Dalmau pierde el pulso y diluye sus competencias sobre Medio Ambiente

El nuevo Gobierno del Botánico nació con un marcado espíritu verde. Las políticas medioambientales y relacionadas con el cambio climático forman parte del ADN de la segunda edición del Gobierno valenciano formado por PSPV, Compromís y Unidas Podemos y fueron codiciado espacio de disputa entre los socios. Pero la aprobación de algunos de los reglamentos de funcionamientos de las consellerias ha acabado poniendo orden en este aspecto y fijando quién se encargará del asunto verde en el Consell.

Según se desprende del Reglamento Orgánico y Funcional (ROF) de la vicepresidencia segunda y conselleria de Vivienda que el Consell aprobará mañana, este departamento no tendrá influencia sobre la política ambiental, más allá de su apellido –arquitectura bioclimática– y de la presidencia de la comisión delegada de asuntos ambientales que les atribuyó el decreto de estructura del Consell.

Según fuentes del Ejecutivo valenciano, el texto definitivo, con el visto bueno del propio vicepresidente este mismo lunes, ha rebajado en su totalidad las pretensiones en materia verde tras las alegaciones de los socios. De hecho, en las disposiciones generales del decreto no aparece ninguna alusión a temas medioambientales, más allá de construcción de inmuebles. Entre las competencias del vicepresidente y conseller están las propias de su departamento y las del presidente del Consell en caso de ausencia del jefe del Ejecutivo y de la vicepresidenta.

Las competencias verdes han quedado diluidas, en tanto en cuanto no salen de la Conselleria de Agricultura, a excepción de la coordinación a través de una comisión delegada que preside Martínez Dalmau.

La negociación del pacto, hace ahora casi seis meses, se acabó desbloqueando por la vía verde, con la creación de la vicepresidencia segunda y conselleria de Vivienda y Arquitectura Bioclimática, que quedó en manos de Rubén Martínez Dalmau, principal referentes de Podemos en el Gobierno valenciano. En aquel momento, la pátina verde al área de nueva creación se dio a través de la presidencia de una comisión delegada en asuntos medioambientales que coordina estas políticas entre todos los departamentos de la Generalitat. Las competencias concretas, sin embargo, quedaron en manos de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural,Emergencia Climática y Transición Ecológica, dirigida por Compromís. Y así se quedarán una vez el Consell dé mañana luz verde al ROF de la Vicepresidencia segunda. Eso, a pesar de los intentos de este departamento por aglutinar competencias en este sentido como interlocutor principal en esta materia ante los agentes sociales. Algo que ha sido borrado del decreto. Desde la Conselleria de Vivienda se mostraron ayer satisfechos con las competencias que les atribuye el ROF.

Junto al reglamento de esta conselleria también se aprobará mañana el de Innovación, la otra nueva área creada en la segunda edición del Botánico, que también ha levantado suspicacias. Además de la anexión de la Agencia Valenciana de Innovación (AVI) que se producirá a través de la aprobación de la Ley de Medidas, el departamento dirigido por Carolina Pascual no ha conseguido demasiado trozo del pastel que se disputada con el área de Economía. La gestión de la red de institutos tecnológicos queda ahora en manos de Innovación, así como la Agència Valenciana d'Avaluació i Prospectiva (AVAP) y el instituto Superior de Enseñanzas Artísticas. La Conselleria de Economía, por su parte, retiene las competencias en innovación para la competitividad y modernización de las pymes y áreas industriales, que gestiona directamente el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace).

Los ROF de Vivienda y de Innovación serán los dos únicos que pasarán por el Consell, ya que los del resto de consellerias están aún en proceso de negociación. Aún así, estos dos también han sido objeto de disputa entre los socios, que no están dispuestos a ceder más competencias de las que ya se arrancaron en el firma del pacto. Eso sí, hay una gran novedad en esta ocasión, ya que los reglamentos, que no sólo fijan la organización interna de la conselleria, sino que fijan el esqueleto administrativo formado por empleados públicos, se ha quedado fuera en esta ocasión. El nivel de detalle de los reglamentos que se publicarán llega sólo hasta las direcciones generales, por lo que no queda contemplado cómo queda el reparto de servicios y de altos funcionarios en cada área. Un tema sensible en el seno del Consell, ya que el número de funcionarios de alto nivel es bajo para cubrir el elevado número de puestos que ha dejado el nuevo Consell y los que hay están muy cotizados.