Urgente Un incendio en un bingo desata la alarma en el centro de Valencia
Puig entra en el hemiciclo de Les Corts acompañado por Oltra y el vicepresidente Illueca. jesús signes

La debilidad de Oltra pone en jaque el futuro del tripartito

Los socios de gobierno, conscientes del desgaste de la vicepresidenta por la instrucción judicial, temen una notable pérdida de apoyo en las urnas

Burguera . y A. Rallo

Valencia

Domingo, 13 de marzo 2022, 00:38

En el PSPV no estiman a Oltra, pero la necesitan para mantenerse en el poder. Miembros del Consell con filiación socialista han demostrado en alguna ocasión su escasa sintonía con la líder de Compromís. Cíclicamente, en especial entre octubre y diciembre, tiempos de elaboración de ... los presupuestos, la relación de los dirigentes del PSPV con la vicepresidenta de la Generalitat se tensa hasta límites que lindan lo insostenible. Pero una cosa es que no haya amor y otra que no se hagan falta. La difícil convivencia propició que, incluso antes de iniciarse la etapa del tripartito al frente de la Generalitat, los socialistas sondeasen la posibilidad de pactar con Ciudadanos. Imaginar otro socio de gobierno. Lo sabe bien Carolina Punset, entonces líder de la formación naranja en la Comunitat y ahora asesora de Ximo Puig. El jefe del Consell incluso cultivó una buena relación con Toni Cantó los meses previos a que el entonces portavoz de Cs tomase las de Villadiego camino del PP en Madrid. Sin embargo, al final, el PSPV ha tenido que ligar su suerte a la de Compromís y, por tanto, a la de Oltra, que ahora mismo está envuelta en un procedimiento judicial que cada vez se enturbia más. Esa convulsión y los posibles daños colaterales de la vicepresidenta ya han encendido las alarmas entre los socialistas.

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Si en el PSPV ya veían con preocupación las horas bajas de Podemos, que comicio tras comicio registra peores resultados, que Oltra se vea ahora en el punto de mira de la justicia es un escenario que amenaza el futuro del tripartito. Puig ya ha descartado públicamente un adelanto electoral. Hasta ahora, los socialistas veían con optimismo la posibilidad de continuar en la Generalitat. Sin embargo, si el principal activo de Compromís sufre un serio desgaste electoral por la gestión del caso de su exmarido, la reedición de la alianza peligra.

Los escenarios son muy cambiantes en política. Lo que ahora es negro puede ser blanco en unos meses. O semanas. Con tantos bandazos, es imposible hacer planes a corto plazo, por lo que prever el escenario en mayo de 2023, mes electoral, parece una entelequia.

A día de hoy, la salud del tripartito ha entrado en pronóstico reservado. Hay un par de asuntos que afectan a los socios del PSPV que Puig no pierde de vista. Le va la presidencia en ello. De las tres patas que sostienen a su gobierno, dos presentan problemas. Por un lado, Podemos y sus tensiones internas. Por el otro, Compromís y las amenazas judiciales externas, que apuntan hacia su mayor activo, Mónica Oltra.

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Podemos quiere poder

La entrada de Podemos en el Consell en 2019 generó cierta inquietud en las filas socialistas. Fuentes del Consell admitían la reserva con que Puig veía la llegada de los podemistas. Luego, tras observar el modo en que Rubén Martínez Dalmau, vicepresidente segundo, encajó en la institución, las cautelas cesaron, un clima de distensión que se mantiene tras la llegada de Héctor Illueca como sustituto de Dalmau. Otra cosa es el cartel electoral que los podemistas puedan exhibir en la Comunitat. Por ahora, los sondeos señalan que mantendrían la representación en Les Corts, algo fundamental para la coalición de izquierda. La posibilidad de una confluencia electoral con Compromís, sugerida a raíz de los acercamientos entre Oltra y la candidata de Podemos al Gobierno central, Yolanda Díaz, es vista con buenos ojos por el PSPV, tal y como en su día reconoció su número dos y síndic en Les Corts, Manolo Mata. Los socialistas tienen en los morados un socio en el Consell relativamente cómodo y, como subraya Mata, «muy leal».

