Podemos cambia de síndica en Les Corts en mitad de un duro cruce de reproches

El canto del cisne de Naiara Davó como síndica de Podemos en Les Corts se prolongó durante toda la mañana de ayer. Entre las 9.30 horas y las 15 horas, cuando finalizó la esperada y aplazada reunión del grupo parlamentario de Unides Podem, la ya exsíndica de la formación morada no dejó de lamentar, criticar, acusar, alertar, reclamar, objetar y denunciar a causa de su destitución como portavoz podemista. El cambio permite al grupo de izquierdas convertirse en el más volátil de cuantos han pisado el parlamento valenciano: cinco síndics desde 2015. Una auténtica trituradora de liderazgos, y eso que se llaman «Unides».

Desde hace dos largas semanas, Davó se resiste a acatar la decisión de la dirección autonómica de Podemos, que lidera Lima, para que la nueva síndica sea Lima. La ya exsíndica ha pospuesto las reuniones en el seno del grupo parlamentario hasta que, finalmente, ayer se vio abocada a un encuentro final, todos juntos, que en realidad no son demasiados, siete diputadas y un parlamentario. Antes de la reunión, Davó, en À Punt, ya se despachó a gusto y anunció que «cedería» la portavocía ante «la ambición o irresponsabilidad de algunas». O sea, de Lima. En las redes sociales, los afines a Lima acusaron a Davó de aferrarse a la silla de síndica con uñas y dientes.

Fuentes de Podemos indican que Davó había ignorado olímpicamente todas las directrices políticas del partido durante meses y que hacía de su capa un sayo en la Cámara, lo que explicaría que Lima se afanase en ser la portavoz y sustituir a Davó, a pesar de que había asegurado hace medio año que no aspiraba a ese cargo. También es cierto que la ahora coordinadora de Podemos en la Comunitat ya quiso ser la portavoz parlamentaria al inicio de la legislatura, y que perdió una votación interna del grupo frente a Davó. Ahora, sin embargo, Lima tiene el apoyo orgánico del que carecía en mayo de 2019. La exsenadora venció a la propia Davó en las primarias celebradas antes del pasado verano.

Cuando iba a iniciarse la reunión, Davó colgó en redes sociales un mensaje poco conciliador. «Han querido romper la unidad en Podem pero no lo permitiremos. Frente a la irresponsabilidad y ambiciones personales, nosotras seremos responsables para proteger Podem y un proyecto valencianista y transformador. No es un final, es el principio de todo. Volveremos más fuertes». La síndica, dos diputadas (Irene Gómez y Beatriz Gascó) y un diputado (Ferran Martínez) de Podemos comparecieron antes de la reunión para manifestar su disconformidad. Davó anunció que «cederían» una firma para que fuesen cinco las personas que rubricasen el cambio, cinco de ocho, mayoría absoluta, ya que Lima contaba con su propio voto, el de Rosa Pérez y Estefanía Blanes de EU, y el de Cristina Cabedo, que desde la vicesecretaría de la Mesa de Les Corts no ha querido saber nada de toda esta situación.

En el partido se recalcó desde primera hora que no era una «cesión» sino un acatamiento. Esa batalla por el lenguaje se trasladó a la propia reunión. Desde la dirección podemista se reclamaba que quedase reflejado que la decisión se tomaba «por unanimidad», según una participante en el encuentro.

Rosa Pérez Garijo, consellera de Transparencia, acudió a mediodía a Les Corts en calidad de diputada del grupo del que forma parte como líder de EU. La reunión estaba convocada una hora más tarde pero nadie se lo quería perder. La dirigente comunista ofreció una versión pública bastante apacible de la situación vivida en un encuentro que se prolongó por espacio de dos horas. «Normalidad» y «concordia» fue para Pérez Garijo la tónica de la reunión. La consellera de Transparencia no tuvo empacho en transmitir públicamente una armonía que, sin embargo, otros asistentes al encuentro negaron.

Fuentes conocedoras de la cita aseguran que Davó «la ha liado un poquito» y que incluso una de las diputadas que le apoya le ha tenido que pedir que se calmase. Finalmente, se tramitó el relevo. A ver lo que dura.