad de tomar decisiones respecto a la líder de Compromís y, por el momento, no parece tener intención de hacerlo. El desgaste no afecta sólo a la figura de la dirigente nacionalista, sino que llega a todo el tripartito.
A un año de elecciones
No hay un momento bueno y uno malo para que un responsable político se vea imputado. Pero que esa decisión llegue con un horizonte electoral a la vista es el peor de todos. Y si además las encuestas vaticinan un empate técnico entre bloques, los riesgos para la coalición en el Gobierno se acrecientan. Una de las claves de la tensión que genera la situación provocada por la imputación de Oltra tiene que ver precisamente con la incertidumbre que genera el impacto que prolongar esta situación puede tener en las urnas.
Munición regalada
Desde que estalló el caso de los abusos de su exmarido a una menor tutelada por la Generalitat, los partidos de la oposición en Les Corts, y especialmente PPCV y Vox, han dirigido todas sus baterías hacia la situación de la vicepresidenta. Su gestión al frente de la conselleria de Igualdad, cuestionada por hasta siete jueces y un fiscal, y el supuesto encubrimiento de los delitos protagonizados por su exmarido componen un relato de la suficiente gravedad como para no necesitar más argumento político que el de la exigencia de responsabilidades. La famosa reflexión que apunta a que las elecciones no las gana la oposición, sino que las pierde el Gobierno, encuentra el mejor ejemplo en esta situación.
¿Una decisión consensuada?
La tesis del alcalde de Valencia respecto a que la situación de su compañera de partido y las decisiones a adoptar tienen que adoptarse en el marco de la dirección de Compromís y no corresponde únicamente a la propia Oltra -«es lo más democrático», ha dicho- supone una posición que otros sonoros silencios en la coalición parecen respaldar. Algunos cargos de la formación nacionalista parecen abrirse a debatir, como poco, cuál es la decisión más conveniente en este momento.
¿Fugas en Compromís?
¿Y si Ximo Puig decide destituir a Oltra? La primera decisión a comprobar pasaría por saber si el resto de miembros de Compromís en el Consell deciden o no apartarse de sus responsabilidades y si, al mismo tiempo, todos los altos cargos y asesores de la coalición dejan sus puestos. Puede o no haber fugas.
Un escenario a contemplar
En todo caso, si se rompe el acuerdo de Gobierno Puig tiene cierto margen de maniobra. La marcha de Compromís no tiene por qué supone la de Unides Podem. Y una formación como Ciudadanos podría ser proclive a llegar a acuerdos puntuales de Gobierno. Lo que queda de legislatura -poco más de ocho meses hasta la disolución de Les Corts- puede sortearse con geometría variable, más allá de que las sesiones de control se convertirían en un asedio al jefe del Consell. Una solución audaz.
Una 'suma' que no va a dar
Al margen de las dudas de la vicepresidenta segunda del Gobierno respecto al impulso de su nuevo proyecto político, lo cierto es que la debilidad política de Oltra puede cerrarle de forma definitiva las puertas de su incorporación al proyecto de Yolanda Díaz. Las dos vicepresidentas han coincidido en algún acto hace pocas fechas, pero se traslada cierta sensación de que el papel de la dirigente valenciana ha quedado difuminado como consecuencia de esta polémica.
La primera gran crisis
La formación nacionalista afronta por primera vez una gran crisis política en el seno de la formación. De cómo consiga salir de ella puede depender su futuro político y electoral más inmediato.
No es corrupción, es peor
El discurso oficial de Compromís justifica su inacción entre otros argumentos con el hecho de que la causa que afecta a Oltra no es por corrupción. Y es cierto. Pero el hecho investigado afecta al encubrimiento del abuso a una menor. Y el TSJ habla de que la líder nacionalista puede haber mantenido esa actitud para proteger su carrera política.
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Melchor Sáiz-Pardo y Álex Sánchez
Patricia Cabezuelo | Valencia
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