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En Compromís no quieren pensar en Oltra imputada. Carecen de otro activo electoral como el de la consellera

Los socialistas ya no temen el 'sorpasso' de los podemistas, ni a nivel nacional ni mucho menos en la Comunitat. Las encuestas que se manejan en Presidencia señalan a Puig como un dirigente bien visto por la población tras la pandemia, una crisis sanitaria que ha fortalecido su perfil político, según fuentes del Palau. Se sienten seguros, pero precisan que sus socios no se derrumben.

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Además, el desplome de Ciudadanos deja al PSPV sin alternativa a sus actuales compañeros en el Consell. La coyuntura nacional, condicionada por la guerra de Ucrania, ha generado tensiones internas en Podemos que inquietan no solo a los socialistas a nivel estatal, también en la Comunitat. Un proyecto medianamente ilusionante liderado por Díaz, al que pueda sumarse Compromís y que suponga un pacto electoral entre los morados y la coalición liderada por Oltra, sería una buena fórmula para que, a la izquierda de Puig, se cosechen suficientes votos como para reeditar el tripartito. Para eso, no obstante, hace falta que a Díaz nadie le mueva la silla en Madrid y que a Oltra no le atropelle la instrucción judicial.

La posible desaparición de Cs y el hundimiento de Podemos deja a Puig sin alternativas al margen de la coalición nacionalista

En Compromís no quieren ni oír hablar de Oltra imputada. Es su principal valor electoral. En realidad, el único. Aunque los nacionalistas de Més fantasean con un Marzà candidato a la Generalitat, la realidad es que no es lo mismo que la vicepresidenta se retire por cansancio a que lo haga por este asunto. La erosión sería brutal. Por no hablar de que, si Marzà es un aspirante, también lo podría ser Aitana Mas, de Iniciativa, el partido de Oltra dentro de la coalición.

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La vertiente judicial

Las diligencias de Instrucción 15 no le resultan, por el momento, favorables. Más bien todo lo contrario. Las declaraciones de dos cargos de Igualdad, Isabel Serra y Carmen Fenollosa, han contribuido a aumentar las sospechas acerca de si la Generalitat desprotegió por acción u omisión a la víctima de los abusos sexuales. Ninguna de ellas, ambas sobrepasadas por la situación

-declarar en un juzgado no resulta sencillo-, ofreció respuestas satisfactorias. Parece que la opinión del juez se va formando alrededor de esa hipótesis, según el último auto en el que concluía «ahora sin ninguna duda» que la Conselleria supo el 28 de julio que existía una orden de protección y no actuó hasta el 16 de agosto.

Esta inacción ha irritado especialmente al instructor, según se desprende del tono de su interrogatorio. De igual modo, otro de los aspectos que le llevan a definir como «inexplicable» toda la actuación de Igualdad reside en cómo es que la directora general –Oltra ha admitido que la orden la dio directamente ella– abre un expediente informativo el 14 de agosto cuando desde al menos julio la conselleria debía saber la existencia de diligencias judiciales.

De hecho, la propia Fiscalía había reclamado en dos ocasiones que le informaran de las actuaciones llevadas a cabo por el departamento autonómico. Los reproches del juez instructor fueron aumentando paulatinamente de intensidad a medida que los cargos de Igualdad mostraban su ignorancia sobre este proceso penal. La estrategia de Fenollosa de presentar una avalancha de documentación para defender a Oltra en vez de articular su propia defensa tampoco ha contribuido a rebajar las sospechas.

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De momento, se desconoce la posición de la Fiscalía, asunto clave también en el devenir de este y de cualquier procedimiento. Todavía no ha presentado ningún escrito ni ha informado respecto a las diligencias. Se ignora, por tanto, si respalda la tesis del instructor.

El cerco se estrecha

El juez ha reclamado la grabación de unas declaraciones de Oltra donde asegura que el expediente abierto era para averiguar qué había ocurrido con la menor y por qué no se la derivó al centro Espill porque «esa no fue la finalidad», corrige el magistrado. Oltra no descarta que finalmente tenga que acudir al TSJ para declarar como investigada. De hecho, es algo que ya contempla tras conocer la línea de los interrogatorios. Llegados a este punto, ni en el peor escenario, baraja una salida. Se acogerá a los antecedentes de Rubén Trenzano y Enric Nomdédeu, que se sentaron en el banquillo –terminaron absueltos– sin dejar sus responsabilidades. Asunto diferente y, al parecer, menor es que esto suponga hacer lo contrario de lo que Oltra exigía desde la oposición.

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