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Compromíspermanece orgánicamente en 'stand by' prácticamente desde su llegada al Consell, en 2015. Su vida interna se ha ralentizado porque sus principales ... líderes son también los protagonistas de la gestión en las instituciones. Como dicen muchos de sus cargos, les falta decidir «qué queremos ser de mayor». Para eso deberían despejar dudas sustanciales que siguen ahí desde hace años (el debate identitario, y el peso que se pretende dar a ese concepto en su actividad y en sus discursos), o que afloran respecto a temas que pretenden abanderar (como es el caso del feminismo, con la brecha evidenciada ante temas como la Ley Trans del Gobierno central, la abolición de la prostitución o los vientres de alquiler). Y como toda formación política, Compromís, en realidad sus partidos, también debe digerir la existencia de corrientes internas, críticos a la gestión de las cúpulas que buscan, primero, ser reconocidos como una voz singular y, segundo, recibir la atención propia de las minorías que en el seno de Compromís siempre reclaman una presencia que garantice la pluralidad. Que tanto el Bloc (partido mayoritario) como Iniciativa (formación liderada por Oltra) se aboquen a sus respectivos congresos provoca que las diferencias afloren. Y las tensiones, también.
El Bloc afronta sus últimos días antes de su octavo congreso. El cónclave se concebía inicialmente como un momento para reafirmar el liderazgo de Vicent Marzà y de revisar con cierta profundidad los postulados internos, tanto estatutarios como políticos. Entre la pandemia y la apuesta por un perfil más discreto, lo más destacado que se espera del congreso es un cambio de nombre. El sector crítico e independentista del partido, la corriente Bloc i País, ha levantado la voz por considerar que sus enmiendas se han descafeinado. De las casi 300 presentadas, un tercio no se han consensuado y se debatirán durante el congreso. La candidatura alternativa a la oficialista que encabeza Àgueda Micó y que apoya toda la cúpula de la dirección del Bloc lamenta el modo en que el partido pasa de puntillas respecto a los asuntos identitarios y a sus raíces nacionalistas. En las entrevistas a Marzà, el conseller y líder pujante de la formación, hace piruetas frente a las preguntas vinculadas con el estado del nacionalismo y de las aspiraciones soberanistas del Bloc, que diluye para intentar ampliar la base electoral.
Los nacionalistas no son a los únicos a los que les surge una corriente interna crítica. Siempre han tenido voces discordantes, y se mantienen sonando incluso en su mejor época política. La situación no es exclusiva del Bloc. La Mesa Nacional de Iniciativa del Poble Valencià celebrada a principios de mes reconoció la creación de una corriente interna. Con apenas un millar de militantes, tradicionalmente muy cohesionados, la formación de Mónica Oltra ya cuenta con una corriente. Precisamente Oltra fue la artífice de evitar la votación para que se oficializase la existencia de ese sector crítico. Se formalizó su puesta en marcha por asentimiento. Así nace Mes Iniciativa Mes Compromís, con Carles Esteve y Reyes Matamales como figuras más visibles. «No ha gustado al blindaje del aparato», señalan fuentes de la corriente, en la que también están Enric Juan, Vicent Grau o Jesús Broch. En cualquier caso, la autoridad de Oltra no se discute en Iniciativa. Otra cosa es si en Compromís sí cuestionan el discurso de su líder en materias sensibles en las que la coalición persigue abanderar el debate. Es el caso, precisamente, del debate identitario, un asunto sobre el que Oltra pasa de puntillas, o del feminismo.
El enfrentamiento entre diversas sensibilidades feministas en torno a temas como el género o la prostitución (su abolición es una posibilidad sobre la que Oltra no se pronuncia con claridad y que en el Consell abandera la socialista Gabriela Bravo) evidencia también las discrepancias en Compromís en relación al discurso de Mónica Oltra. «No hay diálogo, es conmigo o contra mí», admite una cargo electo de la coalición. La Ley Trans, que ha derivado en un enfrentamiento en el Gobierno central entre socialistas y podemistas, ha despertado un debate interno en la coalición, tal y como demuestra el apoyo y los comentarios en las redes sociales que recibe Marta Sorlí por parte de destacadas militantes desde hace semanas. La exdiputada se muestra muy crítica respecto al discurso oficial de Compromís y el escaso debate interno. No es la única.
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